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Alta funcionaria de ONU: “que en todas partes del mundo, una niña de 10 años en 2020 se convierta en una joven con un futuro brillante en 2030”

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La humanidad está en una encrucijada, y es necesario asegurar, para las niñas, las oportunidades que les permitan convertirse en mujeres liberadas de las históricas trabas patriarcales que les impiden prosperar.

Si bien se ha logrado avanzar en ese sentido, en los 75 años de existencia de Naciones Unidas, los 25 desde la decisiva Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, y los 10 a partir de que fue creada la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres en El Salvador (ONU Mujeres El Salvador), el trabajo pendiente es considerable.

Exponente de esta línea de análisis, la secretaria general adjunta de las Naciones Unidas y directora ejecutiva de ONU Mujeres, la sudafricana Phumzile Mlambo-Ngcuka, aseguró que el multilateralismo debe ser inclusivo -al igual que la organización mundial-.

“Nos encontramos en una encrucijada”, expresó, al participar en la Reunión de Alto Nivel llevada a cabo, esta semana, para conmemorar el 25 aniversario de la conferencia mundial que produjo instrumentos clave para impulsar la equidad de género.

“El futuro necesita un compromiso intergeneracional significativo con todas las razas, los géneros y las personas con capacidades diferentes, para que, en todas partes del mundo, una niña de 10 años en 2020 se convierta en una joven con un futuro brillante en 2030”, agregó Mlambo-Ngcuka, una ex vicepresidenta (2005-2008) de Sudáfrica.

La jerarca de ONU Mujeres hizo, así, referencia a la conferencia global que tuvo lugar del 4 al 15 de setiembre en la capital de China, emitió la Plataforma de Acción de Beijing, y la declaración de Beijing.

La plataforma, consistente en seis capítulos, contenidos en 138 páginas, se define, en el primero de sus 361 artículos, como “un programa encaminado a crear condiciones necesarias para la potenciación del papel de la mujer en la sociedad”.

También señala que su propósito central consiste en “acelerar la aplicación” de estrategias “orientadas hacia el futuro para el adelanto de la mujer1y eliminar todos los obstáculos que dificultan la participación activa de la mujer en todas las esferas de la vida pública y privada”.

Ello, “mediante una participación plena y en pie de igualdad en el proceso de adopción de decisiones en las esferas económica, social, cultural y política”, lo que “también supone el establecimiento del principio de que mujeres y hombres deben compartir el poder y las responsabilidades en el hogar, en el lugar de trabajo y, a nivel más amplio, en la comunidad nacional e internacional”, agrega.

La plataforma tiene, desde 2015, complemento en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible que, aprobada ese año por la Asamblea General de las Naciones Unidas, contiene los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que consisten en 17 objetivos establecidos para cumplirse, a más tardar, para 2030.

El quinto de los ODS se refiere, específicamente, a “Igualdad de Género”, y apunta a poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y las niñas”, señalando, entre otros planteamientos, que ello no solamente constituye un derecho humano básico sino que es crucial para el desarrollo sostenible.

Respecto a esos instrumentos, Mlambo-Ngcuka aseguró, en la reunión de alto nivel, que marcaron “una nueva era en la lucha por la igualdad de género”, y conducido “a avances importantes, entre ellos 274 reformas legales y regulatorias en 131 países”.

Asimismo, “las mujeres participan cada vez más en los procesos de paz, se han reconocido crímenes por motivos de género en situaciones de conflicto y estos son juzgados de conformidad con las leyes del derecho internacional, Las vidas de las niñas y las mujeres se han visto beneficiadas por un incremento de la matriculación escolar y avances en la salud materna y la autonomía de sus cuerpos”, agregó.

Además, se ha generado conciencia de “que las niñas tienen desafíos específicos y diferentes”, y ha sido posible “abordar prácticas nocivas como la mutilación genital femenina”.

“En 1945, la fundación de las Naciones Unidas fue un momento decisivo y de valentía”, subrayó la funcionaria internacional, quien precisó que, “en esa época, no había mujeres jefas de Estado o de gobierno”.

“En 1995, en Beijing, había 12 mujeres jefas de Estado o de gobierno”, mientras, “hoy, tenemos 22 mujeres líderes repartidas entre 193 países”, siguió puntualizando.

“En general, esto indica un progreso, pero todavía no es suficiente, y es demasiado lento”, advirtió.

La jefa de ONU Mujeres también señaló que el multilateralismo, como sistema universal, y Naciones Unidas, como organización que opera en su marco, “son indispensables, las mujeres creen en ellos, y en que deben ser todavía más inclusivos”.

“Actualmente, las mujeres instan a conseguir el 50 por ciento de representación, o la paridad, en todas las esferas, incluidos los gabinetes, las juntas directivas corporativas, y todos los sectores de la economía”, señaló.

Por otra parte, las medidas que los gobierno adopten para enfrentar los negativos efectos socioeconómicos de las pandemia mundial de la Enfermedad Coronavirus 2019 (Coronavirus Disease 2019, Covid-19), deben enfocarse en la población femenina, subrayó.


“También se debe incluir a las mujeres como beneficiarias de los paquetes de estímulo fiscal para la COVID-19, lograr que participen en todos los procesos de paz, y que se cierre la brecha digital”, dijo, para señalar, a continuación, que “contamos con las herramientas básicas para hacer retroceder la pobreza extrema”.

Al respecto, Mlambo-Ngcuka exhortó, a los líderes participantes en la reunión de alto nivel, a fortalecer, como una urgente acción prioritaria, los avances registrados, durante dos décadas y media, en materia de equidad de género, y que la afectación socioeconómica de la pandemia está poniendo en riesgo.

“Tenemos que empezar ahora, con los compromisos de sus Excelencias en esta conmemoración, para recuperar y avanzar a partir de los modestos logros alcanzados desde 1995, que ahora se ven amenazado”, advirtió, a manera de llamado.

Para ello, “tenemos que dar pasos grandes y decididos, no pasos graduales”, aseguró.

“Este es el momento de quienes quieren romper con lo establecido, tanto jóvenes como mayores”, planteó.

“El momento de realizar acciones para cambiar el curso de la historia para las mujeres y las niñas, especialmente para las mujeres de entre 25 y 34 años, que cada día tienen más probabilidades de vivir en la pobreza extrema que sus homólogos masculinos”, agregó.

“Es el momento de erradicar leyes y normas discriminatorias y la homofobia, de poner fin a la violencia de los hombres contra las mujeres y las niñas, y de emprender un esfuerzo coordinado para que las mujeres sean las protagonistas de la justicia climática”, siguió señalando.

En opinión de Mlambo-Ngcuka, “este liderazgo audaz debe venir acompañado de una voluntad política inquebrantable, proporcional a los desafíos, junto con inversiones urgentes para respaldar las declaraciones, especialmente inversiones en organizaciones de mujeres, en jóvenes feministas que lideran el cambio, y en ministerios y entidades de mujeres”.

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