La contribución del movimiento feminista, en sus diversas corrientes, a lo largo del tiempo, son innegables, y han conducido a logros tales como los derechos con los que las mujeres cuentan en la actualidad.
Sin embargo, la reducida proporción de participación femenina en posiciones de liderazgo, también es una realidad, que responde a factores de índole cultural.
Mientras plantea esta línea de análisis, Beatriz Argimón, actual vicepresidenta de Uruguay, quien se define como activista de los derechos de las mujeres, señala que los esfuerzos por contrarrestar esa barrera, que perpetúa la desigualdad de género, han experimentado, históricamente, altibajos.
En cuanto a lo contribuido por el feminismo, Argimón -quien fue parte, en su adolescencia, de la oposición a la brutal y corrupta dictadura militar (1973-1985) de Uruguay- señaló, en declaraciones a la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), que “depende de los tiempos”.
Pero “nadie puede dudar de los aportes del movimiento feminista, a nivel internacional”, expresó, a continuación.
“Negar esto es, realmente, no considerar todo el trabajo de una cantidad de mujeres que vinieron antes que nosotros, en todos los rubros, y que hicieron que hoy podamos tener el ejercicio de una cantidad de derechos”, agregó.
“Negar los aportes del feminismo es de negacionistas, que surgen como rechazo fuerte al éxito de un movimiento”, reflexionó la primera uruguaya elegida para desempeñar la vicepresidencia de la República.
“Yo creo que hay varios feminismos, distintas corrientes del feminismo, y, bueno, ahí es donde creo que podemos tener miradas diferentes de cómo llevar adelante una estrategia, pero nadie puede negar los aportes del feminismo”, reafirmó.
Sin embargo, al “poner motes y cosas que (…) polarizan a la ciudadanía (…) ahí empieza todo ese proceso de enfrentamiento que hace mal a todo el mundo, pero fundamentalmente a la sociedad”, planteó.
En cuanto a su activismo, dijo que “yo siempre aclaro que no sigo una ideología de género”, contexto en el cual “siempre he trabajado por los derechos de género, y la igualdad de oportunidad e identidad de género”.
Al respecto, subrayó que, “en mi militancia por los derechos de las mujeres, a mí nunca me van a ver hacer discursos que fomenten el odio, pero tampoco voy a permitir que avancen los negacionistas o los que quieren que retrocedamos en nuestros derechos”.
En la entrevista con ONU Mujeres, hizo, igualmente, alusión a la baja proporción de presencia femenina en los niveles de toma de decisiones.
En esta situación, “hay un tema cultural, eso es innegable en Uruguay”, indicó, y comenzó a explicar que “también depende de los tiempos”.
“Hay tiempos donde hay auténticos impulsos, y hay otros donde las mujeres buscan lugares donde, efectivamente, puedan llevar sus aportes y su trabajo a fines productivos mucho más rápidos que en el sistema”, agregó.
“Están mucho más cercanas a los beneficios para su comunidad y, especialmente, para las más jóvenes, tienen ese equilibrio de vida familiar y profesional, especialmente, en el interior del país”, precisó, para señalar que, además, “con sus ganas de hacer, no les importa si (…) este tema es no remunerado”.
“Y me parece que eso hay que empezar a cambiarlo, porque ya bastante trabajo no remunerado hacemos, para que todavía aquello que nos adicionamos por el bien público también sea honorario”, propuso.
En cuanto a esos cambios, dijo que “la ciudadanía está mucho más avanzada que el sistema”, lo que se demuestra en que, en encuestas de opinión, los uruguayos “quieren que haya más mujeres” en posiciones de liderazgo.
“En realidad, el tema pasa por las estructuras político-partidarias”, de modo que es necesario “tener este tema como prioridad adentro de los partidos, y, desde la cúpula, hay que renegociar” planteó.
También destacó la capacidad de liderazgo femenino que se ha demostrado en el marco de la pandemia de la Enfermedad Coronavirus 2019 (Coronavirus Disease 2019, Covid-19).
El papel de ese sector poblacional ha sido clave en los esfuerzos por contener la propagación de la enfermedad, expresó Argimón.
“Me parece que las mujeres han tenido espacios muy relevantes en contexto de COVID-19 y que salieron, como siempre, a ser protagonistas en lo local, en observar los cuidados, y esas cosas, de su entorno”, puntualizó.
“Si hacía falta cocinar en una olla popular, si hacía falta observar que todo el mundo tuviera los tapabocas en su zona, en su barrio, salieron a hacer tapabocas, a cocinar, a cuidar”, dijo, a manera de ejemplo.
“Y ahí, otra vez, estuvieron las que tenían teletrabajo, enfrentando el cuidado de los niños dentro de la casa, de los más grandes -porque eran los principales en riesgo-”, de modo que “las mujeres fueron primerísimas en la contención”, expresó.
La vicepresidenta aseguró que el cargo que desempeña -para el quinquenio 2020-2025-, le facilita la tarea de visibilizar la capacidad femenina de liderazgo.
“Yo soy una convencida que visualizar a las mujeres en distintos lugares de decisión sirve por la batalla cultural, eso ya es un tema no menor”, y “eso conlleva, por lo menos para mí, el tener una responsabilidad adicional”, dijo.
“Es que no tenés que olvidarte que también estás abriendo espacios a las que vienen y quieren”, explicó, para señalar que, “entonces, uno no puede perder de vista que ese también tiene que ser un cometido”.