El presidente de los Estados Unidos confía “…que las mujeres, en efecto, participarán, en números récord, para recuperar los derechos que les fueron arrebatados por la Corte”

Ni la mayoría conservadora de la Corte Suprema de Estados Unidos, ni los republicanos quienes impulsan una agenda extremista, tienen conocimiento del poder de las mujeres, pero están por enterarse, en la votación de medio período -en noviembre-.

Los republicanos de extrema derecha quienes están presentes en gobiernos, legislaciones, poderes judiciales de numerosos estados del país, muestran la determinación de avanzar hasta les sea permitido. Por lo tanto, es imprescindible votar masivamente en noviembre.

Luego de formular estos conceptos, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó, el 8 de julio, una Orden Ejecutiva (decreto presidencial, EO) para proteger los derechos reproductivos de las mujeres en Estados Unidos, después del fallo que la mayoría conservadora del máximo tribunal nacional emitió, el 24 de junio, para eliminar el derecho al aborto en el país norteamericano.

La sentencia se refirió al caso conocido como Roe v. Wade, en el cual se enmarcó la acción judicial emprendida, en 1969, en el sureño estado de Texas, por Norma McCorvey

-conocida por el seudónimo de Jane Roe-, quien demandó al entonces fiscal de Distrito, Henry Wade.

Roe demandó a Wade, ya que, estando embarazada, procuró abortar, lo que era ilegal en Texas.

La mayoría progresista, de ese momento, en la corte, apoyó a la demandante, en el fallo sin precedente que dio a conocer el 22 de enero de 1973, pero, casi medio siglo después, una nueva mayoría -ultraconservadora, 6 a 3- echó atrás la histórica sentencia, por lo que dirigentes de esas organizaciones pronostica que la situación se tornará aún más adversa para las mujeres quienes, sin perjuicio de la causa, interrumpan su embarazo.

Según el nuevo fallo, el aborto no es un derechos constitucional, por lo que corresponde, a cada uno de los cincuenta estados, legislar al respecto.

En respuesta, Biden firmó, dos semanas después, en la Casa Blanca, la EO titulada “Protegiendo el Acceso a Servicios de Asistencia Reproductiva en Salud” (“Protecting Access to Reproductive Health Care Services”).

El presidente explicó, a manera de resumen, que el decreto presidencial protege el acceso a la atención médica, y que orienta, al Departamento de Salud y Servicios Humanos (Department of Health and Human Services, HHS), a que las mujeres y las niñas quienes experimenten pérdida de embarazo reciban, bajo la ley federal, la asistencia que necesitan, sin perjuicio del estado del país en el cual se encuentren.

La orden ejecutiva también protege el acceso a la contracepción , aseguró.

En cuanto a lo afirmado en la sentencia mayoritaria de la Corte Suprema de Estados Unidos (United States Supreme Court, Scotus), Biden dijo, durante la ceremonia de firma, que “esa es otra manera de decir que ustedes, las mujeres de Estados Unidos, pueden determinar el desenlace de este tema”.

“No creo que la Corte -específicamente, los republicanos quienes, por décadas han impulsado su agenda extrema- tenga siquiera una idea aproximada respecto al poder de la mujeres estadounidenses”, planteó, en su alocución severamente crítica de la mayoría en el tribunal, y del sector ultraconservador en filas del opositor Partido Republicano.

“Pero están por descubrirlo, en mi opinión”, agregó, de inmediato, en alusión a la votación parlamentaria de medio período, programada para el 8 de noviembre de este año -para elegir a los 435 integrantes de la Cámara de Representantes, ya 35 de los 100 miembros del Senado-.

“Es mi Esperanza, y mi fuerte convicción, que las mujeres, en efecto, participarán, en números récord, para recuperar los derechos que les fueron arrebatados por la Corte”, planteó, a manera de convocatoria a las electoras estadounidenses.

“Y permítanme ser claro: aunque mi deseo era no llegar a esto, esta es la ruta más veloz disponible”, aclaró.

“La manera más rápida de restituir Roe es la aprobación aprobar una ley que reglamente Roe, la que firmaré, inmediatamente después de su aprobación, a mi escritorio”, aseguró.

“Y no podemos esperar”, subrayó el presidente, para advertir que “gobernadores republicanos extremos, legislaturas republicanas extremas, y republicanos extremistas en el Congreso en general, todos ellos, han no solamente peleado para quitar el derecho -nuestros derechos- sino que están determinado de llegar hasta donde puedan”.

También dijo que consideran que tienen luz verde para “imponer las más severas y las más restrictivas leyes vistas, en este país, en mucho tiempo”.

“Estas son las leyes que no solamente ponen en riesgo las vidas de las mujeres, estas son las leyes que cuestan vidas”, reflexionó.

“Lo que estamos viendo es un gigantesco paso hacia en buena parte de nuestro país”, donde “ya, las prohibiciones están vigentes en 13 estados”, mientras que “doce estados adicionales probablemente prohíban la opción en las próximas semanas”, informó, y pronosticó.

El presidente precisó, además, que, en varios de esos estados, “las leyes son tan extremas, que han planteado la amenaza de sanciones penales para médicos y quienes proporcionan atención en salud”.

“Son (leyes) tan extremas que, muchas, no permiten excepciones, ni siquiera para violación o incesto”, subrayó el mandatario, para reafirmar: “algunos estados no permiten excepciones para violación o incesto”.

“Esto no es un horror imaginado. Ya está ocurriendo”, aseguró.

“Apenas la semana, se me informó que una niña de 10 años fue víctima de violación, en (el estado de) Ohio -de 10 años-, y que fue obligada a viajar fuera del estado, a Indiana, para buscar cómo terminar el embarazo, y, posiblemente, salvar su vida”, señal´, a continuación.

El presidente puntualizó, en una intensa reflexión, que, “la última parte, es mi juicio. Diez años. Diez años. Violada, embarazada de seis semanas. Ya traumatizada. Fue obligada a viajar a otro estado. Imaginen ser esa pequeña niña. Solamente -lo digo en serio- solamente imaginen ser esa pequeña niña. Diez años”.

“Hay alguien quien piense que la opinión mayoritaria más alta es que no se pueda atender eso, o en ningún estado de la nación? Una niña de 10 años tendría que ser obligada a parir al hijo de un violador? Se los digo: no lo creo”, expresó.

De inmediato, planteó: “no puedo pensar en nada que sea mucho más extremo”.

Foto: Pavel Danilyuk