La autora de “Una mirada feminista que revela y rebela. Huellas de mujeres en las iglesias” sostiene que debería haber una complementariedad que permita a las mujeres estar presentes en instituciones como la Iglesia

Fe y feminismo no son dicotómicos, como tampoco lo son fe e igualdad, por lo cual, la equidad de género tendría que ser la realidad en todos los ámbitos, incluida la Iglesia.

Impulsora de esa línea de análisis, la española Elena Gortázar, una trabajadora social retirada, autora de un libro que analiza la presencia femenina en el campo religioso, considera que, si bien ha abierto espacio, para las mujeres, en la Iglesia Católica, el papa Francisco no ha avanzado lo suficiente en su iniciativa.

En el marco de una entrevista publicada el 3 de enero por el medio religioso español Vida Nueva (VN), Gortázar señaló que es promotora de una estructura social que no discrimine a la población femenina.

“La fe de ninguna manera está reñida ni con el feminismo, ni con la igualdad”, planteó.

“Yo vivo la fe desde la inclusión, y, como yo, hay cada vez más gente creyente”, expresó Gortázar, quien está incursionando en el ámbito literario, con el libro “Una mirada feminista que revela y rebela: Huellas de mujeres en las iglesias”.

“No hay un tema que nos sea ajeno”, agregó, para aclarar que, “otra cosa es el enfoque que le demos desde la fe”.

En ese sentido, y en referencia, a manera de ejemplo, a su transición del trabajo social a la fe, aseguró que “el mundo social te vincula, te enraíza, en el mundo que vives, tan aparentemente caótico y, sobre todo, tan injusto”.

“Desde la fe, esto te rebela y revela en los distintos sectores en los que vas moviéndote”, indicó, además de plantear que “no se trata de explicitar la fe como lo entendíamos antes”.

“Es cierto que todavía hay muchos grupos cristianos a los que les cuesta expresar su fe si no hay una alusión concreta a alguna frase del evangelio, a Jesús, a Dios, y yo lo respeto”, dijo.

“Pero, cuando estás en un mundo tan ajeno a todo esto, aprendes a ver a Dios en todo, a ponerle ‘otro nombre’, por así decirlo”, reflexionó.

Porque “tú sabes de qué estás hablando, sabes cómo es trabajar desde la fe, pero no hace falta adoctrinar”, reveló, a continuación.

En la visión de Gortázar, la idea consiste en avanzar hacia una estructura social no discriminatoria contra la población femenina.

Para lograr ese objetivo, es necesario converger, de acuerdo con lo expresado por la activista.

“Debería haber una complementariedad, en la práctica, que nos permita, a las mujeres, estar presentes en cualquier ámbito, en cualquier rol”, planteó, en calidad de recomendación.

Ello, “tanto en la sociedad civil como en las instituciones, como en la Iglesia”, precisó, para, a continuación, señalar que, “para mí, ese es el sueño”.

“Pero es un sueño muy lejano, porque -cada vez más- caigo en la cuenta de las raíces tan profundas del patriarcado”, admitió.

No obstante, aclaró que “el patriarcado no es sólo en la Iglesia ni parte de ella, como erróneamente predica mucha gente”.

“Es muy anterior, y está muy implantado en todas las culturas”, explicó, de inmediato.

“Entonces, tenemos que seguir unidas, apoyándonos y sin decaer”, recomendó.

En cuanto a los planteamientos del papa Francisco respecto a la participación femenina en la Iglesia Católica, expresó reconocimiento al esfuerzo que el pontífice está mostrando.

El Papa ha hecho un cambio cualitativo (…) y, desde ahí, mi admiración y respeto”, dijo.

“En cuanto al tema mujer, me da la sensación de que nos ha abierto puertas y rendijas por las que entrar en la estructura, pero que no son todas las que a él le habrían gustado”, señaló, a manera de evaluación de labor.

Gortázar hizo, así referencia a lo expresado por el jefe de los católicos, por ejemplo, durante su participación, el 4 de enero, en una reunión de la Comisión Teológica Internacional del Vaticano -organismo que aborda temas doctrinales clave de la Iglesia Católica-.

Al tomar, como punto de referencia, la escasa presencia femenina en ese grupo de trabajo, Francisco dijo que ese aspecto, en términos generales, se resuelve “por el camino místico, por el camino real”.

En ese sentido, llamó a reflexionar sobre “la Iglesia mujer, la Iglesia esposa”, agregando que “esta es una tarea que les pido: por favor, desmasculinizar la Iglesia”.

Respecto a la conducta del papa, Gortázar planteó que, “otra cosa es su visión teológica del tema mujer y género”.

“No sé si es que está muy condicionado -o es su manera de pensar-, porque, por un lado, te ilusiona, pero, por otro, te defrauda un poco que no vaya más allá en el acceso de las mujeres a la igualdad total que tenemos como cristianas desde el bautismo”, explicó, para subrayar que “Jesús nos la dio, la vivió, y la implantó en su pequeño grupo de seguidores y seguidoras”.

En la visión de la activista española, Francisco “va abriendo caminos, pautas, roles, espacios, y está claro que hay un avance muy importante, pero, siempre hay un punto en el que se para, y que ojalá no fuera así”.