Los partidos políticos avanzan lentamente en la equidad de género y, a un ritmo similar va el electorado, pues si ellas no pueden ocupar posiciones relevantes quedan automáticamente excluidas del poder real.

En la última legislatura logramos tener dos presidentas de la Asamblea Legislativa; antes del 2018 solo habíamos tenido dos mujeres al frente del Congreso. Por primera vez en la historia tenemos una presidenta en el Tribunal Supremo de Elecciones, y solo hemos tenido una mujer presidenta del Congreso y una presidenta de la República.

En este periodo legislativo 2018-2022 resultaron elegidas 26 mujeres (45,6%) frente a 31 hombres (54,4%). Dos mujeres, una de Puntarenas, y otra de Cartago, muestran cómo aspirar a ser diputada es una tarea que conlleva experiencia, mística y que escalar posiciones en los partidos requiere la voluntad de dos partes: de la persona y de la estructura partidaria que del espacio sin obstaculizar a ninguna mujer que lo merezca.

Ana Cecilia Gómez Porras es candidata al primer lugar de Puntarenas por el Partido Liberal Progresista

Máster en Psicología, mamá de un joven de 16 años, docente universitaria, sobreviviente de cáncer de seno… La vida de Ana es un ejemplo de fuerza, dedicación y resiliencia.

Junto a su hermana gemela, es la menor de nueve hermanos. Su papá es oriundo de Sanbuenaventura (Colorado de Abangares) y su mamá de Miramar. Ninguno de los dos terminó la escuela.

Ana vivió en el centro de Puntarenas y luego en Barranca. Sacó un técnico en secretariado y, ya trabajando como funcionaria administrativa en la Caja Costarricense de Seguro Social, decidió convertirse en profesional. Estudió Psicología y actualmente es la Supervisora Regional de los Servicios de esa especialidad de la CCSS.

Tiene 50 años de edad y decidió apoyar la plataforma liberal para lanzar su postulación en la papeleta legislativa. Estas semanas recorre la provincia llevando su mensaje: “Quiero ver progresar a Puntarenas, cuando entré a la política escuché muchas voces negativas por ser mujer, además soy jefa de familia. Pero estoy convencida de que este es mi camino”.

Así, hablando con pescadores, vendedores de artesanías y visitando cantones que quieren surgir contra todo tipo de problemas, Ana Gómez emprende una más de las múltiples luchas de su vida.