La violencia machista cobró dos vidas en menos de veinticuatro horas, en las más recientes agresiones de género ocurridas en el país centroamericano

Las víctimas fueron atacadas durante la madrugada -en un caso, con arma de fuego, en el otro, a puñaladas- cuando se hallaban en sus respectivos lugares de residencia, de acuerdo con lo informado por medios de comunicación nacionales.

Uno de los crímenes ocurrió el 12 de mayo, aproximadamente a las 0400 hora local, en la ciudad de Miramar, ubicada en la occidental y costera provincia de Puntarenas, mientras la otra agresión tuvo lugar en la central ciudad de Heredia, la capital de la provincia de igual nombre, apenas iniciado el día siguiente, aproximadamente a las 0300, según las versiones periodísticas.

En el primer caso, el sospechoso llegó a la vivienda donde se alojaba una mujer identificada -por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ)- como de apellido Salas.

Ubicado frente al inmueble, comenzó a gritar -insistentemente- el nombre de la víctima, tras lo cual se aproximó a la puerta.

A través de una rendija, vio a la víctima, contra quien disparó.

Herida en el tórax, Salas falleció de inmediato, de acuerdo con lo informado por los medios.

Citados por la estación de televisión costarricense Teletica, familiares de Salas indicaron que, al parecer, el sospechoso envió, días antes, flores y chocolates, a la mujer, quien no los aceptó.

Salas, de 26 años, era madre de dos niños -respectivamente, de seis meses, y ocho

años-, indicó la fuerza policial investigadora.

Por otra parte, en el crimen ocurrido en Heredia, la agresión se concretó el 13 de mayo, cuando la víctima, Rosibel Picado, de 33 años, se hallaba en compañía de su esposo, identificado, por el OIJ, como de apellido Novoa, de 40 años.

En este caso, la mujer falleció a consecuencia de múltiples puñaladas, de acuerdo con la información oficial.

En un comunicado, el OIJ indicó que “la ahora fallecida estaba en la casa con el sospechoso”, cuando “se dio algún tipo de altercado y la mujer fue herida por arma blanca en la cabeza, el pecho, los brazos, piernas y espalda, provocando la muerte inmediata de la mujer en el lugar de los hechos”.

Según versiones periodísticas, cometido el asesinato, Novoa se comunicó con la línea telefónica de emergencias 911, e informó sobre el incidente, tras lo cual permaneció en el inmueble.

Efectivos de la Fuerza Pública (policía) se desplazaron al lugar, donde detuvieron al agresor, de acuerdo con las mismas fuentes.

Sobre este hecho, Teletica informó que “los agentes judiciales indicaron que los familiares escucharon a la mujer (…) pidiendo ayuda. Sin embargo, cuando llegaron, Picado estaba muy herida, y falleció segundos más tarde”.

Los más recientes datos del Observatorio de Violencia de Género contra las Mujeres y Acceso a la Justicia, del Poder Judicial, indican que en 2020 ocurrieron, en el país centroamericano, 28 femicidios, cifra que bajó, en 2021 a 15.

Los números para el período del 1 de enero al 9 de marzo de 2022, señalan que dos tales crímenes tuvieron lugar a nivel nacional.

Entretanto, los cálculos anuales que el observatorio presenta en su sitio en Internet, señalan que en el período que va desde 2007 -cuando fue aprobada la Ley de penalización de la Violencia contra las Mujeres-hasta 2019, el total de femicidios fue 355.

Si a esta cifra se suma los números correspondientes a 2020, 2021, y los tres primeros meses de 2022, para los quince años transcurridos hasta ahora, desde 2007, la cifra preliminar se ubica en 402.

Al informar sobre el segundo caso, Teletica indicó que Picado se desempañaba laboralmente en una empresa transnacional -que no identificó- en el campo del diseño, la fabricación, la distribución, y la comercialización de dispositivos médicos.

En declaraciones que formularon a la estación de televisión, familiares y vecinos de la pareja coincidieron en señalar que “ambos eran muy trabajadores, y nunca habían presentado señales de agresión o problemas entre ellos”.

De acuerdo con el medio de comunicación, Picado y Novoa -quienes no tuvieron hijos- se casaron en 2014.

“A través de las redes sociales, fue posible apreciar que (…) publicaban fotografías de paseos a la playa, visitando centros comerciales y hasta celebrando fiestas de cumpleaños familiares donde se les veía, aparentemente, muy felices juntos”, indicó la emisora.

Al respecto, en declaraciones reproducidas por Teletica, la psicóloga Leydin Aguilar, advirtió que la información presentada en redes sociales, no necesariamente corresponde a la realdad de las personas.

“Todos los seres humanos tenemos una vida pública, privada, e íntima”, puntualizo Aguilar, para agregar que, “muchas veces, en la vida pública, exponemos lo que queremos proyectar hacia afuera”.

“Si, a eso, se suma un contexto donde existe violencia, es factible que no se exponga la realidad sino, más bien, se opte por proyectar la falsa sensación de que todo está bien, y de que eso es parte del círculo de la violencia”, reflexionó la experta.

En ese sentido, Aguilar explicó que, “lo que sucede, al final, es el desenlace de muchos casos, donde la persona es víctima o victimario, y esa inexistente apariencia es parte del proceso que sufre la persona”.

La profesional indicó, además, que, “en la violencia psicológica intrafamiliar, hay un tema de manipulación que se da en el contexto de la situación”.

Al respecto, subrayó que “hay una calma aparente, donde se supone que todo está bien, y se proyecta, ese bien, hacia afuera, porque es parte del proceso de la violencia”.

Foto: NEOSiAM 2021