No importa si es en madera, piedra, bronce  o metal, todas las esculturas de Ana Ulate tienen un significado que encierra el valor de la mujer y de la familia.

A sus 60 años y tras la muerte de su esposo la artista Ana Ulate decidió darle un giro  a su vida, no solo para dejar atrás las enfermedades y depresiones producto de la muerte de su conyugue por alrededor de 40 años, sino para sentirse útil y llena de vida.

Fue allí donde vio en la escultura una gran puerta, que le traería más alegrías de las que alguna vez imaginó ya que era un sueño que además tenía desde que era una jovencita.

Y es que  el talento siempre lo tuvo y no dudó en explotarlo apenas llegó la oportunidad y prueba de ello, es que hoy ya suma 16  años en lo que considera su mayor pasión.

“Toda la vida tuve el deseo de convertirme en escultora pero me casé muy joven y me dedique a ser ama de casa y criar a mis cinco hijos pero siempre con la ilusión de convertir ese sueño en realidad y desde ahí estoy muy activa”, comentó Ulate.

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Sus obras han sido de tal calidad, que actualmente cuenta con siete obras públicas, en lugares que incluyen el boulevard de Quepos, la Municipalidad de Alajuela,  Barva de Heredia y Puntarenas,  las cuales miden dos metros y pesan más de una tonelada.

Sin embargo, su talento ha traspasado fronteras y actualmente cuanta con esculturas en otros países.

“Fuera de Costa Rica tengo más de 30 obras en diferentes países, que se han llevado porque les han gustado mucho y tengo como 60 exposiciones individuales e incluso en marzo estuve exponiendo en Nueva York, en realidad esta pasión me ha permitido conocer muchos lugares ”, relató.

No importa si es en madera, piedra, bronce  o metal, pues la artista tiene claro que ama la escultura en cualquiera de sus representaciones, eso sí, todas tienen un significado que encierra el valor de la mujer y de la familia en cada una.

 

De acuerdo con la artista, esto se debe a que en estas, encuentra una forma de empoderar la figura de la mujer, la cual es básica para el desarrollo del ser humano.

“Me gusta mucho resaltar la maternidad, la lucha de las mujeres, las mujeres inmigrantes y su papel en la familia, porque creo que somos un pilar fundamental en la sociedad y en la vida misma y somos el fuerte de un hogar y yo hoy puedo decir que las mujeres somos las que llevamos la mayor carga de la vida y me gusta resaltar su valor”, afirmó.

Además, a través de ellas, puede luchar contra lo que ha sufrido por parte algunas personas, quienes no ven de buena manera su trabajo como escultora, ya que para muchos, este es un trabajo de hombres.

“Al principio a las mujeres nos costó muchísimo ingresar a este grupo liderado por hombres, porque ellos no aceptaban que hubiesen mujeres y no nos hablaban y peor aún si íbamos al campo, porque nos decían que las mujeres nos veíamos bonitas en la casa en la cocina o lavando, o sea a veces nos tratan de bajar el piso pero nosotras siempre seguimos adelante abriéndonos campo”, aseveró.

Pese a ello, la valiente escultora  demuestra que su talento es de exportación y por ello espera ansiosa el mes de octubre, pues el 13 de ese mes Paris será testigo de una exposición que la artista realizará, un momento que asegura y será muy importante en su carrera.

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En el país solamente la artista Ana Ulate y cinco mujeres más desarrollan la escultura monumental.