SERIE TICAS DEL MOMENTO

Las palabras tienen mayor significado cuando las escribe la pluma correcta, ese es el caso de la escritora Aurelia Dobles Trejos, quien ha sabido ofrecer herramientas para que muchas personas encuentren su propia voz de expresión.

El dramaturgo irlandés, Samuel Barclay Beckett dijo alguna vez que la palabra es todo lo que se tiene, y muchas personas a lo largo de su vida han hecho de ese don una forma de mostrarle al mundo la manera en que lo ven. Ese es el caso de la multifacética Aurelia Dobles Trejos, quien ha dedicado su vida a la comunicación, la cultura y por supuesto, al arte de la escritura. Periodista que además estudió otras profesiones, viene de una familia donde se le enseño a amar a los libros y vivir con la sensibilidad a flor de piel.

“Tuve un maestro orfebre del idioma castellano en casa, mi padre escritor, muy culto y a la vez muy sencillo, y una madre cuya valentía era tanta como su inteligencia. Ambos nos enseñaron a amar la naturaleza, la multiplicidad de las artes, los libros y a todas las personas. Estudié antropología, periodismo y teatro, esa mezcla influyó en mi vocación comunicadora, pues a la palabra -mi juguete favorito- he buscado imprimirle la vivacidad de las artes y su creatividad”, manifestó la comunicadora.

Esta amante de las letras, posee una vasta experiencia en el mundo periodístico y literario, desde dar clases de francés, vender aguacates, limones y libros, hasta laborar en relaciones públicas en el Teatro Nacional y en la Sala Garbo. Además de actuar en obras de teatro, dos películas nacionales y anuncios comerciales, también ser periodista cultural  en Canal 13, en el Semanario Esta Semana y luego en La Nación, como editora durante 12 años del suplemento cultural Áncora.

Todas esas experiencias sumadas no podían, según ella, quedar atrapadas en su propia historia, la también editora sintió la necesidad de compartir su saber con los demás de una manera muy personal, por eso desde el 2010 creó un proyecto denominado “Talleres de Escritura Mágica”, con el objetivo de que las personas puedan encontrar su propia voz y desarrollarla, así como  motivar  a que la gente confíe en su capacidad para que cada vez escriba con mayor belleza y eficacia.

“Mi padre decía que la literatura es como un gran bosque: tan válido allí el roble o el higuerón gigantes como un bello diente de león o una humilde yerbabuena. Para mí es como un océano: se disfruta el movimiento de una mantarraya como la rareza de un caballito de mar. Así los textos en todos sus géneros y temas, no hay límites. Desde luego procuro guiarlos para que escriban con los mejores recursos, eviten los vicios del lenguaje o los clichés, y obtengan hallazgos literarios originales”, expresó la profesora.

Estos talleres han recibido a lo largo de los años a más de 70 personas que a través de un viaje exploratorio disfrutan de un recorrido que les permite encontrar autenticidad y preservar en el núcleo expresivo, la verdad profunda de cada individuo, según detalló su creadora.

A raíz de estos espacios, han surgido una serie de productos, particularmente generados por mujeres. La creación de dos antologías, las cuales contienen textos muy variados, así como el nacimiento de libros que han surgido en el seno de estos talleres.

“En librerías ya tenemos dos preciosas Antologías Femeninas de Escritura Mágica (volumen 1 y 2, del 2017 y 2020), con relatos muy variados de las participantes. Además, algunas de ellas ya han publicado sus propios libros, gestados en el seno de los talleres, como Matilde Jenkins, Ana Victoria Garro, Renata Bicalho, Ana Isabel Ruiz, María Elena Pozuelo, y algunas están a punto de publicar los suyos, como Matilde Crespo (novela), Ileana Piszk (cuentos) y Paola Fonseca (novela)”, indicó la periodista.

También, manifestó con profunda alegría que trabaja en un proyecto colectivo de una gran exposición cuyo corazón son los textos de casi 40 autoras de los Talleres de Escritura Mágica, un recorrido plástico y sensorial que a los visitantes les permitirá interactuar con los textos en el Museo Calderón Guardia.  

La escritura como derecho humano

Aurelia, hija del escritor Fabián Dobles, entrega herramientas para que sus alumnos encuentren el camino para expresar desde su ser, aquellas emociones que albergan. Para ella la escritura es un derecho humano que le permite a los individuos conocerse y manifestarse.

“Es un derecho humano, no se practica solo con el objetivo de publicar, incluso esto a veces es lo menos importante, sino que la escritura es tan generosa que nos abre un espacio de contención, de autoconocimiento, de dirección. La escritura nos caracteriza como especie sobre el planeta. Me parece fundamental en estos momentos en que tanta gente invisibilizada amerita decir y decirse, o que la digan otros por medio de su sensibilidad”, comentó la escritura.

Para ella,  cada persona es un mundo y siempre tendrá una perspectiva única de la vida y por lo tanto merece expresarla y apreciarla. Por eso, tiene total apertura de recibir a aquellas personas que desean escribir de manera fervorosa sobre su entorno, porque para ella además de un modo de subsistir es una oportunidad de abrirles las ventanas del universo.