Las empresas claman por profesionales en computación, informática y software, entre otras carreras, que son las de mayor demanda y pocas mujeres las cursan, según expositoras en II Conferencia Euroamericana de Mujeres Líderes coordinada por INCAE.
Si se hace un sondeo en una escuela o colegio y se le pregunta a las estudiantes que desean estudiar, un gran porcentaje se inclina por las áreas de la educación, ciencias sociales o de la comunicación, profesiones que hoy están saturadas y presentan el mayor porcentaje de desempleo.
Por aspectos culturales, las ciencias, números y tecnología son más afines a los hombres; pocas veces se les incentiva a las niñas a incursionar en estas áreas, pero dos costarricenses y una canadiense nos demuestran lo contrario.
Sandra Cauffman es tica, ingeniera eléctrica y física, actualmente radica en Estados Unidos donde trabaja para la NASA como Directora Adjunta de la División de las Ciencias Terrestres, la cual coordina las misiones que se envían al espacio para estudiar la Tierra, o aquellas que investigan cualquier actividad terrestre, especialmente a través de satélites. También estuvo al frente del proyecto MAVEN que envió una sonda a Marte.
La ingeniera estuvo en el ranking de las 10 mujeres más influyentes de Costa Rica publicado el año pasado por Revista Petra.
Cauffman cuenta que vio la llegada del hombre a la Luna, le dijo a su mamá “yo quiero ir a la Luna” y ella le contestó: “si usted quiere ir a la Luna, tiene que estudiar”.
Estando en la universidad viajó junto con su familia a Estados Unidos, allá ingresó a George Mason a estudiar sus dos carreras, admite que no fue fácil, su inglés no era bueno, pero con mucho esfuerzo logró ambos títulos.
Sandra Cauffman
“Cuando ingresé a la NASA me pusieron a hacer papeleo, a los seis meses pedí una oportunidad en uno de los proyectos y me la dieron, tenía que cerrar mi mente a todos los obstáculos, dejar de oír las voces que me decían que no lo iba a lograr y demostrar que yo rendía igual que un hombre”, expresó la ingeniera.
Poco a poco fue subiendo escalones hasta lograr colocarse en departamentos importantes y todos relacionados con su área. Cauffman siempre vio las ciencias como una pasión, en su casa nunca le dijeron “no puede”, al contrario, la incentivaron, principalmente su mamá, por ello considera que si hay pocas féminas en la rama no es por falta de oportunidades, sino por el tipo de educación, el cual tiene que empezar por casa y es indispensable superar el miedo a fallar, ella aún no comprende por qué se le teme al fracaso.
“No hay qué hacerse la víctima, no hay que decir que somos minoría ni tenerse lástima una misma, sino estar seguras, somos mujeres y somos capaces, sabemos lo que podemos hacer y si fallamos no importa, es parte del proceso, seguimos adelante, no nos demos por vencidas por el primer no y por la primera vez que fallamos”, indicó a Revista Petra durante una conferencia de Mujeres emprendedoras en STEM.
Alicia Chong Rodríguez
Esta tica de padres peruanos disfruta de los números, cuando estaba en la escuela su padre repasaba con ellas las tablas de multiplicar, siempre la motivó, sus progenitores son educadores de profesión, al ingresar a la universidad se inclinó por una ingeniería, fue aceptada en el Instituto Tecnológico de Costa Rica, luego decidió aplicar por una beca en el Instituto Tecnológico de Monterrey, México, ganó un cupo pero no beca, sin embargo sus padres hicieron el esfuerzo para que estudiará allá y obtuvo su título en Ingeniería en Tecnologías Electrónicas con especialización en Sistemas Digitales.
En tierras aztecas se involucró en varias iniciativas para mujeres en tecnología, como Grupo MenTe en Monterrey, MenTe en Acción y la Red Nacional MenTe en Costa Rica.
Se desempeñó como Ingeniera de Hardware en el equipo de ASICs (Circuitos Integrados de Aplicación-Especifica) en el R&D de Hewlett Packard Networking. Anteriormente, ocupó el puesto de Ingeniera de Aplicaciones de Campo en Teradyne.
Es fundadora de Bloomer Technologies, una compañía que busca incrustar a la ropa femenina circuitos flexibles para monitorear la reacción del sistema cardiaco, respiración y demás órganos que den señales del funcionamiento del corazón, ya que según las estadísticas que maneja, los males cardiacos afectan más a las damas que a los caballeros.
“Con esto nosotros buscamos un cambio en la cultura, que las mujeres se cuiden más, que aprendan a conocer su cuerpo y a identificar las señales de alerta, ya que un ataque al corazón es distinto en un hombre que en una mujer, somos las últimas en cuidarnos por estar pendientes de los demás”, comentó la ingeniera Chong.
Ella es empresaria, pero todavía no se lo cree, en 2015 tuvo la oportunidad de aplicar a otra beca, esta vez del reconocido Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) cursa una maestría en MIT donde combina ingeniería, diseño y negocios.
Miranda Wang
“La ciencia es divertida”, con esta frase comenzó esta joven canadiense de origen asiático su ponencia, Miranda Wang es fundadora y CEO de BioCellection.
Wang estuvo rodeada de maestros impresionantes, comenzando por sus padres, quienes de pequeña la llevaban a la biblioteca, participaba en todos los talleres y proyectos extra clases, sus profesores contestaban sus preguntas, siempre estaba activa.
Biología llamó la atención, se sumergía en los experimentos, sus padres la enviaron un año a China para estudiar, ahí trabajó en el negocio de sus primos y aprendió a tratar con los clientes, a negociar, esas habilidades que la academia no te brinda y que son necesarias en el mundo de los negocios.
Cuando ingresó a la universidad estudió Biología, sin embargo ella se inclinó por la parte de desarrollo e investigación, mientras que sus compañeras lo hicieron por el área de medicina.
Miranda Wang
De acuerdo con Wang, por año unos 300 millones de toneladas de plástico terminan en los ríos y mares, la tecnología de BioCellection implica la descomposición química de polímeros plásticos en compuestos orgánicos, seguida de la conversión biológica en productos valiosos, como bloques de construcción.
Las tres científicas coincidieron en que la motivación comienza en casa, Cauffman indicó que su madre es su principal impulsora, tuvo que abrirse camino, no fue fácil, pero la confianza que su madre sembró en ella la sigue impulsando.
“Ella me enseñó a asumir la responsabilidad de mis acciones, a no culpar a nadie más, eran mis decisiones”, señaló.
Wang dice que su amor por la ciencia comenzó temprano, ella estudiaba las rocas, sus profesores de ciencias la inspiraron y siempre respondieron a sus preguntas.
Por su parte, Chong expresó que estudiar matemáticas con su papá y multiplicar números grandes la hizo amar los retos, además que siempre le gustó la parte de circuitos.
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