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Centro Nicaragüense de Derechos Humanos formuló la advertencia de “alerta urgente”, hacia la emblemática comandante guerrillera que luchó contra la dictadura somocista en Nicaragua, y que se encuentra en prisión por estar en contra del régimen dictatorial de Daniel Ortega

Capturada la mañana del 13 de julio de 2021, en el marco de un ilegal allanamiento policial -durante el cual fue golpeada- en su casa en Managua, está desde entonces, recluida en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ).

Ese es el eufemístico nombre oficial del centro de detención popularmente conocido como “El Chipote”, donde los reclusos son mantenidos en condiciones inhumanas, sometidos a particularmente crueles variantes de tortura que incluye, para mujeres y para hombres, diferentes formas de violencia sexual -incluida violación, lo que implica, en numerosos casos, penetración con cañón de fusil-.

Los rehenes que el régimen de Ortega y su esposa/vicepresidenta, Rosario Murillo, mantiene en “El Chipote”, son además, privados de alimentación y de asistencia médica adecuadas, además de que se los mantiene en celdas sin ventilación, durmiendo sobre estructuras de cemento, con luz encendida 24/7 o sin luz.

Familiares de presos políticos han denunciado el deterioro físico que presentan los cautivos, y han advertido que la vida de los rehenes corre peligro.

Al final de agosto, el régimen presentó, en tres grupos individuales, a varios de los dirigentes que mantiene cautivos.

En una acción para dar prueba de vida de los prisioneros, la dictadura inventó la realización de “audiencias informativas”, que fueron llevadas a cabo para poner, a cada uno, en conocimiento del “avance de su caso”.

Pero, en opinión de abogados independientes, esas audiencias carecen de base jurídica: no existen en el procedimiento penal nicaragüense.

Téllez integró, el 31 de agosto, uno de los gruposexhibidos, solamente para photo op, por el régimen.

Días después de ese cruel desfile, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh)denunció, el 17 de setiembre, que la vida de la combatiente antisomocista y opositora antiorteguista está en riesgo.

El Cenidh formuló la advertencia, en la “Alerta Urgente por Dora María Téllez”, que difundió en la red social Twitter.

“Desde la última vez que le vimos en el escarnio que el régimen Ortega Murillo llamó ‘audiencias informativashan pasado 17 días y no sabemos nada de ella”, planteó la oenegé.

“En esa ocasión, pudimos comprobar su deterioro físico, la marca de la tortura en su cuerpo visiblemente pálido, débil y delgado”, agregó.

“Cómo una persona en ese estado y a esa edad puede seguir resistiendo?”, preguntó, en alusión a que Téllez, quien, nacida el 21 de noviembre de 1955, en la norteña ciudad nicaragüense de Matagalpa, se incorporó, en 1973, a la guerrilla del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

El Cenidh planteó, además, que, por parte del régimen, “hay un silencio y hermetismo total sobre su situación”, y expresó que “no aterra pensar en cómo ese deterioro ha avanzado y en las consecuencia fatales e irreparables que pueda ocasionarle”.

Su caso amerita como mínimo un cambio de régimen carcelario”, ya que “no puede seguir en el Chipote”, agregó, a manera de exigencia, haciendo alusión a algunos casos de presos políticos quienes, de su reclusión en ese centro carcelario, pasaron al esquema de casa por cárcel.

Uno de ellos es el también ex guerrillero sandinista, y ex vicecanciller del primer gobierno del FSLN (1979-1990), Víctor Hugo Tinoco.

La organización defensora de derechos humanos expresó, asimismo, en la declaración, que “responsabilizamos al régimen y especialmente a la Corte Suprema de Justicia y a la Dirección de Auxilio Judicial de lo que pueda ocurrirle”.

“Su vida corre peligro”, reafirmó, para agregar que “exigimos su libertad y la de todas las personas presas políticas” en Nicaragua.

De acuerdo con números que el no gubernamental Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas dio a conocer el 1 de setiembre, un diez por ciento de los presos políticos en el país centroamericano está constituido por mujeres.

En la actualización al 31 de agosto de 2022, el mecanismo ubicó en 205 el total de rehenes de la dictadura: 20 mujeres y 185 hombres.

Catorce de las prisioneras políticas son dirigentes opositoras, entre ellas Téllez y la ex precandidata presidencial Cristiana Chamorro -hija de la ex presidenta nicaragüense (1990-1997) Violeta Chamorro, y del periodista Pedro Joaquín Chamorro, asesinado en 1978, mientras dirigía el ahora nuevamente atacado diario La Prensa-.

También figura entre las catorce, María Fernanda Flores, ex primera dama -durante el gobierno (1997-2002) del corrupto ex presidente Arnoldo Alemán-, y ex diputada por el centroderechista Partido Liberal Constitucionalista (PLC) -actualmente liderado por el ex mandatario-.

Las integrantes de este grupo, además de Téllez, Chamorro, y Flores, son Ana Margarita Vijil, Cinthia Samantha Padilla, Eveling Pinto, Julia Hernández, Karla Escobar, María Esperanza Sánchez, María Fernanda Flores, María Oviedo, Nidia Barbosa, Suyén Barahona, Tamara Dávila, Violeta Granera.

En ese contexto, el 10 de marzo, Pinto, defensora de derechos humanos, fue enjuiciada y declarada falsamente culpable de haber cometido los delitos de “conspiración” lo mismo que “propagación de noticias falsas”.-

Detenida en noviembre, Pinto, de 63 años, quien es parte de la oenegé Fe y Alegría, es una históricadefensora de los derechos de las mujeres, la niñez y la adolescencia, lo mismo que de los pueblos indígenas.

También el 10 de marzo, las integrantes de un panel feminista en línea exigieron que las 14 prisioneras políticas nicaragüenses sean liberadas.

