La directora regional de ONU Mujeres para las Américas y El Caribe, María Noel Vaeza. EFE/Esteban Biba/Archivo

La participación de la población femenina, en política y en economía, en el área de América Latina y el Caribe, es baja, fenómeno para cuyo combate se requiere un cambio lo mismo cultural que social, según la advertencia formulada por la directora regional de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), la uruguaya María Noel Vaeza.

En el caso de la escasa presencia en el escenario político, se requiere trabajo, para conseguir que la voz de ese sector sea escuchada, indicó Vaeza, en declaraciones difundidas, el 30 de junio, por la agencia informativa española Efe.

En cuanto al poco desempeño en materia económica -el que se ha agudizado a causa de la presente pandemia mundial del nuevo coronavirus-, se trata de un obstáculo hacia el logro de autonomía, lo mismo en materia de participación política que respecto a defensa ante situaciones de agresión de género, indicó.

La jerarca regional de ONU Mujeres, subrayó que, sumado a la afectación por la pandemia, la mujeres y las niñas enfrentan una sobrecarga de trabajo doméstico no remunerado -en particular, en tareas de cuidados-.

En cuanto a la participación en el campo de la política, Vaeza indicó que hay “mucho camino que recorrer”, para que las mujeres tengan “una voz decisiva”, en un escenario de tradicional dominio masculino.

En este sentido, indicó que, a nivel latinoamericano y caribeño, ninguna mujer desempeña, actualmente, la presidencia, mientras Barbados es el único país que cuenta con primera ministra -Mia Motley-.

También informó que, en el área, los hombres están al frente de 85 por ciento de las alcaldías, y 70 por ciento de los parlamentos.

Sin embargo, en el ámbito político, la voz de las mujeres “se está haciendo sentir en los movimiento feministas de las jóvenes de ahora”, destacó.

Son quienes “salen a reclamar y reivindicar, y son escuchadas”, aseguró la experta, una ex consejera política de la Embajada de Uruguay en Estados Unidos, y ex representante alterna del país sudamericano en la Junta de Gobernadores del Banco Mundial.

La pandemia ha puesto, aún más, de manifiesto la importancia de la presencia femenina en materia política, subrayó.

“Si hay algo que nos ha resaltado esta crisis (sanitaria), es el valor, y la necesidad fundamental, de la participación” de género, reafirmó.

En ese sentido, reflexionó que “no puede haber un retroceso de 10 años en la participación económica de las mujeres”.

Ello, porque, “sin autonomía económica, no pueden defenderse de sus agresores, ni tener espacios para participar en la política”, explicó.

Siguiendo esa línea de análisis, denunció que existe lo que describió como “un gran retroceso en la participación de la mujer en el mercado laboral”, y advirtió que se trata de un problema que “hay que resolver”.

El instrumento para la solución, es la creación de “sistemas integrales de cuidados, y oportunidades en otros empleos, que le permitan tener una mayor estabilidad económica”.

Al respecto, informó que un 70 por ciento de las trabajadoras latinoamericanas se desempeñan en el sector informal, lo que implica la “feminización de la pobreza”, para cuya erradicación “necesitamos un cambio social y cultural distinto”.

En referencia a la pandemia, y a las mujeres participantes en la formalidad económica, subrayó que, el área constituida por América Latina y el Caribe, es la región más afectada socioeconómicamente, destacándose, entre las causas, los factores de brecha digital, desempleo, y sobrecarga de cuidados.

En el primero de los tres componentes, al señalar la fuerte incidencia de ese fenómeno en ese sector de la población, destacó la ancha desigualdad, y reveló, a manera de ejemplo, que “40 por ciento de las mujeres de la región, no tienen acceso a computadora o economía digital”.

Respecto al marco laboral, dijo que, antes de la pandemia, la mayoría de la fuerza de trabajo femenina se desempeñaba “en los sectores más afectados -como el turismo, los mercados, o la hostelería”-.

Consecuencia de ello, es “tan importante ver cómo las mujeres pueden formarse en otras áreas, como la de tecnología», señaló.

Al hacer referencia al tema de la multiplicación de tareas domésticas -en particular, lo referente al trabajo de atención a familiares-, la jerarca de ONU Mujeres planteó que, a raíz de la emergencia sanitaria, “parece que el mundo se dio cuenta de la importancia de los cuidados, y que es la mujer que está dentro (de ellos)».

En alusión a la sobrecarga de labores domésticas -que afecta esencialmente a mujeres y a niñas-, explicó que realizan estos “trabajos no remunerados, hasta cuatro veces más que el hombre”.

Las declaraciones de Vaeza fueron difundidas el día de inicio de la segunda parte del Foro Generación Igualdad, encuentro que, organizado por ONU Mujeres, se llevó a cabo, del 29 al 31 de marzo, en la capital de México, y, del 30 de junio al 2 de julio, en París.

Al cierre de la actividad, en la capital francesa, la directora ejecutiva de la agencia especializada, la sudafricana Phumzile Mlambo-Ngcuka, anunció la recaudación de 40 mil millones de dólares, durante el encuentro mundial, fondos que beneficiarán, entre otros destinatarios, a organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres así como a gobiernos que implementan proyectos en este campo.

En cuanto a la sesión mexicana del diálogo, entre otros resultados, los participantes produjeron un documento de 55 páginas, entre cuyos puntos principales se plantea que la igualdad de género no es, exclusivamente, un objetivo sino que constituye un elemento clave para que el planeta sobreviva, y que, para lograr esa meta, se requiere construir un sistema socioeconómico inclusivo.