Los zapatos de tacón son un accesorio que no puede faltar en el guardarropa de las mujeres, pero pueden resultar peligrosos.

Si nos remontamos a la historia, se dice que el origen de los zapatos de tacón se encierra al siglo XV, cuando en el manejo de caballerizas se hacía necesario que el pie encajara en el estribo durante las maniobras con caballos, este es el fundamento de las botas de cowboy actuales. En algunos dibujos de Leonardo Da Vinci aparecen ilustraciones de zapatos de tacón alto relacionados con el manejo de caballos.

Como ya sabemos, los zapatos de tacón no se inventaron con fines estéticos y en principio quienes los empezaron a utilizar fueron los hombres, la historia revela que fue durante la edad media que las mujeres también  empezaron a usarlos.

Lo cierto del caso es que conforme el paso de los años, los tacones se han convertido en un accesorio infaltable en el guardarropa de toda mujer, ya que hacen estilizar la figura, se ven elegantes y lucen bien a cualquiera, sin embargo el daño que estos pueden ocasionar es sumamente grave.

La Fisioterapeuta Johanna Agüero, comenta que las lesiones inmediatas son las cutáneas como las ampollas y uñas encarnadas, además de que se corre el riesgo de sufrir lesiones por accidentes como las caídas, con esto hay golpes, raspones y cualquier otra lesión como doblarse el tobillo lo que ocasionaría un esguince.

Con el uso de los tacones se cambia la postura totalmente, la licenciada comenta que lo más común es la lumbalgia o dolor de espalda baja, que se produce por tener que arquear más la columna para mantenerse firme y no irse hacia adelante.

Otro de los factores que pueden perjudicar el uso de los zapatos altos y apretados, es que los dedos de los pies se pueden deformar dependiendo de qué tan estrecha sea la punta, lo que hacen que se formen los conocidos juanetes o Hallux Valgus, dijo la experta.

Al usar zapatos de tacón se pueden producir también contracturas en las piernas y espalda por el esfuerzo realizado y la mala postura, la profesional menciona que  al limitarse el movimiento de las pantorrillas hay menos bombeo, la sangre se estanca más y de ahí se producen más rápidamente las varices.

Pese al cansancio del momento al usar estos bellos accesorios, a largo plazo puede convertirse en un problema, ya que las lesiones se van haciendo poco a poco desde los pies hasta la columna, provocando a los años desgaste en la cadera y rodillas.

Recomendaciones

  • Agüero recomienda su uso al menos de día por medio y si se está en una oficina, se puede llevar unos más cómodos y cambiarlos mientras pueda.
  • También se pueden usar plantillas de gel para que amortigüe el impacto al dar el paso.
  • Es recomendable que no pasen de 4 o 5 cm o bien usar tipo cuña que son menos dañinos.

Al final del día es importante chinearlos un poquito, pues todo el día el cuerpo ha sufrido por verse bien con tacones, entonces también merecen descanso y cuidado, finalizó.

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