El principal problema generado por los matrimonios y las uniones infantiles -que afecta a casi cinco por ciento de las menores de dieciocho años-, en Argentina, es la agresión machista.
La niñas, así como las adolescentes en edades por debajo de quince años, no están en capacidad de otorgar consentimiento a un vínculo de carácter sexual, expresó, al proporcionar la información, la fundadora de la no gubernamental Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (Feim), la octogenaria médica y feminista argentina Mabel Bianco.
La activista por los derechos de las mujeres -particularmente en materia de servicios de salud mejorados, y de educación sexual- hizo, así, referencia a los datos contenidos en el informe que Feim tituló “Previniendo el Matrimonio y las Uniones infantiles: una forma de violencia contra mujeres y niñas en Argentina”.
“Pese a que el consentimiento sexual es a los 13 años, entendemos que estas relaciones representan un acto más amplio, porque la mujer tiene que convivir con esa pareja”, razón por la cual “es mucho más que consentir un acto sexual”, precisó en declaraciones reproducidas, el 1 de junio, por el portal informativo argentino Chequeado.
“Internacionalmente, se considera que con menos de 15 años no tiene capacidad de consentir, por eso se considera forzado”, agregó la activista.
En referencia a los diferentes aspectos socioeconómicos abordados en el informe que Feim dio a conocer en diciembre de 2020, Bianco expresó que, a esos factores, se suma el componente cultural.
“Lo primero que impacta, es la pobreza”, aseguró.
“Pero también hay factores socio-culturales, en la población indígena, con valores ancestrales”, planteó, para puntualizar que “los casos, también, son intrafamiliares, y el noreste argentino se ve mucho más afectado”, expresó.
La activista hizo referencia a tres de las provincias que constituyen el Noreste Argentino (Nea) -Chaco, Formosa, Misiones-, todas fronterizas con Paraguay, y con alta proporción de población indígena -la tercera, además, limítrofe con Brasil-.
En ese sentido, denunció la agresión machista, como el principal componente que victimiza a las menores, por lo general unidas a parejas quienes las superan, considerablemente, en edad.
Al maltrato, se suma el altamente frecuente fenómeno de embarazos tempranos.
“Los problemas más frecuentes que conlleva el matrimonio -o las uniones- en la adolescencia, están relacionados con la violencia que padecen las chicas, en mayor medida”, señaló la experta.
Esos contextos negativos se ven agudizados, desde el años pasado, por la pandemia mundial de la Enfermedad Coronavirus 2019 (Coronavirus Disease 2019, Covid-19), advirtió.
Ello, particularmente como consecuencia de medidas sanitarias -tales como el asilamiento social, en algunos casos obligatorio, y hasta impuesto mediante toque de queda- implementadas por la mayoría de gobiernos, como esfuerzo para contener la propagación del virus.
Además, el desvío, a la atención de la emergencia sanitaria, de fondos normalmente asignados a servicios de salud sexual y reproductiva.
Al respecto, Bianco denunció que “el aislamiento, la restricción de la libertad, y el embarazo posicionan, a las niñas y adolescentes, en una relación desigual de poder con sus parejas”.
Esto, con el agregado de “la imposibilidad de poder acceder a información, atención de su salud, educación, y a sus redes familiares, volviéndose un círculo peligroso de violencia”, dijo, a continuación.
“Esto último se vio incrementado con la pandemia de COVID-19”, puntualizó.
En una nota informativo que difundió, el 20 de mayo, sobre su informe, Feim señaló que “casi el 5 % de las niñas argentinas menores de dieciocho años están casadas o en situación de convivencia con hombres en su mayoría entre 10 y15 años mayores que ellas”.
Luego de precisar que se trata de 4.7 por ciento, la fundación enumeró lo que definió como “algunas de las conclusiones provisorias que permite arrojar el estudio”.
En este sentido, destacó que “el matrimonio o las uniones convivenciales infantiles se consideran pertenecientes al ámbito familiar y privado”, y aseguró que esos componentes, agregados a “los mandatos culturales y ancestrales existentes aún en muchas provincias y los roles estereotipados de género”, son elementos que “contribuyen a propiciar la persistencia y naturalización de estos matrimonios o uniones a edades tempranas en la sociedad”.
Feim precisó que Chaco, Formosa, y Misiones “lideran las cifras de niñas y adolescentes madres que viven en matrimonio o convivencia”.
También puntualizó que, entre “los problemas más frecuentes que conlleva el matrimonio o las uniones en la adolescencia”, se destaca “la violencia que padecen las chicas en mayor medida, con un claro predominio en las regiones de NEA y NOA (Noroeste Argentino)” -zona fronteriza con Bolivia y con Chile-.
En materia de agresión de género, en el informe se indicó que de 80 a 90 por ciento de las menores convive con el agresor, lo que incide en el número de femicidios que registra ese sector poblacional.
Asimismo, se determinó que “la violencia contra las niñas menores de 14 años es ejercida por los padres y/o padrastros y en las adolescentes de 15 a 18 años, varones jóvenes entre 18 a 29 años”, situación agudizada por la pandemia.
“El tipo de violencia que prima es la física y psicológica, pero también inciden violencias de tipo simbólica, sexual y económica, especialmente para el rango de 15 a 19 años”, agregó la fundación.
“El aislamiento, la restricción de la libertad y el embarazo posicionan a las niñas y adolescentes en una relación desigual de poder con sus parejas y con la imposibilidad de poder acceder a información, atención de su salud, educación y a sus redes familiares”, señaló, a continuación.
Se genera, de ese modo, “un círculo peligroso de violencia”, fortalecido por la pandemia, explicó.
Al participar en la inauguración de la 65 Sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, de Naciones Unidas, reunida del 15 al 26 de marzo, la directora ejecutiva de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), la sudafricana Phumzile Mlambo-Ngcuka, advirtió sobre efectos socioeconómicos de la pandemia.
La suspensión de actividades en centros educativos de nivel primario, como una de las medidas de contención del virus, afectará a alrededor de 10 millones de niñas, a nivel mundial, planteó Mlambo-Ngcuka, una ex vicepresidenta (2005-2008) de Sudáfrica.
Esas menores, “pueden, esta década, estar en riesgo de matrimonio infantil, y niñas abandonando permanentemente la escuela, a causa de embarazo -la mayoría, por sexo no consensuado”, señaló.
“La pandemia ha sido especialmente dura con las mujeres y las niñas”, planteó la funcionaria internacional, para agregar que “esta es la crisis más discriminatoria que hemos experimentado alguna vez”.