Las participantes en el Tribunal Internacional Feminista para la Liberación de las Prisioneras Políticas en Nicaragua fueron activistas de América y Europa, así como familiares de las presas.

Cuatro días después, el Movimiento Autónomo de Mujeres denunció que la dictadura se ensaña, particularmente, con las presas políticas.

Las reclusas “han sido objeto de mayor ensañamiento”, indicó Violeta Delgado, integrante de la organización, al participar en una audiencia pública realizada por la Comisión Interamericana de derechos Humanos (Cidh), en su sede en Washington.

“Tal es el caso de Tamara Dávila, que ha sido sometida a total aislamiento, por nueve meses, en una celda empernada -o totalmente sellada-, sin tener contacto con nadie más que con sus carceleros”, precisó, al mencionar varios ejemplos.

Igualmente, señaló el caso de Téllez, quien está “recluida en el área destinada a los hombres, como una manera de irrespetar su condición de género”.

La dirigente fue sometida a uno de los numerosos “juicios express” que el régimen llevó a cabo, al inicio de este año, contra dirigentes opositores en cautiverio, procedimientos violatorios de los derechos humanos, llevados a cabo a puerta cerrada, e invariablemente culminados en sentencia condenatoria sobre la base de delitos fabricados.

En tal cuadro de ilegalidad, Téllez fue condenada, el 10 de febrero, a ocho años de prisión, acusada de haber incurrido en “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional” -lo que significa que la dictadura ortegamurillista la considera “traidoraa la patria”-.

Trayectoria en el Frente Sandinista de Liberación Nacional

Entre las acciones más destacadas de su trayectoria guerrillera, Téllez fue la “comandante 2” de la “Operación Chanchera”, la toma del capitalino Palacio Nacional -donde sesionaba la Asamblea Nacional, el parlamento unicameral nicaragüense-, por un comando del FSLN.

Liderada por Edén Pastora –“comandante cero”-, Hugo Torres –“comandante 1”-, y Téllez, la acción sandinista fue llevada a cabo en agosto de 1978.

Habiendo tomado aproximadamente 1500 rehenes –incluidos varios altos dirigentes somocistas-, el comando logró la liberación de medio centenar de guerrilleros presos de aquella dictadura -incluido Ortega-.

En su condición de comandante del guerrillero Frente Occidental “Rigoberto López Pérez”, lideró, en 1979, la toma de la noroccidental ciudad de León, la primera que pasó a control del FSLN, en el marco de la Ofensiva Final que, en julio de ese año, marcó el fin de la dictadura (1967-1979) del general Anastasio “Tacho” Somoza Debayle.

La caída del dictador cerró la sanguinaria y corrupta tiranía dinástica iniciada, en 1933, por su padre, el general Anastasio Somoza García, puesto al mando de la Guardia Nacional (GN), creada por la jefatura militar que dirigió la ocupación estadounidense iniciada en 1912.

Somoza García es el autor intelectual del asesinato del general Augusto César Sandino (1895-1934), cuya lucha guerrillera logró el fin de la ocupación militar extranjera.

De acuerdo con un relato de la época, en entonces presidente estadounidense (1932-1936, 1936-1940, 1940-1944), el demócrata Franklin Roosevelt, dijo, tras la designación de Somoza García como director inaugural de la GN, que “Somoza es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta” (“Somoza may be a son of a bitch, but he’s our son of a bitch”).

Somoza García -popularmente conocido como “TachoViejo”, para diferenciarlo de su hijo-, fue ajusticiado, el 29 de setiembre de 1956, en León, por el poeta local Rigoberto López Pérez, mártir de la dictadura somocista cuyo nombre tomó el FSLN para el frente guerrillero dirigido, 23 años después, por Téllez.

Durante el gobierno de la Revolución Popular Sandinista (1979-1990), Téllez fue vicepresidenta del Consejo de Estado -que, temporalmente, reemplazó a la Asamblea Nacional-, diputada -en la restablecida Asamblea Nacional- por el FSLN, ministra de Salud.

Tras la primera derrota electoral del FSLN -y de Ortega como su candidato presidencial-, Téllez obtuvo una Maestría en Historia, en la sede de la jesuita Universidad Centroamericana (UCA) en Managua.

La anti orteguista

Las diferencias con Ortega -y su a la recurrente candidatura presidencial de su ex compañero de armas, y su inamovilidad como jefe del FSLN-, llevaron a Téllez a salir, en 1995, de la agrupación, para fundar, junto con el ex vicepresidente (1985-1990) Sergio Ramírez, y otros ex guerrilleros del frente, el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), con el objetivo de reivindicar el ideal sandinista, y recuperar la democracia y la justicia social.

El MRS -del cual la comandante guerrillera fue segunda presidenta (1998-2007) y primera mujer en el cargo- pasó, en enero de 2021, a denominarse Unión Democrática Renovadora (Unamos).

En declaraciones que el diario español El País reprodujo el 18 julio de 2019 -cuarenta años después del triunfo de la Revolución Popular Sandinista, y poco más de un años después de estallada la actual crisis sociopolítica y de derechos humanos en Nicaragua-, Téllez dijo que, tras haberse librado de la dictadura somocista, el país está bajo una nueva tiranía.

“Los nicaragüenses invertimos muchísimo esfuerzo, trabajo y sangre para derrocar la dictadura de los Somoza y, evidentemente, los procesos de democratización fueron insuficientes, porque volvió a instalarse otra dictadura”, comenzó a reflexionar.

La actual, es “una dictadura forjada en la matriz propagandística de la revolución sandinista”, señaló, para aclarar que “no tiene nada que ver con el sandinismo, lo que está sucediendo: tiene que ver con un adefesio que se llama orteguismo”.

Foto: Onda Local