…un matrimonio vanguardista en Costa Rica combina el amor de dos mujeres con la lucha por visibilizar la “diversofobia”.
El 25 de julio del año pasado marcó un hito en la lucha de la comunidad diversa de Costa Rica, cuando el abogado Marco Castillo llevó a cabo el matrimonio civil de Laura Flórez-Estrada y Jazmín Elizondo.
En un acto sin precedente en esta nación centroamericana, una pareja de igual sexo se unió formalmente en matrimonio, algo que conmocionó a la sociedad costarricense.
Si bien la legislación local en la materia prohíbe el matrimonio entre personas del mismo sexo, un error del Registro Civil, en la Cédula de Identidad de Jazmín, permitió la realización de la ceremonia: el documento le atribuía género masculino, según la letra “M” –de “masculino”- en el espacio correspondiente.
De modo que, cuando revisó las cédulas de identidad de la pareja, Castillo se encontró, formalmente, ante una mujer y hombre, por lo que cumplió el trámite civil.
Así lo ha explicado, reiteradamente, a medios de comunicación locales e internacionales, el abogado, quien es presidente del Movimiento Diversidad (MD) -organización defensora de los derechos de la comunidad de Lesbianas, gays, bisexuales, transgéneros, intersexuales (Lgbti)-.
Intensamente cuestionado al respecto, por no haber verificado que se trataba de dos mujeres, Castillo reafirmó su planteamiento, durante un debate en un canal de la televisión nacional, y, enfáticamente, agregó que los abogados no tienen la obligación de “revisar los genitales” de los contrayentes, antes de llevar a cabo un matrimonio civil.
La pareja de Lalay y Jaz –como sus amigos las llaman- había cumplido, menos de un mes antes -el 14 de junio-, en la intimidad de un grupo de amigos, una ceremonia matrimonial personal de intensa carga afectiva.
Surgida la posibilidad de oficializar civilmente su unión, Jazmín y Laura vieron en ello una oportunidad para aportar a la causa de los derechos de las personas sexualmente diversas, según explicaron a Petra.
Laura –de 28 años, propietaria y chef del restaurante “Arbol de seda”- señaló que, “en el plano personal, o sea, no era como tan necesario la cuestión de casarnos”, ya que, anteriormente, “nosotras nos casamos simbólicamente”.
Pero “la decisión de hacerlo civilmente, no solamente era porque podíamos hacerlo sino porque era una lucha política y social. En realidad, era una lucha por derechos, porque, en realidad, tampoco era como que nos hiciera falta (…) por el mero acto simbólico del casamiento”, explicó.
“O sea, era más una cuestión de visibilizar la desigualdad que hay, y la homofobia que existe en este país, y no sólo la homofobia sino toda la diversofobia en general, y las desigualdad, y que se nos trata, en este caso, como ciudadanos de segunda categoría”, subrayó.
Al decidirse a dar el trascendental paso, ambas percibían la magnitud de su decisión, aunque la realidad superó lo imaginado.
“Sabíamos que iba a ser grande”, y, “más bien, fue un boom enorme”, reflexionó Laura, en cuya opinión, “también, las consecuencias fueron más allá de lo que esperábamos”.
En ese sentido, uno de los aspectos de mayor impacto fue “la parte legal (…) no esperábamos un accionar del Registro (Civil) tan rápido, tan agresivo, porque actuó con agresividad desde el principio”, comenzó a explicar.
“Desde el día en que salió la noticia, dijo: ‘vamos a anularlo, y vamos a denunciarlas, y esto es un fraude, y vamos a meterlos a la cárcel a ellas, al abogado, y a los testigos’. O sea, eso, la realidad, no lo esperábamos”.
También en el plano de discriminación –incluido el acoso callejero-, el matrimonio civil de estas dos mujeres tuvo repercusión.
Jazmín expresó que, “por ejemplo, antes éramos un par de lesbianas que caminamos por la calle, y, sí, había acoso callejero, pero, por ejemplo, ahora hay un poco más agresivo acoso callejero hacia nosotras –porque somos conocidas, ahora-, pero, también, hay apoyo de la gente”.
La estudiante de teatro, de 24 años –quien también se desempeña en el restaurante, relató que, en el componente de apoyo público, diferentes personas les expresan que ambas son valientes, y les agradecen el apoyo a la lucha de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, intersexuales (Lgbti).
A manera de ejemplo, dijo que, en la calle, una mujer les expresó: “gracias por luchar por todas nosotras, las que nunca pudimos ser felices”.
“Tal vez, es una persona, también lesbiana, que nunca pudo expresarse, porque esta sociedad es bien machista (…) homofóbica, y patriarcal”, reflexionó Jazmín.
En ese sentido, y en coincidencia con la apreciación de su pareja, Jazmín aseguró que “esto se volvió más grande de lo que nosotros pensábamos”.
“Se han dado cuenta hasta en Europa, se han dado cuenta en Suramérica, en Asia (…) un día de estos, nos llegó una foto de Japón, un montón de gente apoyándonos, allá”, indicó.
“Y nos parece increíble que sea la gran noticia, en lugar de ser un acto normal, dos personas que se casan. Pero, no, es el gran notición, porque es algo súperextraordinario que se casen dos mujeres”, dijo.
En su opinión, la oficialización civil de su matrimonio implica “un antes y después, no sólo para nosotras sino para el país”.
Al respecto, Laura considera que ambas han aportado a la lucha por los derechos de la comunidad Lgbti.
“Esperamos que esto sea lo que necesitaba para que se legalice el matrimonio igualitario, y haber hecho un cambio, realmente”, y “puede que, sí, haya un cambio” a nivel de legislación en la materia.
A raíz de su decisión, “la gente ve (…) sí, son personas que sienten, piensan, que estudian, que trabajan, que se esfuerzan, y que quieren seguir adelante, y que quieren estar juntas, y que quieren tener protección del Estado, porque, finalmente, es lo que queremos”, aseguró.
“O sea, habernos casado, no nos da ni más ni menos estatus, ni nada. Simplemente, es tener los derechos”, subrayó, para agregar que, “justamente, eso es lo que queremos señalar: que no puede ser posible que nos traten con tanta injusticia, porque no tenemos el acceso a los derechos”.
Jazmín señaló, claramente, que “esto es la identidad que una tiene, y con quién una quiere vivir la vida, compartir lo que uno está construyendo”.
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