La efectiva prevención en materia de violencia contra las mujeres en Latinoamérica y el Caribe, pasa por una etapa de cambios en políticas, particularmente en áreas de justicia, seguridad, y educación
La pandemia mundial generada por el virus causante de la Enfermedad Coronavirus 2019 (Coronavirus Disease 2019, Covid-19), agudizo la crisis en que se hallaba, en término generales, la población femenina en diferentes países del área
La directora adjunta de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres) para América Latina y el Caribe, la uruguaya Cecilia Alemany, planteó, al analizar el tema, que tal impacto negativo fue sentido, por este segmento poblacional, en una diversidad de aspectos socioeconómicos.
“El derecho a una vida libre de violencias sigue siendo una preocupación principal en la región, para las mujeres, más aún, para aquellas que tienen vulnerabilidad económica”, aseguró Alemany, en declaraciones difundidas, el 30 de abril, por la agencia argentina informativa estatal Telenoticiosa Americana (Télam).
“O sea, se vincula a la necesidad de abordar pactos nacionales contra la violencia de género, no solo con las leyes integrales marco que tenemos sino, realmente, fortalecer los sistemas de prevención y respuesta”, agregó.
En opinión de la especialista internacional, “hay que transformar la justicia, trabajar mucho su acceso a los más desfavorecidos, pero también el cambio de estereotipos del sistema judicial, y de todo el ecosistema de prevención de violencia, porque está la llamada violencia institucional, que se reproduce a lo largo de todo el ciclo”.
Igualmente, “hay que fortalecer el cambio de mentalidad en quienes responden, tanto desde la policía como del sistema judicial, y también cambiar la percepción y la educación”, continuó recomendando.
“En la medida en que no incorporemos, en la educación formal e informal, un valor sobre cómo vivir en armonía y construir otro tipo de relaciones sociales y de masculinidades, es muy difícil, porque la cultura de la violencia se reproduce en muchos ámbitos”, advirtió.
“Entonces, tenemos que pensar en políticas integrales para construir paz social, y sociedades libres de violencia, que vayan de la mano de una mirada de interseccional y de género, pero que apunten, también, a trabajar no solo con las víctimas, sino con la prevención”, sugirió, además.
La prevención es un gran deber
De acuerdo con la crítica visión de Alemany, “esto nos falta mucho en América Latina: la prevención es un gran deber”.
Tal contexto obedece a la primacía de la cultura patriarcal, en las diversas áreas de actividad, indicó, además de subrayar que, por igual, se evidencia en los círculos de poder.
Si bien se percibe algunos logros en ese sentido, el machismo dista de su erradicación. “Predomina una cultura machista, en la política, en la sociedad, en el deporte, en la economía”, señaló, a manera de ejemplo.
“Empezamos a cambiar estas visiones -de alguna forma autoritarias y machistas- de la construcción de la sociedad y las políticas públicas, poniendo perspectiva de género en el Estado, el presupuesto, y las políticas”, aseguró.
“Pero, todavía, hay un predominio machista del ejercicio del poder, que se reproduce desde el ámbito educativo hasta el debate público”, explicó.
“Está visto, en todo el mundo, que, cuantas más mujeres ocupan los espacios de toma de decisión, se va transformando esta perspectiva machista del diseño de las soluciones y el análisis de los problemas de la sociedad”, precisó.
“Entonces, tiene que ver con participación, también, aunque sola, sin políticas, tampoco es la solución”, reflexionó Alemany.
Por ello, “tenemos que tener sistemas que hagan prevención y respuesta, políticas públicas con transversalización de género, y una dimensión interseccional de cómo afecta, de forma distinta, a las mujeres”, dijo.
En el análisis de la experta de ONU Mujeres, esto “es un desafío enorme”.
En referencia a la situación de la población femenina latinoamericana y caribeña, la funcionaria indicó que los contextos intrarregionales son múltiples, y afectan de manera variada en cada país.
Según lo indicado por Alemany, ese contexto, en el área, se agudizó, según las respectivas realidades, a causa de la pandemia.
Esa situación “es diversa, porque, al interior de la región -y de los países-, tenemos brechas que afectan a las mujeres, de forma diferente”, puntualizó.
“Pero, en general, podemos decir que la crisis de la Covid-19 vino a exacerbar una crisis previa”, aclaró, a continuación.
“Empezó como una crisis sanitaria, que se volvió una crisis social, económica, y, en algunos países, una crisis de gobernanza, también”, planteó.
De modo que “las mujeres se vieron afectadas, de muchas formas”, subrayó.
“Estamos hablando de un aumento de la pobreza, en estos dos años, que afecta, particularmente, a las mujeres y, en especial, a aquellas que ya eran las más pobres”, denunció.
“Ahí, además, en América Latina, tenemos un corte de discriminación étnico-racial, que hace que las mujeres afro y las indígenas vieran empeorar más su situación socioeconómica”, reveló, asimismo.
Sumado a todo lo anterior, “la violencia machista también se vio exacerbada, en estos últimos años”, indicó, a continuación.
“O sea que, lamentablemente, las latinoamericanas están con menos perspectivas de futuro, en muchos casos”, sintetizó.
“Pero, también, hay un mayor debate social sobre la crisis de los cuidados, que en definitiva requiere de redistribuir, de corresponsabilidad, y de un rol muy activo, de toda la sociedad y el Estado, en garantizar los sistemas adecuados”, aclaró.
La experta uruguaya hizo, así, mención del hecho de que, al tenor de estimaciones de ONU Mujeres -y de otras fuentes especializadas-, la generalización del trabajo virtual, lo mismo que la masificación del cierre de fuentes laborales, intensificó las labores domésticas no remuneradas que, en el marco de las tradicionales e injustas conceptualizaciones patriarcales, se asigna a mujeres lo mismo que a niñas.
Ante ello, “salimos con esta idea de que necesitamos sistemas nacionales de salud y también sistemas nacionales de cuidados”, informó, para agregar que “esto da esperanza., en el mediano y largo plazo, de que se pueda cambiar la visión de la protección social en la región”.
Foto: Tiger Lily