Cientos de miles de personas, mayoritariamente mujeres, participaron en masivas manifestaciones, a nivel mundial, para repudiar la violencia de género.

La conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer fue el marco para masivas manifestaciones llevadas a cabo, a nivel mundial, contra toda forma de agresión por razón de género.

La motivación de todas las movilizaciones -desde Jartum, la capital de Sudán, y la nororiental ciudad india de Calcuta, hasta la Ciudad de México, y también San José, la capital de Costa Rica, pasando por ciudades europeas- fue la exigencia de que se ponga fin a la violencia contra las mujeres, en particular, los femicidios.

En Jartum, centenares de mujeres llevaron a cabo, por vez primera en décadas, manifestaciones para reclamar “libertad, paz, justicia”, y para declarar, en consigna coreada masivamente, que “nosotras somos la revolución, nosotras somos el cambio”.

Las manifestantes hicieron así alusión a la decidida participación de las mujeres en el movimiento popular que, iniciado en diciembre de 2018, culminó, en abril de este año, en el derrocamiento y la detención del dictador sudanés (1989-2019) Omar Al Bashir, acusado de haber cometido  crímenes de lesa humanidad en el marco de la sostenida represión antiopositora,

Al Bashir también aplicó, en el marco de la implementación de la Sharia –Ley Islámica-, castigos –incluida la flagelación- a mujeres juzgadas, entre otras acusaciones, por vestir “ropa indecente”.

“La revolución de las mujeres continúa”, corearon, también, las manifestantes.

Entretanto, en Calcuta, numerosas víctimas de violencia de género protestaron contra las agresiones machistas de que son objeto.

Lo mismo en calles que en lugares de trabajo, exigieron “fin a la violencia contra las mujeres”.

Igualmente en Madrid, entre otras capitales europeas, decenas de miles de manifestantes expresaron repudio a la agresión por razón de género, fenómeno que, desde 2003, de acuerdo con estimaciones de diversas organizaciones, ha cobrado la vida a más de mil mujeres.

“Basta ya! Ni una más!”, fue una de las consignas más coreadas en las marchas españolas.

Las capitales y otras ciudades latinoamericanas fueron, también, escenario de actividades contra la violencia hacia las mujeres.

En el contexto continental, los países del Triángulo Norte de Centroamérica –El Salvador, Guatemala, Honduras- son uno de los escenarios más violentos, a nivel mundial, marco en el cual la población femenina –tanto mujeres como niñas y adolescentes- constituye un sector en riesgo particularmente alto.

En materia de femicidios –el más alto grado de agresión de género-, la Comisión económica para América Latina (Cepal) ubicó, en 2018, a Honduras, con 235, en primer lugar, seguida inmediatamente por El Salvador (232), y, a mayor distancia, Guatemala (172).

En el caso de El Salvador, una de las manifestaciones pacíficas llevadas a cabo en la capital, vio interrumpido su avance, hacia la Casa Presidencial, cuando efectivos policiales obstruyeron la calle, con una valla de alambre de púas.

En Costa Rica, en el extremo sur del istmo centroamericano, centenares mujeres llevaron a cabo una marcha cuya consigna central fue –al igual que en El Salvador- “vivas nos queremos!”.

Costa Rica, junto con la limítrofe Panamá, presentan los más bajos índices de femicidios en la violenta región, presentando niveles, respectivamente, de 24 y 20.

Simultáneamente a las manifestaciones, el tema de la violencia de género, como problema global, fue abordado por autoridades de organizaciones internacionales, como parte de la conmemoración mundial de la fecha.

La tercera parte de las mujeres ha sido victimizada, denunció la jefa de Gabinete de Naciones Unidas, la brasileña María Luiza Ribeiro, al hablar, en un acto oficial, en nombre del secretario general de la Organización Mundial, el portugués António Guterres.

“Mientras desarrollamos nuestras actividades, una de cada  tres mujeres que encontramos ha sido o será sometida a violencia”, dijo, para agregar que “en algunas regiones, y paras algunos grupos de mujeres, la tasa es mucho más alta”, y precisó que “esta es, solamente, la violencia que es denunciada, de modo que el nivel real es, en realidad, mucho más alto”.

Por su parte, la Secretaría General Iberoamericana (Segib) –con sede en España-, difundió cifras aún más preocupantes.

“En América Latina y el caribe, un análisis de encuestas nacionales revela que a nivel regional entre la cuarta parte y la mitad de las mujeres declaran haber sufrido alguna vez violencia física o sexual de parte de un compañero íntimo”, indicó en una declaración.

“Según las estadísticas nacionales disponibles, los datos varían considerablemente entre países–desde un 17,0% a un 53,3%”, agregó, sin proporcionar detalles.

“Estos datos nos revelan que (…) 5 años desde la adopción de la Agenda 2030 aún estamos lejos de eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas por lo que es imprescindible redoblar esfuerzos”, agregó.

La Segib aludió así a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, y a sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el quinto de los cuales se refiere a igualdad de género.

Sobre el maltrato machista, ese objetivo indica que “una de cada cinco mujeres y niñas, incluido el 19% de las mujeres y las niñas de 15 a 49 años, han sufrido violencia física y/o sexual por parte de una pareja íntima”, no obstante lo cual, “en 49 países no existen leyes que protejan específicamente a las mujeres contra tal violencia”.

Al respecto, en un manifiesto que emitió para conmemorar la fecha, el gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) advirtió que “los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), no podrán cumplirse sin primero poner fin a la violencia contra mujeres y niñas, que es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo actual”.

“Según datos de Naciones Unidas: una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual principalmente por parte de su pareja; una de cada 2 de mujeres víctimas mortales en 2017 fue asesinada por su compañero sentimental o un miembro de su familia; el 71% de las víctimas de la trata en todo el mundo son mujeres y niñas y 3 de cada 4 de ellas son utilizadas para la explotación sexual; casi 750 millones de mujeres y niñas se casaron antes de cumplir 18 años y al menos 200 millones de ellas se han visto sometidas a la mutilación genital femenina”, denunció.

Respecto a España, el partido señaló que, “este año en nuestro país, hemos superado la dramática cifra de más de mil mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas desde que existen registros oficiales en 2003. Una violencia que también se ha cobrado la vida de 34 niños y niñas desde 2013, como consecuencia de la violencia ejercida sobre sus madres, y ha dejado 275 menores huérfanos”.

El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer homenajea, anualmente a las activistas políticas dominicanas a María teresa, Minerva y Patria Mirabal.

Las tres hermanas fueron asesinadas, el 25 de noviembre de 1960, por orden del entonces dictador militar dominicano (1942-1952) Rafael Leónidas “El Jefe” Trujillo.

Conocidas, en el movimiento antidictatorial, como “Las Mariposas”, fueron permanentes participantes en actividad opositora, por lo cual Trujillo ordenó, en mayo de 1960, su detención y tortura –lo mismo que para sus respectivos esposos-, además de su enjuiciamiento.

Las tres fueron puestas en libertad, en agosto.

Luego de dos fallidos intentos, días antes, Las Mariposas fueron emboscadas, el 25 de noviembre, cuando, a bordo de un automóvil, regresaban de una visita a sus esposos, quienes permanecían en prisión.

Agentes del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) interceptaron el vehículo, secuestraron a las mujeres, y en, en el interior de una casa cercana, las ahorcaron, junto al chofer del automóvil.