Colombia es responsable por el secuestro, la tortura, y la violación que la periodista Jineth Bedoya sufrió en el país sudamericano, mientras se desempeñaba profesionalmente, determinó la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH).

Bedoya fue brutalmente agredida, durante aproximadamente 10 horas de secuestro, por efectivos paramilitares, quienes la capturaron, en las afueras de un establecimiento penitenciario, en Bogotá -la capital nacional-, mientras aguardaba para ingresar, con el propósito de entrevistar a un recluso, también paramilitar, indicó el tribunal continental, en la sentencia sobre este caso.

“En la Sentencia notificada en el día de hoy en el Caso Bedoya Lima y otra Vs. Colombia, la Corte Interamericana de Derechos Humanos encontró al Estado de Colombia responsable internacionalmente por la violación de los derechos a la integridad personal, libertad personal, honra, dignidad y libertad de expresión en perjuicio de la periodista Jineth Bedoya Lima”, informó el tribunal, en el comunicado que, al respecto, difundió el 18 de octubre.

Ello, “como resultado de los hechos ocurridos el 25 de mayo de 2000, cuando la señora Bedoya fue interceptada y secuestrada a las puertas de la Cárcel La Modelo por paramilitares y sometida a un trato vejatorio y extremadamente violento, durante el cual sufrió graves agresiones verbales, físicas y sexuales”, explicó, en el texto de ocho párrafos.

“La Corte advirtió la existencia de ‘indicios graves, precisos y concordantes’ de la participación estatal en los referidos hechos”, precisó.

“Asimismo, se declaró la responsabilidad internacional del Estado por la violación de los derechos a las garantías judiciales, protección judicial e igualdad ante la ley por la falta de debida diligencia a la hora de realizar las investigaciones sobre dichos hechos, el carácter discriminatorio en razón de género de dichas investigaciones y la violación del plazo razonable”, agregó.

“Por otro lado, el Tribunal declaró la responsabilidad internacional del Estado por la violación de los derechos a la integridad personal, honra y dignidad, libertad de expresión y garantías judiciales en perjuicio de la periodista por la ausencia de investigaciones sobre las amenazas que recibió con carácter previo y de manera posterior a los referidos hechos de 25 de mayo de 2000”, puntualizó, a continuación.

Asimismo, “el Tribunal declaró la violación del derecho a la integridad personal, honra y dignidad, garantías judiciales y protección judicial en perjuicio de la madre de la señora Bedoya Lima, la señora Luz Nelly Lima”, de acuerdo con lo señalado en el texto informativo, en el cual no se proporcionó detalles al respecto.

“En razón de estas violaciones, la Corte ordenó diversas medidas de reparación”, entre las que figuran “promover y continuar las investigaciones que sean necesarias para determinar, juzgar y, en su caso, sancionar a los restantes responsables de los actos de violencia y tortura que sufrió la señora Bedoya el 25 de mayo de 2000, así como los actos de amenazas que ha sufrido”, planteó.

También, “crear e implementar un plan de capacitación y sensibilización a funcionarios públicos, fuerzas de seguridad y operadores de justicia”.

Esto, “para garantizar que cuenten con los conocimientos necesarios para identificar actos y manifestaciones de violencia contras las mujeres basadas en el género que afectan a las mujeres periodistas, protegerlas en situación de peligro e investigar y enjuiciar a los perpetradores”.

Por otra parte, “diseñar e implementar un sistema de recopilación de datos y cifras vinculadas a los casos de violencia contra periodistas, así como de violencia basada en género contra mujeres periodistas”.

Agregado a lo anterior, “crear un Fondo destinado a la financiación de programas dirigidos a la prevención, protección y asistencia de mujeres periodistas víctimas de violencia, así como para la adopción de medidas eficaces de protección para garantizar la seguridad de las mujeres periodistas que se encuentran sometidas a un riesgo especial por el ejercicio de su profesión”.

