
La producción de material de contenido sexual en la red está generando una variante de rápido posicionamiento en el ciberuniverso, y con un creciente enfoque en el público femenino: el audioporno.
Si bien la población meta del material de contenido sexual, principalmente el gráfico, ha sido, históricamente, la masculina, con el advenimiento de la era de Internet se ha generado un espacio en el cual esta producción también es pensada para mujeres.
En una estrecha interrelación, la ampliación del mercado va acompañada por el surgimiento de más proveedores, los que, a su vez, alentados por la demanda en ascenso, están diversificando –y especializando- la oferta.
En tal contexto, la producción de material denominado audioporno –o audioerótico-, que viene, hace algunos años, registrando un auge que parece indetenible, está cerrando esa brecha de género, además de que, según publicaciones especializadas en economía, generó, solamente de enero a noviembre de este año, ganancias superiores a ocho millones de dólares.
A diferencia de los tradicionales videos sexuales, se trata de materiales exclusivamente sonoros pero que, no obstante carecer de imágenes, resultan igualmente estimulantes.
Algunas opiniones expertas adjudican el auge del audioporno a lo que describen como la saturación de la estimulación visual, en detrimento de la imaginación.
En este sentido, la sexóloga Francisca Molero, directora del Instituto Iberoamericano de Sexología, en la nororiental ciudad española de Barcelona, dijo recientemente, a la emisora British Broadcasting Corporation (BBC), que, a nivel general, existe “una hipertrofia de algunos sentidos”, lo que deriva de que “hay una sobresaturación de estímulos visuales”.
Por lo tanto, “llega un momento en que ya no nos hace el efecto que nos hacía”, explicó, al medio británico, y agregó que “las plataformas de audioporno o audioerótica recogen la demanda, de una parte de la sociedad, de utilizar los otros sentidos”.
Molero agregó que “la palabra tiene algo muy importante, y es que te permite imaginar muchas cosas”, siguió explicando, para preguntar, de inmediato: “entonces, ¿cómo no va a ser el audioporno y el audioerótico un estímulo importante?”.
Al abordar el tema de género, la sexóloga precisó que “siempre que se hablaba de lo que excitaba a la mujer, se hablaba poco de los estímulos visuales”, pero “se hablaba fundamentalmente del oído, de las palabras, del tipo de palabras que te decían y cómo te las decían”, algo que “ocurría también en el hombre, pero siempre se ha planteado más para la mujer”.
La experta puntualizó, además, que la manera de consumir pornografía, por hombres y por mujeres, es diferente.
“El porno siempre ha sido territorio masculino, ha sido un porno hecho para hombres, y, además con escenas de mujeres que hacían cosas que los hombres pensaban que gustaban a las mujeres, pero en realidad eso era mentira, les gustaban a hombres”, planteó.
De modo que, en ese contexto de inequidad de género, en el modelo tradicional, “la mujer no existe, salvo como cuerpo, y como cuerpo estereotipado, y una imagen de que le gusta algo que no le gusta”, siguió precisando.
Pero el audioporno –difundido mediante plataformas tales como Dipsea y Voxxx- ha empezado a cerrar, en algún sentido, esa brecha, según la sexóloga.
“Deja más a la imaginación”, reflexionó Molero, quien aclaró, además, que “las mujeres siempre hemos utilizado la literatura erótica como un estímulo, porque las palabras te permiten imaginarte de otra manera las cosas”.
De modo que sólo era cuestión de tiempo para que el audioporno dirigido principalmente a mujeres entrase en escena, introducido por plataformas fundadas por mujeres y, según la experta, con enfoque feminista.
Una de las plataformas de mayor popularidad es Dipsea, en cuya aplicación, por 8.99 dólares mensuales o 47.99 dólares anuales, se accede a un menú de 175 historias –las que son actualizadas semanalmente-, dirigidas al público meta consistente en mujeres en el grupo etario de 25 a 45 años.
Dipsea se define como una Aplicación Sexual Erótica de Audiporno Diseñada para Mujeres (Sexy Erotic Audio Porn App Designed For Women).
De acuerdo con lo declarado recientemente por sus creadoras, Gina Gutiérrez y Faye Keegan, al diario estadunidense The New York Times, las historias ofrecidas por Dipsea son grabadas por actores profesionales.
“El porno visual funciona para hombres”, aseguró Gutiérrez, quien relató que tuvo la idea que derivó en la creación de Dipsea, mientras escuchaba materiales de una app de meditación guiada que se denomina Headspace.
Gutiérrez relató que comenzó a pensar que materiales solamente en audio pueden intensificar no solamente la concentración sino el placer.
Por lo tanto, “la idea sombrilla consiste en fantasía accesible”, explicó, para agregar que ella y Keegan basaron el enfoque narrativo sin imágenes sobre la premisa de que “el mejor contenido sexual estaba oculto en otros contenidos”.