La discriminación machista dejó de ser una barrera a su desarrollo profesional y personal, cuando la bióloga mexicana Nancy Yáñez, se reinventó para convertirse en promotora del empoderamiento económico de las mujeres
Al narrar su historia a Noticias ONU -la agencia informativa de Naciones Unidas-, Yáñez indicó que es egresada del Programa “Segunda Oportunidad”, implementado, desde 2018, por la organización mundial y un grupo empresarial mexicano.
La iniciativa apunta, por una parte, a que la población femenina logre la autosuficiencia en materia monetaria, y, por la otra, a ayudar a la recuperación económica de las comunidades de las cuidades de México (CDMX) -la capital nacional- y Juchitán de Zaragoza -en el sureño estado de Oaxaca- afectadas por los respectivos terremotos de 2017.
El programa es implementado, en alianza, por la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres) y el Grupo Danone, conglomerado empresarial mexicano en el campo de la alimentación.
En su descripción de Yáñez, en la nota informativa que difundió el 19 de julio, Noticias ONU señaló que “tiene 44 años y es originaria de (el surcentral estado de) Morelos, México”.
También indicó que “es bióloga (…) con Maestría en Ciencias en Conservación y Aprovechamiento de Recursos Naturales, pero todo eso no bastó para que (…) pudiera ejercer su carrera sin sufrir discriminación de género”.
“Cuando Nancy logró obtener una gran oportunidad laboral, también nació su hijo, hecho que le hizo solicitar a sus empleadores trabajar un horario corrido de ocho horas, para poder salir más temprano y así poder ejercer también su papel de madre”, agregó la agencia informativa.
Sin embargo, “sus jefes rechazaron la propuesta, por lo que comenzó una agonía laboral, hasta que decidió renunciar”, siguió narrando, para agregar que “ese trance la marcó, pero también le llevó a buscar una segunda oportunidad”.
Yánez relató que “fue muy complicado”, y que, “finalmente, vinieron los recortes de personal y ahí recategorizaron mi caso, y decidí irme, con mi liquidación, a trabajar por mi cuenta”.
Noticias ONU indicó que fue, entonces, cuando “comenzó a trabajar en la consultoría de su esposo, dedicada a la conservación de las áreas naturales protegidas”, y que eso “la llevó a involucrarse en los temas sociales y de ambiente de su comunidad”.
“De esa forma, comenzó a conocer todos los problemas (…) en ciertas zonas de México”, algo que “la motivó a buscar organizaciones que la pudieran apoyar”, de acuerdo con la versión periodística.
“Para ella, hacer valer su trabajo y profesionalismo no ha sido sencillo”, contexto en el cual “un primer obstáculo que tuvo que superar fue la creencia de que estudiar no era para las mujeres, ya que en ellas recae el trabajo de cuidados que se hace en los hogares, lo cual muchas veces aumenta la probabilidad de que no concluyan la carrera o no ejerzan después de graduarse”, planteó, la agencia, en alusión a la división de responsabilidades universalmente impuesta por el patriarcado.
A continuación, Yáñez se dedicó a ejercer su profesión, inicialmente enfrentando la valla de que, en su condición de bióloga, “muchas veces en las comunidades no tomaban con seriedad lo que decía ella como mujer a diferencia de lo que decían sus compañeros hombres”, agregó.
Un salto cualitativo hacia adelante, vino con el programa de ONU Mujeres y Danone, de acuerdo con el relato del medio de comunicación.
A partir de entonces, la bióloga está dedicada a “apoyar a las mujeres de su comunidad en la búsqueda de canales de comercialización de una gran variedad de productos, vinculando la conservación (ambiental) y las artesanías con criterios bioculturales que se tienen contemplados en la elaboración de esos artículos”, precisó.
En ese sentido, Yánez relató que, gradualmente, fueron acercándose “mujeres que tenían productos acumulados por la pandemia”, razón por la cual puso en movimiento “una iniciativa de apoyo a través de redes sociales, con familiares y amistades”.
Por otra partes, un hotel en la ciudad de Ensenada, en el noroccidental estado mexicano de Baja California -fronterizo con Estados Unidos- le solicitó un alto volumen de productos elaborados artesanalmente, lo que la motivó a “seguir trabajando junto con a todas las mujeres de la comunicad que había conocido”.
Noticias ONU puntualizó que Yáñez y la red de artesanas, producen y distribuyen artículos de variada naturaleza -bolsas tejidas a mano, piezas de telar lates como camisas, colchas, cortinas, sábanas, servilletas, entre otros- los que son comercializados a nivel nacional.
La agencia indicó que, “en México y en el mundo, se han realizado diversos esfuerzos para alcanzar la igualdad de género”, no obstante lo cual, “las mujeres siguen teniendo menor participación en la vida pública y privada”.
“En comparación con los hombres, hay menos mujeres en puestos de liderazgo y tienen menos oportunidades en el mercado laboral”, precisó.
Citando a ONU Mujeres, explicó que “esto se debe a la falta de oportunidades para las mujeres y a diferentes factores como: las leyes y prácticas discriminatorias, los estereotipos de género, la desigualdad en el acceso a la educación, la violencia contra las mujeres y las niñas, los matrimonios de niñas y adolescentes, y la falta de ingresos propios o del control sobre los mismos, entre otras”.
También mencionó datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), según los cuales, en 2019, la tasa de participación de las mujeres en el mercado laboral en México era de 45 por ciento, frente al 77 por ciento de los hombres.
“Además, de los 4,7 millones de personas mayores de 15 años en condición de analfabetismo, más de 61% son mujeres”, situación que “las deja en situación de vulnerabilidad en el mercado laboral, y brechas salariales que alcanzan hasta 35%”, explicó.