El papa Francisco se sumó a la preocupación mundial ante el vaticinado aumento de la violencia de género a causa del aislamiento social (cuarentena) que la mayoría de países, a nivel global, está implementando, como medida clave para contener la propagación del nuevo coronavirus –causante de la Enfermedad Coronavirus 2019 (Coronavirus Disease 2019, COVID-19)-.
Al orar, en el Vaticano, a la Virgen María, en el Lunes del Ángel, Francisco se refirió a la vulnerabilidad en la que están las mujeres en riesgo o ya victimizadas, al tener que convivir, ahora 24/7, con sus victimarios.
“A veces, corren el riesgo de ser sometidas a la violencia, por una convivencia de la cual llevan una carga demasiado grande”, expresó.
También hizo mención del trabajo que numerosas integrantes de sectores pertenecientes a la primera línea de respuesta a la pandemia, así como a las tareas domésticas que, según el esquema social patriarcal, deben, sumado a ello, cumplir.
En este sentido, señaló que “hoy, quisiera recordarles lo que hacen muchas mujeres, incluso en este momento de emergencia sanitaria, para cuidar a otros: doctoras, enfermeras, agentes de las fuerzas del orden y de las cárceles, empleadas de tiendas de bienes de primera necesidad”.
“Y muchas madres y hermanas, que se encuentran encerradas en la casa con toda la familia, con niños, ancianos y discapacitados”, dijo, a continuación.
Francisco aseguró que “oramos por ellas”, para agregar: “que el Señor les dé fuerzas, y que nuestras comunidades puedan apoyarlas, junto con sus familias”.
El papa formuló la oración una semana después de que el secretario general de las Naciones Unidas, el portugués António Guterres, planteó la necesidad de que los planes nacionales para evitar la propagación de la COVID-19, además de incluir el aislamiento social, cuenten con un componente de prevención contra la violencia de género.
La principal medida -el aislamiento social- está generando tensión, además de incertidumbre, en numerosas personas, a nivel mundial, dado el impacto que la necesaria acción sanitaria está teniendo en las economías tanto nacionales como familiares, recomendó Guterres, en un comunicado difundido el 6 de abril, en texto y video, por Naciones Unidas.
El funcionario denunció, además, que, en tal contexto, se ha disparado el registro mundial de incidentes de violencia de género.
«En las últimas semanas, con el aumento de las presiones económicas y sociales y del miedo, hemos visto un estremecedor repunte global de la violencia doméstica», dijo.
“Sabemos que los confinamientos y las cuarentenas son esenciales para reducir el COVID-19, pero pueden hacer que las mujeres se vean atrapadas con parejas abusivas”, razón por la cual «insto a todos los gobiernos a que la prevención y la reparación en los casos de violencia contra las mujeres sean una parte vital de sus planes nacionales de respuesta contra la COVID-19», expresó.
“Insto, a todos los gobiernos, a que la prevención y la reparación en los casos de violencia contra las mujeres sean una parte vital de sus planes nacionales de respuesta contra la COVID-19”, propuso.
Al declarar preocupación coincidente con la expresada por Guterres –y, ahora, por el papa-, la subsecretaria general de la Naciones Unidas, la nigeriana-británica Amina Mohammed, planteó, el 8 de abril, que, en el marco del combate al nuevo coronavirus, la atención a la violencia de género debe ser una alta prioridad de los gobiernos, y debe ser una responsabilidad compartida por todos los actores sociales.
El fenómeno mundial de la agresión de género está en ascenso, a causa del enfoque prioritario de la atención, de gobiernos y organizaciones nacionales, en el aumento exponencial de la COVID-19, que, al 13 de abril, había llegado a algo más de 1.9 millones de casos en 184 países a nivel global –con Estados Unidos en primer lugar, registrado algo más de medio millón-.
Si bien es la parte fundamental de los planes nacionales para tratar de detener la propagación de la enfermedad, el aislamiento social propicia que, mujeres y niñas en contextos familiares de violencia de género, estén en mayor riego de ser revictimizadas.
“Ante de que estallara la pandemia, las estadísticas mostraban que una de cada tres mujeres experimentará violencia, en su vida”, como promedio, pero “mi preocupación, hoy, es por todas las mujeres, en el mundo, quienes están sufriendo aún más, ahora, debido a las tensiones económicas y sociales causadas por el cambio radical de la vida normal”, advirtió.
En referencia al caso de México, país con niveles críticos de violencia de género -2018 marcó un promedio diario de 10 mujeres asesinadas, más de 40 por ciento de las cuales estuvo constituido por víctimas de sus respectivas parejas–, el experto Pablo Navarrete indicó que, según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el hogar es el espacio más peligroso para la población femenina.
“Es allí donde han sido agredidas 4 de siete mujeres”, y “los principales agresores son sus parejas, esposos, novios, padres y hermanos, es decir, personas muy cercanas”, según declaró al periódico mexicano El Debate.
Además, en el contexto de la pandemia, “algunos organismos de atención a las mujeres han señalado que hay indicios de un incremento del 60 por ciento en el número de llamadas de auxilio por parte de mujeres en riesgo, lo cual es una situación muy grave”, precisó.
Por su parte, el periódico informó, el 13 de abril, al citar a Navarrete, que, “este proceso de confinamiento por la pandemia del coronavirus ya empieza a hacer crisis, y los hogares se están planteando como un territorio para la violencia contra las mujeres pues se están dando todas las condiciones para que ocurran más tragedias de las que ya hay”.
“En estos espacios las mujeres están con hombres violentos, quienes tienen a la mano armas de fuego, cuchillos, desarmadores, picahielos, entre otras armas que pueden quitar la vida”, relató.
“En la actualidad las mujeres que venían sufriendo violencia están confinadas con sus agresores en un escenario mucho más peligroso”, advirtió El Debate.
“Ahora a la violencia ‘natural’ que se vivía en algunos hogares se les suma el miedo que está generando en los hombres la pandemia del coronavirus, la cual está provocando muertes, desempleo, la abstinencia de drogas y la frustración que ocasiona el encierro, entre otros factores”, puntualizó.
En declaraciones publicadas tres días antes por El Debate, Ángela Guerrero, experta en defensa legal con perspectiva de género, explicó que “hay muchas mujeres que no pueden mantenerse en casa por las actividades que realizan, pero también que no pueden mantenerse en casa por el nivel de violencia en su hogar”.