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Congreso de Colombia recibe más alto número de legisladoras

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El bicameral Congreso de este país estará constituido, para el cuatrienio 2022-2026, por una proporción sin precedente de legisladoras: casi treinta por ciento

Faltando un mínimo porcentaje de sufragios por contar -de la votación legislativa enmarcada en las elecciones generales del 29 de mayo-, se prevé que 32 de los 108 escaños en el Senado sean ocupados por mujeres, mientras que 54 de las 188 bancas en la Cámara de Representantes correspondan a titulares femeninas.

En una nota informativa que, sobre el tema, publicó el 12 de julio, el medio de comunicación colombiano Semana indicó que “esta cifra ha ido en aumento, pero no siempre sostenido, en cada elección al (poder) legislativo: desde 1994, año en el que se registró 9,80% de participación de las mujeres ha habido un aumento del 18,7% en casi tres décadas de elecciones al Congreso de la República”.

En declaraciones a Semana, respecto a la nueva integración del organismo legislativo, y sobre la presencia de mujeres en el escenario político del andino y caribeño país sudamericano, la representante local de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), la española Bibiana Aído, expresó que se trata de un entorno caracterizado por la hostilidad de género.

En cuanto a la participación femenina en el quehacer político nacional, “ ha habido un incremento importante”, aseguró.

“Hoy, el país cuenta con casi 30 por ciento de mujeres electas en el Congreso de la República, y eso es un avance fundamental, tanto en la participación política de las mujeres como para el fortalecimiento de la democracia, sus instituciones, y la consolidación de la paz y el desarrollo sostenible”, explicó.

Se trata de “un logro producto de mucho esfuerzo individual y colectivo de las mujeres, construido sobre el compromiso de las redes y las organizaciones de mujeres y las feministas, que vienen tanto tiempo trabajando sobre esto”, continuó señalando.

“También, de las que antes han abierto el camino en la política, y las que finalmente han dado el paso”, precisó.

“Y es un logro para el país, que deja de estar rezagado en el mundo, y alcanza por fin un porcentaje de mujeres en política, superior a la media global -que está en 25 por ciento-, aunque todavía menor a la media regional -que está en 32 por ciento-“, aclaró.

Al respecto, “aún hay un largo camino por recorrer, pero es cierto que hemos pasado del 20 a 28,5 por ciento, en esta última elección”, expresó.

“Y eso, sin duda, es un avance importante que nos tiene que seguir animando, para seguir trabajando y alcanzar la paridad, que es lo que queremos”, puntualizó.

Sin embargo, persisten las barreras en el desempeño femenino en este campo, tradicional área de actividad masculina, advirtió la representante de ONU Mujeres.

“La primera es la violencia contra las mujeres que participan en procesos políticos”, comenzó a detallar.

“La política, en general, es un espacio hostil, pero está cargado de estereotipos de género que castigan y penalizan mucho más a las mujeres que están en el ejercicio de la política”, señaló.

“Esa es la principal barrera, pero hay otras, como la ausencia del marco jurídico, o la existencia de marcos que son insuficientes”, agregó.

“En Colombia, falta, todavía, una reforma política que incluya los temas de paridad, alternancia y universalidad”, planteó, a manera de recomendación.

“Hablamos, también, de un menor acceso, por ejemplo, a los medios de comunicación, a financiación de las campañas, a redes de apoyo y respaldo efectivo para sus candidaturas”, dijo.

Aído señaló, asimismo, que, “ a la lista de barreras, también se suma la división sexual del trabajo, que otorga a las mujeres la responsabilidad -casi exclusiva- de las tareas del cuidado”.

En ese sentido, planteó que “hablamos, siempre, de la pobreza de tiempo que tienen las mujeres, pobreza de tiempo para el estudio, trabajo, ocio y, desde luego, para la participación en espacios políticos”.

La funcionaria internacional señaló, por otra parte, que “las mujeres somos la mitad de la población, y creo que la política se tiene que parecer a la gente, debe parecerse”.

“Por tanto, si representamos la mitad de la población, deberíamos tener la mitad de los puestos de toma de decisión, la mitad del espacio político”, indicó, de inmediato.

En la visión de Aído, “incluir la voz de las mujeres, en la toma de decisiones públicas, trae nuevas perspectivas para avanzar en la respuesta del Estado a las necesidades de la ciudadanía”, aseguró.

Al respecto, reflexionó que, “una democracia que incluye a las mujeres, también puede conducir a una mayor legitimidad institucional, a un aumento de la confianza de la ciudadanía en las instituciones y en los sistemas políticos, ya que empiezan a ser más representativas, a reflejar realmente la forma como está conformada la población”.

En la reciente votación presidencial -que tuvo, el 19 de junio, su definitoria segunda

vuelta-, la mayoría de los electores optó por la fórmula sin precedente integrada por Gustavo Petro -un ex integrante del disuelto guerrillero Movimiento 19 de Abril (M-19)- y Francia Márquez -una ex minera artesanal, ex trabajadora doméstica, dirigente ambientalista y feminista negra-.

Petro y Márquez se aprestan a asumir, el 7 de agosto, los respectivos cargos, para el período 2022-2026.

 

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