La ministra de la Condición de la Mujer y presidenta ejecutiva del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) de Costa Rica, Marcela Guerrero, expresó repudio a los acontecimientos que vienen registrándose, esta semana, en Afganistán, y la incidencia negativa de los mismos en los derechos de la población femenina del país asiático.

En ese sentido, el Inamu se ha unido a las declaraciones emitidas, respectivamente, por la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, y del Consejo de la Unión Europea (UE), indicó Guerrero, en una declaración que firmó.

“Repudiamos los acontecimientos que vive Afganistán, y el impacto que estos tendrán sobre los derechos de las mujeres y niñas en este país”, expresó la ministra, en el texto de tres párrafos que, con el título “Ante situación de las mujeres afganas”, fue difundido, el 18 de agosto, por el instituto.

Igualmente, “el eventual retroceso de los avances alcanzados en la búsqueda de la igualdad de género”, puntualizó.

Ello, “en observancia con diferentes compromisos internacionales sobre los derechos de las mujeres y las niñas a los cuales Costa Rica se encuentra adscrito, en particular aquellos que nos hablan de los efectos diferenciados de los conflictos violentos sobre las mujeres y las niñas”, expresó.

“Es por esto por lo que nos hemos sumado a la iniciativa liderada por Chile, en calidad de la Presidencia de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional de la Mujer, de emitir una Declaración sobre la urgente protección de los Derechos Humanos de las mujeres, las adolescentes y las niñas en Afganistán”, explicó.

En el texto de cuatro puntos resolutivos, contenido en dos páginas, y emitido el 17 de agosto, las integrantes del organismo acordaron “condenar todas las acciones que pongan en peligro la seguridad y los derechos humanos de las mujeres, las adolescentes y las niñas en Afganistán, cuyas garantías están siendo avasalladas”.

También decidieron expresar “preocupación por todo retroceso de los avances alcanzados hacia el logro de la igualdad de género en ese país y que pongan en riesgo la integridad física y psíquica de mujeres, las adolescentes y las niñas”.

Asimismo, “instar a todas las partes en Afganistán a proteger los derechos humanos de las
mujeres, las adolescentes y las niñas en el país”.

Igualmente, “hacer un llamado a la comunidad internacional a realizar todos los esfuerzos para que se garanticen los derechos humanos de las mujeres en Afganistán y pedir a los países de la región que adopten todas las medidas a su alcance para solidarizar con las mujeres en ese país”.

Ello, además de que, “en coordinación con el sistema de las Naciones Unidas prestar la asistencia humanitaria necesaria para proteger a aquellas que se encuentran en inminente peligro, incluyendo a aquellas amenazadas por los roles de liderazgo y defensa de los derechos humanos que han ejercido en ese país”.

Guerrero expresó que, paralelamente, “hemos firmado la iniciativa del Consejo de la Unión Europea” sobre la realidad imperante, desde el 15 de este mes, en Afganistán.

En el texto, igualmente de tres párrafos, impulsado por este organismo regional, 22 países
-18 del total, latinoamericanos, incluidos cinco centroamericanos, entre ellos, Costa Rica- y la UE, se declararon “profundamente preocupados por las mujeres y niñas afganas, sus derechos a la educación, al trabajo y a la libertad de circulación”.

“Pedimos a los que ocupan puestos de poder y autoridad en todo Afganistán que garanticen su protección”, agregaron, en la declaración formulada el 18 de agosto.

“Las mujeres y niñas afganas, como todo el pueblo afgano, merecen vivir con seguridad, protección y dignidad”, maco en el cual “debe evitarse cualquier forma de discriminación y abuso”, advirtieron.

“Nosotros en la comunidad internacional estamos dispuestos a ayudar con asistencia humanitaria y apoyo para garantizar que sus voces puedan ser oídas”, expresaron.

“Seguiremos atentamente el modo en que cualquier futuro gobierno garantiza los derechos y libertades que han pasado a formar parte integrante de la vida de las mujeres y las niñas en Afganistán durante los últimos veinte años”, dijeron.

Guerrero, el organismo latinoamericano y caribeño, y los países firmantes de la declaración impulsada por la UE, hicieron, así, alusión a la violenta toma del gobierno, el 15 de agosto, en Afganistán, por la agrupación extremista religiosa Talibán.

El grupo terrorista radical regresó, por esa vía, a una posición de poder, en país, dos décadas después de haber sido militarmente derrotado.

Surgido en 1994, en el marco de la guerra civil afgana (1992-1996), el movimiento tuvo control, desde 1996-hasta 2001, de aproximadamente tres cuartas partes de los algo más de 652 mil kilómetros cuadrados que constituyen el territorio nacional.

La criminal administración talibana fue derrocada en diciembre de 2001, cuando se llevó a cabo una invasión militar, a Afganistán, encabezada por Estados Unidos.

No obstante esa pérdida, el movimiento se mantuvo, desde entonces, en resistencia armada y, tras el reciente retiro de las tropas estadounidenses -las fuerzas extranjeras que aun ocupaban Afganistán-, la ofensiva talibana logró el objetivo de derrocar al gobierno del presidente (2014-2021) Mohammad Ashraf Ghani, al haber ingresado, esta semana, a Kabul, la capital nacional.

Respecto al repentino cambio de situación sociopolítica causado por la irrupción talibana, la joven activista Malala Yousafzai, escribió, en el diario estadounidense The New York Times, que, en tal contexto, ayudar a las mujeres y a las niñas en Afganistán, es una tarea urgente.

Aún hay tiempo para hacerlo, aseguró Yousafzai, en un artículo de opinión publicado, el 17 de agosto, por el periódico.

“En este momento crucial, debemos escuchar las voces de las mujeres y niñas afganas”, quienes “piden protección, educación y la libertad”, expresó la promotora de la educación para las niñas en el país asiático, posición que le significó, en 2012-cuanxo tenía 15 años-, un atentado talibán, a balazos, del que, siguiendo un complejo y prolongado proceso médico, logró recuperarse.

También aseguró que “no es demasiado tarde para ayudar al pueblo afgano, en particular, a las mujeres y los niños”.

Sin embargo, advirtió que “no tenemos tiempo que perder”.