
Ana Isabel Bolaños Morales dio sus primeros pasos en octubre de 1984, convirtiéndose en una de las primeras mujeres fotógrafas de estudio en Costa Rica, apasionada por los lentes y lo que se puede captar a través de la cámara.
Trabajar con personas es una de sus actividades favoritas debido a su carisma y entrega al momento de recibir a cada una de las personas que visitan su estudio fotográfico ubicado en Paseo Colón, 25 metros al sur de Quiznos.
Si bien no existía una escuela que le enseñara técnicas de cómo ser una buena fotógrafa, su ex compañero de vida fue quien observó la veta artística que Bolaños Morales tenía para estar detrás de las cámaras. “Mi mentor y esposo, Otto Fonseca Estrada, estudió fotografía en Estados Unidos y me comentó que debido a mi carácter, gusto por la belleza y maquillaje, podía ser buena en este ámbito”, relató la fotógrafa.
En esa “escuela” llamada vida donde se formó, no había margen de error, puesto que desperdiciar fotografías en ese momento costaba caro. Por ejemplo, para hacer un pasaporte solo se podía tomar dos fotografías, ni que decir de los retoques que a lo más, lo que se editaba era en caso de alguna mancha o espinilla en el rostro.

La artista en ningún momento de su vida se cuestionó si el ser mujer presentaría un obstáculo para ser fotógrafa, ya que solo competía con otros estudios fotográficos, más no con un género en específico.
“Yo empecé con mi esposo pero cuando él me dice “ya es hora, vos podés”, claro que me entró como un miedo debido al cambio de toda una circunstancia de vida, pero cuando comencé sola, me di cuenta que ya era yo, que podía entregarme por completo y eso me encantó” relató.
Si bien existen muchos tipos de fotógrafos los cuales se van modernizando con el paso del tiempo, Bolaños avanza en su propia línea moderna, sin dejar de lado las cosas más sutiles como la expresión de un bebé, su inocencia, lo lindo del alma de una mujer, la unión de una familia y la felicidad de un graduado. En sí, trabajar en la integridad de la persona.

FANA FOTOGRAFÍA
Así es como se llama su emprendimiento, un estudio fotográfico que surgió desde hace aproximadamente 30 años, donde uno de los aspectos más importantes, según la propietaria, es el trato hacia el cliente, hacer que se sientan respetados y queridos.
Esta empresa es liderada por ella y su hija, Carolina Soto Bolaños. “Ella trabaja conmigo desde hace 24 años, hemos hecho un match muy bueno y nos llevamos muy bien como madre e hija”, mencionó Bolaños.
Mantenerse en el ámbito de la fotografía es un gran reto, y para la empresaria, el tener su negocio con la misma profesionalidad desde hace más de 30 años, es y seguirá siendo parte de sus prioridades, con el fin de brindar un servicio de calidad a todos sus clientes.

Según indicó Bolaños, saber manejar una cámara, conocer de luz, composición y tamaños es muy importante, empero, el conocimiento humano es la mayor destreza que debería tener todo captador de fotos.
“Hasta la persona más linda y por más segura que sea siempre va a sentir inseguridad frente una cámara, porque es como desnudarse y permitir que quedemos plasmados en una imagen. Tenemos que darles una seguridad y tranquilidad de que daré lo mejor de mí para obtener lo mejor de ellas”, finalizó.