En la relación de hechos, contenida en la sentencia, se informó que, luego de un violento incidente entre reclusos paramilitares y delincuentes comunes, ocurrido el 27 de abril, Bedoya recibió, la noche del 24 de mayo, “una llamada de un individuo que se hacía llamar ‘Ramiro’, quien le informó que una persona recluida en la Cárcel La Modelo, conocida como ‘El Panadero’, quería entrevistarse con ella al día siguiente a las 10:00 de la mañana en la sede de la cárcel”.

“El 25 de mayo de 2000 la periodista acudió a la cita, acompañada por el editor judicial del periódico, un fotógrafo y por el conductor del vehículo”, de acuerdo con la información oficial.

Mientras aguardaba que se cumpliera la tramitación de la autorización para ingresar a las instalaciones, “la periodista se dirigió al editor judicial del periódico y le pidió que fuera al vehículo para que llamara al fotógrafo”, según el relato.

“En ese instante, encontrándose sola delante de la puerta del penal, un hombre la abordó, la sujetó por el codo violentamente y la amenazó con un arma de fuego, diciéndole que si gritaba mataría a la gente que había venido con ella”, y “la trasladó a una bodega cercana a la cárcel, donde esperaban dos hombres más”, de acuerdo con la misma fuente.

“Al llegar al lugar, le pusieron un trapo en los ojos, la golpearon, la insultaron, la agredieron, le amarraron las manos y la sentaron en una silla”, se señala en la sentencia.

“Pasado un tiempo, los hombres le dijeron que iban a salir ‘de paseo’”, situación en la cual “la periodista insistía en preguntarles quien los había enviado y uno de ellos le dijo que ‘los habían mandado a sanear los medios de tanto hijueputa que había por ahí’”, de acuerdo con la narración de lo ocurrido.

“Posteriormente, la subieron a un vehículo y continuaron golpeándola”, se agrega.

“En el marco de dicho secuestro, en el cual además participaron más hombres -algunos de ellos, uniformados-, la señora Bedoya fue violada por varios hombres”, se lee, además, en la sentencia.

“En el medio de dichos actos de violencia, uno de los secuestradores le dijo, mientras la apuntaba con una pistola, ‘periodistas hijueputas que tienen el país vuelto mierda, por culpa de ustedes es que está el país así’, que estaban ‘pagados por la guerrilla’ y que les iban a ‘escarmentar para que no sigan guevoniando y se tiren el país’”, de acuerdo con lo indicado, a continuación.

“Tras varias horas, cuando ya había anochecido, fue abandonada en un lado de una carretera en Villavicencio”, ciudad a unos 75 kilómetros al sureste de Bogotá, según la relación de detalles, en la que se indica que, “en total, la señora Bedoya estuvo aproximadamente unas 10 horas secuestrada”.

Durante la declaración que formuló, el 15 de marzo, en la jornada inaugural de la audiencia virtual realizada por la Corte IDH sobre este caso, Bedoya aseguró que, en el marco de la investigación judicial colombiana -de la cual precisó que “poco ha avanzado”- compareció, hasta esa fecha, doce veces, ante autoridad judicial, para dar testimonio de la violación y otros vejámenes, lo que ha implicado su recurrente revictimización.

También planteó que, en tal cuadro de situación, ha desarrollado su propia investigación, lo que le permitió determinar el involucramiento de personal policial, y que un general de la fuerza policial ordenó su secuestro.

Se trata de un oficial quien no está activo en esa institución, y que administra empresas de seguridad privada, precisó.

La periodista -actual subdirectora del diario colombiano El Tiempo- expresó, asimismo, la necesidad de que sea clausurado el establecimiento carcelario donde fue vejada, y subrayó que, en esa instalación, las violaciones a los derechos humanos son lo habitual.

Visiblemente emocionada, expresó: “mi vida se destruyó, a mí me mataron, la mañana del 25 de mayo”.