El centroizquierdista presidente de Argentina, Alberto Fernández, asistió, el fin de semana, junto con quienes integran el gabinete ministerial, además de otras autoridades gubernamentales, a una capacitación colectiva en materia de género y violencia contra las mujeres.

Entre los principales colaboradores de Fernández, estuvo presente Adela Rueda, la primera mujer trans quien integra un gabinete ministerial argentino, desempeñándose como subsecretaria de Políticas de Diversidad del recién creado Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad.

Se trató de un taller impartido -por la titular del nuevo ministerio, Elizabeth Gómez, y la socióloga y asesora presidencial Dora Barrancos-, en cumplimiento de la legislación aprobada, hace poco más de un año, en materia de violencia de género.

“Vamos a formar a las máximas autoridades del Estado, y vamos a coordinar para que, en cada uno de los ministerios y dependencias del Estado, se hagan capacitaciones certificadas por nosotras”, expresó la ministra.

En alusión al gobierno del derechista Mauricio Macri, el desprestigiado antecesor inmediato de Fernández en la presidencia (2015-2019), Gómez aclaró que “esto también se hizo en la gestión anterior, con una calidad bastante débil, y creemos que, a un año de la promulgación, estamos dando un salto en lo que se refiere a la aplicación de esta ley”.

La funcionaria reafirmó que “esto eleva la vara, es un salto cualitativo”, y aseguró que “nadie puede decir, después de esto, que no puede hacer la capacitación”.

Gómez dijo, respecto a la incapacidad de la administración pasada en cuanto a dar cabal cumplimiento a la ley, que “esa brecha aún es enorme”, describió el esfuerzo por cerrarla como “la tarea que tenemos que llevar adelante”, y, al señalar que se trata de una acción colectiva, que no es privativa del nuevo ministerio, invitó, a los asistentes, a “pensar qué acciones podemos hacer, en los diferentes ámbitos, que tengan un impacto concreto en la política de género”.

En ese sentido, señaló pasos dados por el recién instalado gobierno, y destacó el plan de obra pública denominado “Argentina Hace”, cuya implementación está a cargo del ministerio correspondiente, iniciativa que prevé la creación, en esa área, de 20 mil fuentes de trabajo, lo que constituye “una política con perspectiva de género, que impacta en el ámbito laboral de las mujeres”.

Respecto a la desigualdad entre mujeres y hombres –entre otros ámbitos, en el laboral- que caracteriza a sociedades patriarcales, como la argentina, la nueva ministra se refirió a los estereotipos que han consolidado esa brecha.

“Se intentó biologizar que las mujeres somos sensibles, pasivas, se naturalizan esos valores”, planteó, además de subrayar la doble moral que, históricamente, ha sido base para el arbitrario enjuiciamiento social contra las mujeres.

En ese sentido, mencionó, a manera de ejemplo, el hecho de que, en el país sudamericano, hasta tan recientemente como el final del siglo pasado –específicamente, hasta 1995-, el hecho de que una mujer mantuviese una relación sexual fuera del vínculo matrimonial, la convertía, automáticamente, en adúltera, mientras que el calificativo equivalente se aplicaba a un hombre, en igual situación, solamente si éste mantenía económicamente a esa pareja.

Al respecto, Barrancos presentó una relación histórica del desarrollo del patriarcado, en términos generales y en el caso argentino.

Se trata de “un sistema de opresión y exclusión de las mujeres y otredades”, indicó, en el segundo caso, en referencia a la comunidad sexualmente diversa.

“El patriarcado se erigió junto con la propiedad privada, pero antes de haber patrimonialidad sobre las cosas y los animales, lo hubo sobre las mujeres”, subrayó, para agregar, a continuación, que “la primera propiedad privada fue la privatización de las mujeres”.

En cuanto a la consolidación del sistema en Argentina, señaló ejemplos tales como que, hasta 1921, el castigo al femicidio se atenuaba si la víctima había cometido adulterio, además de que, hasta 1968, las mujeres no eras propietarias plenas de sus bienes.

La capacitación –a la que deben asistir los funcionarios de los tres poderes del Estado-, se enmarcó en una intensa serie de acciones desarrolladas, en distintos frentes, por el gobierno de Fernández, en el primer mes de gestión –iniciada el 10 de diciembre, para el período 2019-2023-.

En este caso, la actividad dirigida por Gómez y Barrancos se enmarcó en la legislación vigente desde diciembre de 2018 y denominada Ley Micaela, en homenaje a la joven argentina Micaela García, una activista por los derechos de las mujeres quien fue asesinada algo más de un año antes.

Micaela, nacida en la ciudad argentina de Concepción del Uruguay, era estudiante de Educación Física en la cercana ciudad de Gualeguay –ambas en la oriental provincia de entre Ríos, que limita con Uruguay-.

Micaela fue vista con vida, por última vez, el 1 de abril de 2017, en Gualeguay, y fue hallada, una semana después, asesinada, en un lote baldío en la periferia de la ciudad.

La estudiante era, además, integrante destacada del movimiento #Niunamenos, agrupación que se opone a la violencia de género y promueve los derechos de las mujeres.

Entre las numerosas fallas, señaladas por Gómez, en la implementación de la Ley Micaela, por parte del gobierno macrista, la jerarca gubernamental señaló falta de presupuesto y de reglamentación.

En ese contexto, Macri asistió a la capacitación impartida en setiembre del año pasado.

El ex presidente se ha caracterizado por expresiones de naturaleza marcadamente machista, y por justificar acciones tales como el hostigamiento hacia las mujeres, de acuerdo con declaraciones reproducidas, en diferentes momentos, por medios de comunicación locales.

En ese contexto, cuando en 2000 aspiraba a la presidencia de Boca Juniors, el histórico equipo del fútbol argentino, fue interrogado, en diálogo con la revista Noticias, si pensaba que podía llegar a la presidencia del país, y, en tal caso, si consideraba nombrar a su hermana, Sandra Macri, en la titularidad de algún ministerio.

“En una familia machista, una mujer no tiene otro destino que el de estar educando a sus hijos. No la veo en ningún gabinete”, respondió Macri, quien, a continuación, afirmó que “soy un machista modernizado, aggiornado” –españolizando la palabra Italia “aggiornato” que quiere decir “moderno”, o “actualizado”-.

Por otra parte, cuando en 2014 era aún alcalde de Buenos Aires (2009-2015), y estaba por convertirse en presidente de Argentina, durante una entrevista con una radioemisora de la ciudad de Ushuaia, en el extremo sur del país, se refirió al hostigamiento verbal callejero hacia las mujeres.

Al respecto, afirmó que, “a todas las mujeres, les gustan los piropos, aunque les digan ‘qué lindo culo tenés’”, tras lo cual se confesó, públicamente, como un “piropeador” retirado.

“Ahora piropeo menos, porque mi mujer me mata; si veo una mujer linda hoy, desde un lugar casi como de un observador pasivo retirado, capaz que le digo (algo)”, afirmó.

En marcado contraste, al cierre de la capacitación del fin de semana en Buenos aires, Fernández aseguró que, su administración, “queremos una sociedad igualitaria, con plenitud para todos más allá de su condición de género y de su identidad sexual, queremos una sociedad donde todos tengan las mismas oportunidades para desarrollarse”, de modo que, “cada vez que llevemos derechos a la gente, celebremos, porque vamos a estar siendo mejores”.