
Una campaña tiene lugar en Costa Rica, en el marco de las elecciones municipales de 2020, para promover la plena participación femenina en actividades políticas.
Las elecciones municipales programadas para el año próximo en Costa Rica plantean la necesidad de visibilizar, y empezar a cerrar, la brecha de género que mantiene, a las mujeres, sin posibilidad de participar plenamente en política.
Un instrumento para acometer la compleja tarea es la campaña que, lanzada conjuntamente, el 2 de octubre, por el costarricense Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se denomina “La igualdad abre caminos”.
Se trata de una serie de cuatro videos que, respectivamente, dan a conocer los derechos políticos de las mujeres, el significado de la paridad en materia de cargos de elección, los beneficios de la autonomía política de las mujeres, el combate a la violencia política en el proceso con miras a las elecciones municipales de febrero del año próximo.
La iniciativa responde a la alarma generada por la marcadamente baja proporción de alcaldías encabezadas por mujeres -14 por ciento de las 81 a nivel nacional-, dato que ilustra el notorio desbalance de género que, en esa materia, presenta el país centroamericano.
Al conceptualizar la campaña, la representante residente auxiliar del PNUD en Costa Rica, Kryssia Brade, explicó, a Petra, que, de acuerdo con un cálculo del Foro Económica Mundial, el cierre de la brecha, a nivel global, puede insumir 202 años.
En el caso de Costa Rica, y ante la proximidad de los comicios para elegir a 6,138 autoridades de gobiernos locales, la campaña apunta a dar “impulso a la participación política de las mujeres, frente a las elecciones municipales de febrero del 2020”, indicó.
“Y la hemos desarrollado pensando, principalmente, en la necesidad de visibilizar las brechas que tenemos las mujeres, de participación, y los desafíos de cerrar esa brecha de participación política, en especial en el ámbito local”, agregó.
En tal contexto, la iniciativa procura la visibilizarían de esas brechas, lo mismo que de los retos planteados, para las mujeres, por barreras que les impiden acceder, con igual facilidad que los hombres, a la actividad política y a los espacios de toma de decisiones, indicó la experta costarricense.
También se trata de “identificar que las mujeres aportan mucho al desarrollo -en materia económica, en materia social, en materia política y ambiental-, y que, a pesar de que hace setenta años, en este país, a las mujeres se les dio la posibilidad de tener acceso al voto, el camino ha estado lleno de tropiezos, y, todavía hoy por hoy, a pesar de los avances que ustedes pueden constatar”, por ejemplo, a nivel de representación parlamentaria, “avances de paridad, sigue siendo muy difícil, para las mujeres, accesar, de manera legítima, al poder”, reflexionó.
Al respecto, durante el lanzamiento de la campaña, la ministra de la Condición de la Mujer y presidenta del Inamu, Patricia Mora, precisó que, en las más recientes elecciones municipales –llevadas a cabo en 2016- “sólo 12 mujeres ocuparon el máximo puesto en las alcaldías de las 81 municipalidades”.
Por lo tanto, “nuestro reto como país es impulsar acciones que propicien la participación política de las mujeres y el pleno goce de sus derechos políticos en igualdad”, dijo, durante la actividad llevada a cabo el 2 de octubre.
De modo que “continuaremos haciendo esfuerzos por eliminar esta histórica exclusión de las mujeres en los espacios de toma de decisiones y la búsqueda del ejercicio del poder”, aseguró Mora, una ex parlamentaria.
En un comunicado que emitieron ese día, el Inamu y el PNUD explicaron que la violencia dirigida contra las contra las mujeres, en el campo político, incluye manifestaciones que procuran desestimular su participación, ser relegadas al desempeño de cargos secundarios, el sabotaje de sus iniciativas, el bloqueo de recursos para el desempeño de sus funciones, agresión verbal, acoso sexual, amenazas, entre otras acciones.
Respecto a la obstaculización de la participación femenina en política, Brade sugirió que, “cuando hablamos de las barreras de género, habría que hacerse algunas preguntas”.
“Tenemos, las mujeres, las mismas posibilidades de acceso a financiamiento, para las campañas, que los hombres?”, preguntó, para responder que “yo creo que no”.
“Tenemos, las mujeres, la cancha nivelada, para partir del mismo punto que los hombres?”, agregó, e indicó que “no”.
Eso, “porque las cargas de cuido siguen estando en los hombros de las mujeres”, señaló respecto a que, a diferencia de los hombres en el campo político, ellas deben atender aspectos de naturaleza familiar.
Ese cuadro de situación deriva en el hecho de que, “sí, la mujer tiene una carga de culpabilidad, enorme, si está en la arena de la política y no está atendiendo, ‘debidamente’, a su familia”, lo que significa que “tiene una carga más pesada si decide que su participación política tiene que ser agresiva, porque, entonces, ya se está metiendo en un molde masculino”, subrayó.
Aparte del perjuicio que causa en materia de desigualdad de género y del ejercicio pleno de sus derechos, por parte de las mujeres, la brecha en el empoderamiento político implica lo que la funcionaria del PNUD describió como un alto costo en materia de desarrollo.
“Hemos hecho investigaciones, a nivel global, que indican que, si logramos cerrar los temas de las brechas de igualdad, podríamos estar hablando de un incremento del 3.6 por ciento del PIB global, sólo por dar un ejemplo de incidencia económica”, expresó Brade, quien advirtió, además, que “no puede haber desarrollo sostenible, sin igualdad de género”.
Esa equidad en materia de participación política debe referirse no solamente a la distribución numérica en materia de candidaturas a cargos de elección sino también al desempeño de mujeres y hombres, por igual, planteó.
“Aquí, deberíamos de hablar con datos duros”, propuso, para agregar que “hablemos de eficiencia, hablemos de indicadores de resultados de las gestiones de los hombres y de las mujeres”.
La funcionar del PNUD no está interesado en “que solamente haya 50 mujeres, 50 hombres”, la funcionaria explicó que, “si las 50 mujeres siguen haciendo la política, de la misma manera que los hombres hacen la política (…) estamos reproduciendo el mismo problema, y no es el dato cuantitativo lo que nos interesa”.
“Nosotros pensamos que la apuesta por igualdad tiene que darnos una mejor calidad en la política del país”, y, si bien “hay que proteger la democracia”, es igualmente necesario “asegurar que la profundización y la cualificación de las democracias sea el norte”, explicó.
“Que la igualdad sea un imperativo ético es un primer paso, pero hay que exigir calidad, de todas maneras, en la política –de los hombres y de las mujeres-“, aclaró.
De acuerdo con el análisis de Brade, en cuanto a los comicios municipales de febrero, queda planteada la expectativa respecto a lo que, en materia de participación efectiva de las mujeres, indiquen los resultados.
“Hay que claramente ver, de esos 6,138 puestos que se van a elegir, si, realmente, va a haber un espacio paritario para las mujeres –o no-“, dijo.
De acuerdo con el análisis de la jerarca del PNUD, en el contexto de acciones tales como la histórica inclusión del derecho de las costarricenses al voto, en 1949, en la Constitución
–resultado de la .lucha iniciada en 1923, por la Liga Feminista de Costa Rica-, se requiere nuevo impulso para lograr la equidad de género en la escena política nacional.
Porque “no queremos que pasen 200 años para que las mujeres de este país tengan las mismas oportunidades, de participación política, que los hombres”.