Las mujeres son la piedra angular de la economía rural en los países en desarrollo, y la agricultura la fuente principal de sus ingresos.
Para nadie es un secreto que en las regiones rurales tanto la agricultura como la ganadería son una de las principales fuentes de empleo.
Sin embargo, lo que muchos no saben es que en estas zonas dichas actividades están en gran cantidad de ocasiones en manos de mujeres, que ven principalmente en la agricultura una oportunidad para llevar el sustento a su hogar.
Así lo reconoce la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que reconoce que pese a los esfuerzos, el sector femenino continúa en desventaja con los del género masculino.
«Las mujeres son la piedra angular de la economía rural, especialmente en los países en desarrollo. Sin embargo, en comparación con los hombres solo obtienen una fracción de la tierra, el crédito, los insumos (como semillas mejoradas y fertilizantes) y la formación e información en agricultura que ellos reciben», afirma la FAO.
Según las cifras de dicha organización, en promedio, las mujeres constituyen el 43% de la mano de obra agrícola en los países en desarrollo. Mientras que de las mujeres de los países menos adelantados que se declaran económicamente activas, el 79 % indica que la agricultura es su principal fuente de sustento, es decir, el 48 % de las mujeres económicamente activas a nivel mundial.
“En el caso de Costa Rica, a las mujeres rurales las encontramos realizando actividades productivas con gran éxito tanto en la agricultura y en la ganadería y por eso es un pilar fundamental en el dinamismo de las economías locales y familiares porque procura el mejoramiento de la calidad de vida”, aseguró Nora Orias, encargada del área de género del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
De acuerdo con la experta, las principales labores que desarrollan en este sector productivo son el cultivo de hortalizas así como granos, sin dejar de lado los productos orgánicas pues es por medio de estos, que buscan cuidar la salud.
No obstante, la cifra de mujeres desempeñándose en labores agrícolas y ganaderas, parece haber disminuido al menos en el país entre los años 1995 y el 2008.
Así lo revela un estudio realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en el que se afirma que para 1995 la cifra de mujeres en actividades agrícolas era de un 12,3% y pasó a un 10, 7% en el 2008.
Pese a ello, el último censo agropecuario realizado a nivel nacional en el 2014, destaca que cerca de un 15% de las mujeres se dedican a estas tareas, lo cual representaría un incremento importante para el sector en el país.
“Es una cifra importante y aunque no hay datos que nos respalden, uno siente que va incrementando, porque de hecho la mujer ha salido del ambiente domestico al ambiente productivo y cumple con ambas tareas“, resaltó Orias.
Un camino de retos
La experta detalló que aunque han logrado posicionar cada vez a más mujeres en el sector, aún queda mucho camino por recorrer, pues existe un gran número de mujeres rurales que solamente se dedican a labores domésticas y que quien emprender un negocio agrícola o ganadero.
Por ello, actualmente el MAG trabaja en una serie de capacitaciones para lograr que el porcentaje aumente de forma considerable.
“Estamos brindándoles asistencia técnica porque hay cualquier cantidad de proyectos liderados por mujeres y es un trabajo que venimos desarrollando desde los años 90, pues hay mucha conciencia y respeto hacia el trabajo de las mujeres”, comentó.
Asimismo, agregó que actualmente a las mujeres se les reconoce como un eje fundamental que mueve las economías locales.