Causa preocupación el hecho de que las mujeres no estén plenamente incorporadas a los mecanismos de vigilancia, detección, y prevención de la Enfermedad Coronavirus 2019 (Coronavirus Disease 2019, COVID-19), indicó, en un estudio, un grupo de investigadoras británicas.

Ello, no obstante el hecho de son mujeres quienes están en la primera línea de interacción con las comunidades, plantearon Clare Wenham, Julia Smith, y Rosemary Morgan, autoras del estudio que titularon “COVID-19: the gendered impacts of the outbreak” (“COVID-19: los impactos de género del brote”).

“Dada su interacción de primera línea con las comunidades, es preocupante que no se haya incorporado plenamente a las mujeres a los mecanismos globales sanitarios de vigilancia, detección, y prevención”, señalaron, a manera de denuncia, las expertas, en el documento publicado el 6 de marzo por The Lancet, revista especializada en medicina.

“Los papeles de cuidado socialmente asignados a las mujeres las ubican en una destacada posición para identificar tendencias, a nivel local, que pueden señalar el inicio de un brote y, por lo tanto, mejorar la seguridad sanitaria global”, agregaron.

“Aunque no debería recargarse a las mujeres, particularmente considerando que mucho de su trabajo durante crisis sanitarias es mal pagado o no pagado, la incorporación de las voces y el conocimiento de las mujeres podría empoderar y mejorar la preparación y la respuesta a los brotes”, aseguraron, además.

“No obstante el reconocimiento que la Junta Directiva de la OMS (Organización Mundial de la Salud) dio a la necesidad de incluir a mujeres en la toma de decisiones para preparación y respuesta a brotes, hay inadecuada representación en espacios nacionales y globales de política para COVID-19, tal como la Fuerza de Tarea de la Casa Blanca para el Coronavirus (White House Coronavirus Task Force)”, precisaron.

La respuesta a la crisis sanitaria causada por el nuevo virus debe evitar la continuación de la desigualdad en materia de género y de salud que enfrentan las mujeres, plantearon, para indicar, a continuación, que es igualmente necesario que las diferentes vulnerabilidades de hombres y mujeres sean abordadas.

“Si la respuesta a los brotes de enfermedades tales como COVID-19 ha de ser efectiva y no ha de reproducir ni perpetuar las inequidades de género y salud, es importante que las normas, los papeles, y las relaciones de género que inciden en la diferenciada vulnerabilidad de mujeres y hombres a infección, exposición a patógenos, y tratamiento recibido, sean consideradas y atendidas”, recomendaron.

Al respecto, indicaron que “las políticas y los esfuerzos públicos en material de salud no han atendido lo impactos de género de los brotes de enfermedades”, en general, y “la respuesta a la enfermedad coronavirus 2019 (COVID-19) no parece ser diferente”, plantearon.

“No tenemos conocimiento de ningún análisis de género, del brote, por instituciones mundiales de salud ni gobiernos en los países afectados, ni en etapas de preparación”, aclararon, para agregar que “reconocer el grado al cual los brotes de enfermedades afectan de modo diferente a mujeres y a hombres es un paso fundamental para entender los efectos primarios y secundarios, de una emergencia sanitaria, sobre personas y comunidades, y para crear políticas e intervenciones efectivas y equitativas”.

Por ello, las expertas formularon una exhortación, a autoridades tanto gubernamentales como internacionales en materia de salud, para considerar los efectos de género que tiene la presente pandemia.

“Llamamos a los gobiernos y a las instituciones sanitarias globales a considerar los efectos de sexo y género del brote de COVID-19, lo mismo directos que indirectos, y que realicen un análisis de los impactos de género de los múltiples brotes, incorporando las voces de las mujeres en la primera línea de respuesta elCOVID-19, y de quienes son más afectados por la enfermedad, con el avance de políticas de preparación y respuesta o de respuesta”, expresaron en el documento de seis extensos párrafos.

En declaraciones que formuló a la publicación en línea Newtral.es, Laura Otero, catedrática de la Universidad Autónoma de Madrid, además de especialista en antropología médica y salud internacional, señaló que “el análisis publicado en The Lancet quiere trasladarnos que debemos tener en cuenta las desigualdades de género”.

“Si no cambia el hecho de que sean mayoritariamente las mujeres quienes asuman las labores de cuidado, ellas están más expuestas a contagiarse en esta y en otras epidemias”, agregó, en las declaraciones publicadas el 14 de marzo.

“El género es un determinante social de la salud”, y “sabemos que el género es uno de los determinantes más influyentes porque constituye una de las causas profundas de la desigualdad”, precisó.

En declaraciones formuladas recientemente al diario The New York Times –reproducidas por Newtral.es- Celine Grounder, médica epidemióloga, señaló, a manera de ejemplo, que “las enfermeras tienen niveles de exposición más altos que los médicos”, y agregó que “ellas están mucho más involucradas en el cuidado de los pacientes, y son quienes realizan los análisis de sangre o recogen muestras”.

Al mencionar cifras ilustrativas, referidas al caso de España, Marga Torre, especialista en segregación ocupacional y desigualdades en el mercado de trabajo, citó, para Newtral.es, datos de la encuesta europea  EU-Labour Force Survey (UE-Encuesta de Fuerza Laboral) correspondiente a 2018, según 86 por ciento del sector de enfermería está constituido por mujeres, además de 93 por ciento del personal de limpieza, y 84 por ciento de las personas encargadas de cobrar en los supermercados –sectores, todos, de alta vulnerabilidad en el caso de epidemias o pandemias-.