Honduras ha perdido a una valiente y comprometida luchadora social.
Berta Cáceres, activista hondureña, cofundadora y coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), ganadora en 2015 del premio Goldman por su trabajo ambiental, fue asesinada esta madrugada a tiros por dos desconocidos, que irrumpieron en su casa.
La madre de cuatro hijos, de 40 años de edad, había denunciado varias veces que era objeto de amenazas de muerte por parte de la policía, el ejército y grupos de terratenientes.
Por su campaña contra un polémico proyecto hidroeléctrico, financiado por el Banco Mundial, obtuvo el año pasado el premio Goldman que se concede anualmente a defensores de la naturaleza y el medio ambiente. En esa oportunidad Cáceres organizó al pueblo lenca, la mayor etnia de Honduras, para protestar contra una represa.
La campaña logró que el constructor más grande de represas del mundo, la compañía estatal Sinohydro de China, retirara su participación en el proyecto hidroeléctrico. La Corporación Financiera Internacional, institución del Banco Mundial que invertiría en la obra, también abandonó la iniciativa.
Los lencas, con más de 400.000 miembros diseminados en Honduras y El Salvador, se consideran custodios de la naturaleza, la tierra y sobre todo de los ríos. Según la tradición lenca en los ríos residen los espíritus de sus mujeres, que son sus principales guardianas.
Luis Almagro, secretario general de la OEA, condenó el asesinato y lo consideró un golpe contra los derechos humanos.
El brutal asesinato de una destacada líder indígena en Honduras traza una aterradora imagen de los peligros a los que se enfrentan quienes, en el país, defienden los derechos humanos y realizan activismo social.
En revista Petra nos unimos al repudio internacional de este asesinato, calificado como abominable y vil, esperando que se dirijan acciones enérgicas para encontrar los responsables de este atroz crimen.
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