Decenas de mujeres habitantes de dos provincias del norte y una del sureste de España están apoyando a las personas quienes se desempeñan en la primera línea de repuesta a la pandemia de coronavirus –COVID-19-, que golpea con particular fuerza a ese occidental país europeo.

Se trata de españolas radicadas en las ciudades de Elda y Petrer, en la sudoriental y costera Alicante, y de la ciudad de Laspuña, en la norteña Huesca –fronteriza con Francia-, de acuerdo con medios de comunicación españoles.

La actividad voluntaria de esas mujeres también ha servido de ejemplo para los habitantes de la ciudad de Sentmenat, en la nororiental provincia de Cataluña –también costera y limítrofe con Francia-, según las mismas versiones.

En el caso de Elda y Petrer, el anuncio de autoridades de salud, el 13 de marzo, en el sentido de que las mascarillas –un artículo de uso masivo en el marco de la pandemia- empezaban a escasear, fue lo que motivó a numerosas mujeres a iniciar, de inmediato, la confección de ese implemento sanitario, relató, al diario español Nius, la concejala Juana Ochoa, de Petrer, una de las participantes en el movimiento.

“La alarma saltó (…) cuando desde la dirección comarcal de enfermería de Elda, avisaron que las reservas de mascarillas se estaban agotando en el Hospital de Elda y en los centros de salud de la comarca”, indicó Ochoa.

“Se pusieron en contacto conmigo dos enfermeras del ambulatorio, para comunicarme que estaban a punto de terminarse las mascarillas”, y que “necesitaban ayuda para fabricar nuevas”, dijo.

“Enseguida nos movilizamos y decenas de mujeres nos pusimos a trabajar”, siguió relatando Ochoa, concejala encargada de Sanidad y Participación Ciudadana de Petrer.

Las mujeres, costureras de profesión, iniciaron la confección masiva de mascarillas, un esfuerzo en el cual, además, en distintos aspectos, “participa mucha gente”, precisó.

Esto, debido a que, “además de coser, tenemos que cortar la tela con las medidas requeridas”, para lo cual “disponemos de un pequeño patrón, y, luego, hay que enviarlo todo a las casas y después recogerlo” para su distribución, explicó, además.

Citado por el mismo medio, Juan Membrive, hijo de una de las costureras identificada solamente como Luisa, expresó admiración por el esfuerzo solidario que su madre y las demás mujeres optaron por emprender.

“Es increíble el trabajo que están haciendo”, aseguró Membrive, quien expresó que “son unas heroínas”, y relató que, “con la única compañía de la televisión, para conocer las últimas noticias de la pandemia, Luisa solo ha levantado la cabeza de la máquina de coser (durante tres días consecutivos de trabajo) para descansar unas horas y comer”.

Por su parte, respecto a la iniciativa, Luisa aseguró que “es lo menos que podemos hacer, para ayudar en este momento tan complicado”.

Las primeras tres jornadas de labor, las costureras confeccionaron alrededor de cuatro mil mascarillas, las que, tras un proceso de esterilización, son enviadas a centros de salud, principalmente para ser usadas, como protección, por el personal médico y asistente, de acuerdo con lo indicado por el periódico.

“Las mujeres que no han tenido que volver al trabajo siguen cosiendo. Y aunque la producción ha disminuido, van a continuar confeccionando mascarillas hasta que sean necesarias”, agregó Nius.

Similar trabajo están desarrollando mujeres habitantes de la ciudad de Laspuña.

Una de las impulsoras de la actividad, identificada, por el periódico local Sobrarbe Digital, solamente como Coral, indicó que, en apenas un día, fueron elaboradas 200 mascarillas, a partir de retazos de sábanas de algodón blanco, “para que se puedan lavar a 90 grados”.

Así como el virus se ha extendido por España, también está haciéndolo el ejemplo de esas mujeres, ya que en la localidad catalana de Sentmenat, la mayoría de los integrantes de esa comunidad está desarrollando similar esfuerzo.

“Ante la falta de material de protección para los trabajadores municipales, el alcalde pidió a las empresas del municipio que cedieran sus excedentes en hidrogel o mascarillas. Estas se acabaron pronto y el siguiente paso fue fabricarlo ellos mismos”, informó Nius, quien citó alcalde local, Marc Verneda.

“Se pusieron en contacto con las empresas (…) industriales” del lugar, entre la cuales “las hay que fabrican gorros para médicos, que les cedieron el material”, informó Verneda, quien agregó que “ya son 40 los vecinos que se han sumado a la iniciativa”.

“En el taller de costura de la asociación de vecinos, tres voluntarios preparan el material”, puntualizó el funcionario local, y agregó que “allí también se turnan las máquinas de coser para enseñar a coser y repasar las mascarillas que han confeccionado los vecinos desde casa”.

El periódico informó, además, que “cada mañana, un técnico municipal hace el reparto de telas a domicilio”, y agregó que, a su vez, ”cada vecino cose de media unas 25 mascarillas diarias”.

Entre ellos, figura Miquel Verdaguer, propietario de una tienda en la comunidad.

“Como tengo la tienda cerrada y no tengo nada que hacer, creí que podía colaborar”, expresó, para agregar que, “además, ayudo a profesionales que lo necesitan”.

Verneda indicó que, “además de los vecinos, también colaboran establecimientos como dos clínicas dentales que abrirán unas horas al día, para esterilizar y embolsar las mascarillas. De este modo, su uso será totalmente seguro”.

Según el alcalde, la producción diaria de mascarillas en Sentmenat se ubica en alrededor de 750, las que prioritariamente se destinan a personas de primera línea de respuesta, incluidos trabajadores y agentes policiales municipales, así como trabajadores sociales,  además de personal de centros médicos.

De acuerdo con los datos más recientes de organizaciones internacionales, incluida la Organización Mundial de la Salud (OMS), España, con algo más de 21,500 casos, es el segundo país europeo con más personas afectadas por el virus, solamente antecedido, a nivel continental, por Italia, que presenta poco más de 47 mil.