Tres mujeres arbitrarán partidos y otras tres serán réferis asistentes en el torneo por la Copa Mundial de Fútbol masculino a desarrollarse este año en Qatar

La inclusión de mujeres marca un escenario de choque con la tradicional misoginia imperante en ese país árabe.

En el caso del arbitraje central, se trata de la japonesa Yoshimi Yamashita, la francesa Stephanie Frappart, y la rwandesa Salima Mukansanga. Los demás 36 réferis son hombres.

A nivel de árbitros asistentes -en la lista de 69-, las designadas con la brasileña Neuza Back, de Brasil, la mexicana Karen Díaz Medina, y la estadounidense Kathryn Nesbitt.

Las tres centrales tienen experiencia en dirigir partidos de fútbol masculino.

Yamashita se ha desempeñado lo mismo en partidos de liga nacional que a nivel de Juegos Olímpicos, con actuación en las competencias llevadas a cabo en 2021 en Japón.

Por su parte, Frappart incluye, en su trayectoria en la cancha, juegos clasificatorios para el torneo mundial de este año, el partido final por la Copa de Francia 2022 del fútbol masculino, y el encuentro de cierre del Campeonato Mundial Femenino de 2019.

Entretanto, Mukansanga es la primera réferi en un partido por la Copa de Naciones de África, habiendo registrado, este año, ese logro.

Las tres centrales y las tres asistentes llegarán a un país caracterizado por la desigualdad de género como componente de la legislación nacional.

En un informe que dio a conocer el 29 de marzo de 2021, la organización internacional Human Rights Watch (HRW) denunció que “la tutela masculina cercena los derechos de las mujeres”, en Qatar.

“Según las leyes qataríes, las mujeres deben obtener el permiso de sus esposos para casarse, independientemente de la edad o de su estado civil anterior”, señaló en el texto que tituló “Todo lo que tengo que hacer está ligado a un hombre’: Las mujeres y las normas de tutela masculina en Qatar” (“Everything I Have to Do is Tied to a Man’: Women and Qatar’s Male Guardianship Rules”).

“Una vez casada, se puede considerar que la mujer es ‘desobediente’ si no obtiene el permiso de su esposo antes de trabajar o viajar, o si abandona el hogar o se niega a mantener relaciones sexuales con él sin una razón ‘legítima’”, agregó, en el documento de 94 páginas.

HRW denunció además, entonces, que, “debido a la discriminación en las leyes relativas al divorcio y a las decisiones respecto de hijos e hijas, algunas mujeres han quedado atrapadas en relaciones abusivas, y a menudo esperan años para obtener un divorcio”.

Sumado a ello, “si se van, es posible que no puedan volver a casarse por temor a perder la custodia de sus hijos, y continúan dependiendo de sus exesposos, que siguen actuando como tutores legales de los hijos”, puntualizó, a continuación.

En contraparte, “los hombres pueden estar casados hasta con cuatro mujeres al mismo tiempo sin necesidad del permiso de un tutor o ni siquiera el de su esposa o sus esposas actuales”, precisó HRW.

En declaraciones reproducidas por la agencia informativa estadounidense The Associated Press (AP), el 8 de noviembre -doce días antes del inminente inicio de la competencia, programada para noviembre 20-diciembre 18, en el país árabe del oeste asiático- Yamashita expresó la esperanza de que su designación ayude a combatir la marcada desigualdad de género que impera en Japón.

“Estaría muy contenta si las mujeres pudiesen desempeñar un rol activo en el deporte, de esta manera, y si el deporte -y, especialmente, el fútbol-, pudiese llevar a esto”, dijo.

“En Japón, todavía hay un largo camino por recorrer en el mundo del fútbol (en cuanto a la participación de las mujeres) por lo que sería estupendo si esto pudiese ligarse a la promoción de la participación femenina, no solo en el fútbol o en los deportes”, agregó.

Según la réferi, “la diferencia entre los partidos de hombres y los de mujeres era, por supuesto, la velocidad. Pero no se trata solo de que los hombres puedan correr más rápido”.

“No es la velocidad del balón” sino que “es, simplemente, la velocidad del juego”, puntualizó, para señalar que, “para mí, esto significa que tengo que tomar decisiones más rápido, más velocidad”.

Otro componente radica en el estrés, derivado de factores tales como la masiva atención que los campeonatos mundiales de fútbol -particularmente el deporte masculino- naturalmente generan, dijo, a AP.

“Por supuesto, creo que la presión es enorme, y creo que tengo mucha responsabilidad”, planteó.

“Pero estoy muy contenta de asumir este deber -y esta presión-, así que intento tomármelo de forma positiva, y trato de ser feliz”, aseguró.

Al reflexionar sobre su responsabilidad en la cancha, la réferi señaló que, “uno de los grandes objetivos, como árbitro, es resaltar el atractivo del fútbol”.

Por lo tanto, “haré todo lo que pueda para ello, y haré lo que tenga que hacer, en ese momento, para ese fin”, subrayó.

“Así que, si necesito comunicarme con los futbolistas, lo haré, si tengo que mostrar una tarjeta, mostraré una tarjeta roja”, advirtió.

Sin embargo, el contexto trasciende el tema puntual de la autoridad dentro del campo de juego, para incluir al espectáculo, como componente central, aseguró, al medio de comunicación estadounidense.

“Más que en el control, pienso en lo que hay que hacer hacia el gran objetivo de hacer que el fútbol sea atractivo”, expresó.

Durante el diálogo con AP -desarrollado en japonés-, Yamashita dijo que, en la cancha, en Qatar, con los jugadores, se comunicará en inglés, y mediante “gestos faciales y corporales”.

Al respecto -ahora hablando en inglés-, dijo que, “normalmente, cuando muestro una tarjeta, no digo nada, pero, cuando hago una advertencia, solo les digo que no estoy contenta: lo entienden”.

Foto: RF.studio