Las mujeres y las niñas suelen ser los principales objetivos de la violencia y el abuso en situaciones de conflicto, revocando los compromisos asumidos en materia de igualdad de género
La población femenina mundial experimenta brutal sufrimiento, a causa de la tóxica combinación de aumento cuantitativo de los conflictos armados y retroceso cualitativo en materia de derechos, denunció, en un informe, el secretario general de las Naciones Unidas, el portugués António Guterres.
En ese dramático cuadro de situación, aumenta la dificultad para lograr los objetivos de la agenda global de género, que apunta, entre otros componentes, a la erradicación de la violencia contra las mujeres y las niñas, de acuerdo con lo señalado en el texto, presentado, el 20 de octubre, por la directora ejecutiva de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres),l la jordana Sima Bahous.
“La multiplicación de los conflictos violentos y la reversión de logros generacionales en sus derechos y libertades causa un sufrimiento inmenso y desproporcionado en las mujeres”, advirtió Guterres, en el análisis que Bahous dio a conocer en el debate, sobre “fortalecimiento de la resiliencia y liderazgo de las mujeres como vía hacia la paz en las regiones plagadas de grupos armados”, realizado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
“La escalada de conflictos violentos y los retrocesos de logros generacionales en materia de derechos de género, dejan la agenda de las mujeres, la paz y la seguridad más lejos que nunca de sus metas”, planteó el funcionario, en el texto citado por Noticias ONU -la agencia informativa de la organización mundial-.
“En muchos países, los grupos extremistas violentos y los actores militares han tomado el poder por la fuerza y han revocado los compromisos asumidos en materia de igualdad de género, además de que persiguen a las mujeres por alzar la voz o, simplemente, por ser mujeres”.
Un obstáculo considerable que enfrentan los esfuerzos por impulsar la equidad radica en el gasto militar global, indicó el funcionario, quien reveló que, para 2021, llegó al nivel sin precedente de 2,100 billones de dólares, mientras “el financiamiento a las organizaciones de mujeres en países afectados por conflictos (…) cayó de 181 millones de dólares en 2019 a 150 millones en 2020”.
Guterres también señaló, en el documento, que “en el 2021, la representación de las mujeres en los procesos de paz de las Naciones Unidas llegó sólo al 19 % en comparación con el 23 % en 2020”.
Sumado a ello, “hubo una marcada exclusión y representación insuficiente en los procesos que no estuvieron liderados” por la organización mundial, precisó.
Al participar en la presentación del informe, la subsecretaria general de Naciones Unidas, la nigeriana-británica Amina Mohammed, aseguró, que “no podemos separar el peligroso estado de la paz, en nuestro mundo, de los efectos destructivos del patriarcado, y el silenciamiento de las voces de las mujeres”.
También formuló una exhortación a denunciar la misoginia, que se manifiesta en el abuso y la discriminación que las mujeres encaran, a diario y a desafiar las estructuras y normas económicas, políticas y sociales que la sostienen.
Asimismo, destacó que el fortalecimiento del liderazgo femenino beneficia a la población, en general.
Ello, en aspectos tales como gestiones pacificadoras en entornos conflictivos, además del desarrollo con responsabilidad. “Es más probable que las mujeres fomenten modos inclusivos de gobernanza y convivencia”, subrayó.
Por otra parte, es, igualmente, “más probable que construyan la paz y silencien las armas, y más probable que inviertan en desarrollo sostenible, una piedra angular de comunidades y sociedades pacíficas y prósperas”, apuntó la vicesecretaria.
“La participación de las mujeres, en todos los niveles -desde las comunidades locales hasta los parlamentos nacionales-, ha sido clave en el cambio de enfoque para la paz y la seguridad, durante los últimos 20 años”, reflexionó.
La jerarca de la organización mundial formuló, además, una exhortación, “al mundo, a oponerse, firmemente, a los grupos armados que utilizan la violencia como arma de guerra, y la misoginia como parte de sus tácticas de propaganda, reclutamiento, y recaudación de fondos”.
Al presentar el informe, Bahous destacó el impacto que situación de crisis tienen, particularmente, en la población femenina mundial -lo mismo adulta que menor de edad-.
“Los conflictos violentos, los desplazamientos, las repercusiones de la pandemia, y la creciente emergencia climática, cobran su precio más alto a las mujeres y niñas”, planteó.
La directora ejecutiva de ONU Mujeres, también se refirió a las defensoras de las garantías fundamentales de ese sector poblacional.
Al hacerlo, denunció la agresión de la cual son, habitualmente, objeto, a nivel mundial.
“En el mundo entero (…) las defensoras de los derechos de las mujeres arriesgan sus vidas, todos los días, en nombre de la paz y las garantías fundamentales, y trabajan por el bien de sus comunidades y nuestro planeta”, expresó.
Por ello, “esa labor debería ser apreciada por todos”, dijo, para agregar que, “en cambio, cada día se les ataca más”.
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