La gestión de calidad, -que se define como el conjunto de acciones y herramientas que tienen como objetivo evitar posibles errores o desviaciones en el proceso de producción- ha sido una labor predominantemente realizada por hombres.

Más del 80% de las personas responsables de “evitar los errores antes de que ocurran”, a través de la tutela del proceso que garantiza la calidad, recae en profesionales en Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM por sus siglas en inglés), del sexo masculino.

Si las mujeres ocupan porcentajes bajos en las STEM, entonces tienen menos posibilidades de desempeñarse en puestos de liderazgo dentro de las empresas que requieren este tipo de profesionales.

Aunque Carolina rompió el techo de cristal, y forma parte de un reducido grupo de mujeres en puestos de alto mando en ese sector, ella reconoce, que si bien es cierto hoy día es más frecuente ver mujeres en posiciones gerenciales en el área de calidad, a nivel nacional y mundial hay un gran camino por recorrer para mejorar la equidad de género en posiciones de liderazgo.

“Para eliminar la brecha, es necesario el compromiso y la acción de todos, hombres y mujeres, para cambiar esta realidad y eliminar el sesgo. Es fundamental que las organizaciones tomen una postura en materia de Diversidad e Inclusión y en promover una cultura que impulse la equidad, logrando así demostrar que el talento no tiene género, como lo ha sido en mi caso”, comenta la licenciada en Ingeniería en Producción Industrial.

A esta joven profesional le corresponde cerciorarse de que todos los procesos y procedimientos permitan que se obtengan productos de la más alta calidad, para cubrir las necesidades de los pacientes, además de cumplir con todos los requisitos legales y regulatorios de los países donde lleguen estos productos.

Es parte de las responsabilidades del cargo, asegurar en todo momento que el Sistema de Calidad que lidera tenga un balance entre lo que llaman “sentido de negocio” y el cumplimiento regulatorio. “Por ello, tengo que diseñar un sistema para que sea eficiente, que tenga procesos que añadan valor manteniéndose fluidos para evitar retrasos en aprobaciones, que lleven una adecuada implementación para evitar el error humano y mejorar la productividad de la planta”, aseguró la ingeniera.

La Gerencia de Calidad representa un rol crucial para la toma de decisiones, en las empresas farmacéuticas como Bayer, ya que debe velar, desde un plano de regulación, que se esté cumpliendo con los requisitos que los entes de Salud han establecido como necesarios. “Calidad genera el balance entre lo que es mejor para el paciente y lo que es mejor para el negocio”, destaca Masís Solano.

El Departamento de Calidad algunas veces es percibido como un área parecida a la auditoría, porque se les ve como “policía vigilante” que busca los errores, que pone trabas, que establece sistemas burocráticos, cuadrados y que su respuesta a la mayoría a las preguntas es un “no”. Sobre esta percepción, comenta la Project Quality Lead: “Uno de los retos dentro de mi rol, es cambiar esta perspectiva en el futuro cercano y que las personas perciban a Calidad como el compañero cercano y estratégico para la toma de decisiones en equipo y con sentido de negocio”.

Explica la profesional, que el área de Calidad está para dar el mejor servicio al cliente acompañado de un proceso de educación y creación de cultura hacia el resto del equipo, para que puedan entender las justificaciones de la toma de decisiones desde una perspectiva regulatoria, orientado a lo que es lo mejor para nuestros pacientes y no desde planos subjetivos.

Para las mujeres que desean ocupar un puesto de liderazgo dentro de empresas trasnacionales, Carolina Masís Solano, aconseja que sean valientes y no se dejen vencer ante las adversidades. “Lo primero es creer en nosotras mismas, reconocer con humildad nuestras fortalezas y también los puntos de mejora y comprender que aquellas personas que lo retan a uno son las que más lo van a desarrollar en un plano personal y laboral…ser paciente es clave para aprender que hay que momentos en los cuales se tiene que esperar ya que todo tiene su tiempo y proceso”.

Concluye instando a las mujeres a dejar la crítica de lado, acompañar, empoderar y reconocer a la gente, primordialmente a aquellas personas que trabajan en nuestros equipos, por los pequeños y grandes logros que obtengan, ya que esto es la base de la motivación y el crecimiento.