La lucha de las mujeres de Irán contra la misógina dictadura religiosa, protagonizó un nuevo revés contra el régimen, al ser receptor del premio europeo Sájarov a la Libertad de Conciencia

Mahsa Zina Amini, asesinada a golpes, hace algo más de un año, bajo custodia policial, y el movimiento popular “Mujer-Vida-Libertad”, originado a raíz de ese crimen, recibieron, el 12 de diciembre, del Parlamento Europeo, el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia.

El galardón ­-que implica un aporte de 50 mil euros (casi 54 mil dólares)- tiene el nombre del físico ruso Andrei Sakharov (1921-1981), un activista de derechos humanos, y ex preso político de la dictadura comunista soviética (1922-1991), quien obtuvo, en 1975, el Premio Nobel de la Paz.

La distinción a las luchadoras iraníes por la libertad y los derechos humanos, se concretó poco más de dos meses después de que una compatriota, la prisionera política Nargess Mohammadi, fue homenajeada con el Nobel.

En el caso del permio europeo, las luchadoras iraníes contra la dictadura fueron representadas por las activistas de derechos humanos Mersedeh Shahinkar y Afsoon Najafi, quienes lograron, este año, eludir la persecución del régimen, y exiliarse.

Shahinkar es una instructora de fitness quien, en el marco de la brutal represión contras manifestaciones desencadenadas a raíz del asesinato de Amini, recibió un disparo que le causó la pérdida de un ojo.

Najafi es hermana de una de las aproximadamente quinientas víctimas fatales resultantes de la violencia dictatorial contra las marchas que, inicialmente, tuvieron lugar, durante semanas, a nivel nacional.

Sin embargo, familiares de Amini -Amjad Amini (padre), Mojgan Eftekhari (madre), Ashkan Amini (hermano)- se vieron impedidos de asistir a la ceremonia -llevada a cabo en la sede del organismo continental, en la nororiental ciudad francesa de Estrasburgo, fronteriza con Alemania-, debido a que la dictadura les prohibió salir de Irán.

La acción represora les fue comunicada cuando intentaron, el 8 de diciembre, cumplir, en el Aeropuerto Internacional de Teherán -la capital iraní-, el procedimiento para abordar el vuelo comercial con destino a Francia.

La medida fue, de alguna manera neutralizada, ya que el abogado iraní Saleh Nikbakht -representante legal de la familia Amini- leyó, durante la actividad de premiación, un mensaje de Eftekhari.

Mujer-Vida-Libertad

Durante la ceremonia de premiación, la presidenta del Parlamento Europeo, la maltesa Roberta Metsola, aseguró que “nadie puede frenar la valentía y resiliencia de las mujeres iraníes en su lucha por la justicia, libertad, y derechos humanos, encarnada por Mahsa Amini”, y agregó que “tampoco su voz será silenciada”.

“Su valentía, a la hora de señalar los abusos y la injusticia, es un ejemplo para todo el planeta”, agregó.

“Sepan que no están solas, que esta casa es su hogar, y que su coraje ganará porque su causa es la correcta”, planteó.

“El mundo ha escuchado los cánticos de ‘Mujer-Vida-Libertad’, tres palabras que se han convertido en un grito de guerra, para todos los que se alzan por la igualdad, la dignidad, y la libertad en Irán”, expresó.

“Ha desencadenado un movimiento, liderado por mujeres, que está haciendo historia”, reflexionó, además.

Metsola hizo, así, referencia a la consigna -“Mujer-Vida-Libertad” (“Zan-Zendegi-Azadi”, en farsi, o persa, idioma oficial iraní)-, que, viralizada en los días iniciales de las protestas, se ha convertido en movimiento por los derechos de la población femenina iraní, además de que, en términos generales, también se ha constituido en expresión de oposición general a la dictadura.

Respecto a la prohibición de salida de Irán, que la dictadura impuso a los familiares de Amini, la presidenta del organismo legislativo continental dijo que se trata de “una muestra más de lo que el pueblo iraní enfrenta, cada día”.

Por su parte, la madre de la mártir aseguró, en el mensaje leído por Nikbakht, que “el dolor por Zina, es eterno para mí”, pero “ella es inmortal, para personas de todo el mundo”.

“Creo que su nombre, junto al de (la heroína francesa, quien murió quemada en la hoguera) Juana de Arco (1412-1431), será un símbolo de libertad”, aseguró Eftekhari, en alusión a que, en Francia, su hija y el movimiento iraní recibieron el galardón.

“Qué significativa es la unión de estas dos inspiradoras hijas de la historia a través de los siglos, de dos personas que con su muerte cruzaron fronteras y revivieron la aspiración humana de la emancipación y libertad”, agregó.

“El nombre de Mahsa Zina Amini se ha convertido en un código secreto para la libertad y la expansión de su sueño de libertad (…) hacia el mundo”

Los dictadores “creyeron que, matándola la detendrían, de la misma manera que los opresores pensaron que, quemando a Juana de Arco, harían sus sueños desaparecer en el humo”, planteó.

“No sabían -y, aún, no saben-, que, de las cenizas de Zina y de Juana, nacerá un espíritu invencible, como un Fénix”, agregó, a manera de advertencia a la misógina y criminal teocracia iraní.

Dirigiéndose a los parlamentarios europeos, expresó que, “desde el lugar de nacimiento de la eterna Zina, transmito, a ustedes, mi gratitud eterna, y la de mi familia”, agregó.

“Y confío en que se mantendrán firmes y orgullosos de su elección”, les manifestó, respecto a las destinatarias del premio, este año.

“Esperemos que ninguna voz tenga miedo de hablar de libertad”, reflexionó, a continuación.

Amini fue detenida, el 16 de setiembre de 2022, en Teherán, por efectivos de la Gasht-e Ershad (Policía Guía, o Policía Orientadora) -temida fuerza de cumplimiento de la fe, popularmente conocida como “policía de la moral”-.

La joven de 23 años, quien fue acusada de llevar incorrectamente puesto el hijab -velo religioso de obligatorio uso, que cubre la cabeza, hasta los hombros, de quienes lo llevan puesto-, murió a causa del cruel trato que recibió mientras estuvo en custodia policial.

El asesinato de Amini fue inmediatamente respondido por la vía de masivas manifestaciones, en Teherán y otras ciudades a nivel nacional, cuyo propósito inicial fue el repudio a la misógina política del régimen, que es brutalmente violatoria de los derechos de las mujeres.

En el marco de las protestas, altos números de participantes quemaron hijabs, además de que se cortaron el pelo -que las mujeres musulmanas usan tradicionalmente largo-, y convirtieron la consigna “Mujer-Vida-Libertad”, en expresión distintiva de las protestas -y en movimiento de liberación-.

Las marchas pasaron, durante los meses siguientes, a tener apoyo y participación de hombres, y se enfocaron también en la condena a las violaciones que el régimen mantiene contra los derechos humanos en general -destacando las garantías de la población femenina-.

No obstante su naturaleza pacífica, las nacionalmente viralizadas manifestaciones fueron brutalmente reprimidas -con saldo de aproximadamente 500 víctimas fatales, alrededor de 20 mil personas detenidas, así como varios hombres enjuiciados y ahorcados por haberlas respaldado-.