SERIE TICAS DEL MOMENTO
La primera costarricense en obtener una licencia como mecánica de aviación hace un repaso por una larga y exitosa trayectoria en el mundo de las aeronaves.
Existen miles de profesiones en el mundo y muchas de estas han sido estigmatizadas, a través del tiempo, bajo la creencia de que son exclusivas para los hombres, sin embargo, hay mujeres que han roto todos los paradigmas abriéndose espacios en diferentes oficios y labores, mujeres como Adela Castro Montaño, quien descubrió en la mecánica de aviación la forma de ganarse la vida.
Esta vecina de Limón, mientras era estudiante de Arquitectura de la Universidad de Costa Rica, descubrió en un anuncio publicitario, la carrera de técnica en Mantenimiento de Aeronaves, llamado que le llegó una vez y para siempre.
“Un día por la mañana leyendo el periódico, vi un anuncio de que se impartían clases de mecánico de aviación, llamé y pregunté si aceptaban mujeres y para mi sorpresa me dijeron que sí. Logré sacar el curso y me gradué”, aseveró la técnica.
En 1988, Adela logró obtener su título, convirtiéndose en la primera mujer costarricense en ser mecánica de aviación, sin embargo, el camino no pintaba fácil, ya que de su generación solo ella no fue aceptaba para trabajar en aviación y por largos cuatro años debió dedicarse a otros empleos para poder subsistir.
“El año que me gradué todos mis compañeros lograron entrar a trabajar menos yo. Me dieron muchas excusas de que no me podían aceptar por no contar con las condiciones adecuadas para tener a una mujer en el hangar o bien me ofrecían colaborar como secretaria, hechos que me marcaron y me entristecieron, pero que nunca me detuvieron”, contó Castro Montaño.
Con el tiempo y gracias a una mano amiga, se le dio la oportunidad de trabajar en la empresa Ascorisa S.A, ubicada en su momento en el Aeropuerto Tobías Bolaños en Pavas. En ese lugar inició su despegue y los helicópteros le dieron la bienvenida. No pasó mucho tiempo para que demostrara sus habilidades y poco a poco logró escalar varios puestos hasta convertirse en inspectora de calidad.
Según contó la experta, halló en sus primeros años de carrera, compañeros que se convirtieron en sus mentores y le dieron las herramientas suficientes para enfrentarse al pesado mundo de la aviación. Su ímpetu y enormes deseos de seguir creciendo la llevaron a tomar nuevos rumbos profesionales, así que luego de su paso por el Tobías Bolaños, ingresó a laborar para la Cooperativa de Servicios Aeroindustriales R.L., conocida por sus siglas como COOPESA, ubicada en el Aeropuerto Internacional Juan Santamaría.
En ese lugar se desarrolló nuevamente como inspectora y logró alcanzar grandes retos, además se convirtió en instructora para muchos jóvenes amantes de la mecánica en el Instituto de Formación Aeronáutica IFA.
“Cambie de trabajo y empezaron los nuevos desafíos, rompí otro esquema, ya que también fui la primera mujer inspectora en el Departamento de Control de Calidad de COOPESA, empresa en la cual me desarrollé plenamente y logré grandes avances personales y laborales”, contó la mecánica.
Más allá del cielo costarricense
La tenacidad y energía que caracterizan a esta mujer de gran sonrisa, la llevaron a seguir explorando su horizonte profesional, por eso, luego de 10 años dejó la cooperativa de autogestión y tomó una oportunidad en suelo panameño, posteriormente encontró en un país de América del Sur, el trabajo que hasta hoy la ha llevado a vivir al máximo su carrera.
En el año 2013 se le dio la oportunidad de trabajar para la compañía Sky Airline, donde desarrolla su trabajo de inspección y normativa bajo los más altos estándares de calidad y donde ha tenido la posibilidad de cumplir grandes sueños.
“Tuve la oportunidad de ir como supervisora de mantenimiento en un delivery o cambio de flota de aviones en Toulouse, Francia, experiencia que me agradó mucho porque de las cinco personas que estaban a cargo de la operación, tres éramos mujeres”, manifestó.
Sky Airline es una empresa chilena fundada en 2002 con base en Chile y Perú, que cuenta con una flota moderna en Sudamérica, compuesta por aviones de la familia A320.
“Nunca pasó por mi mente que la aviación fuese cosa de hombres”.
Para Adela, parte de su éxito en aviación fue tener una mente positiva y sin complejos. Ha vivido el machismo, sin embargo, ninguno de esos factores la limitó para construir una carrera que lleva más de 30 años en vigencia, la cual espera en algún momento poder concluir laborando como consultora internacional. Esta exitosa mujer cuenta con una licencia de técnico, así como una licencia de inspectora, la A&P FAA, y también posee licencia de supervisor de mantenimiento en Chile.
“Creo que las mujeres pueden lograr todo lo que se propongan, siempre y cuando cuenten con el conocimiento y estudios necesarios para desarrollar el trabajo. Muchos piensan que la mecánica de aviación es un tema de fuerza, pero es más que eso, es un tema de estrategia y tomar decisiones adecuadas”, indicó la instructora de aviación.
También manifestó, que las oportunidades en aviación han mejorado para las mujeres, gracias a las barreras que profesionales como ella han derribado con credibilidad. Espera que cada día las féminas se empoderen en estos puestos y que tomen de su actitud una frase muy valiosa: “para atrás ni para tomar impulso”.