Zoya Sapra Aggarwal, pasó, de comandar la primera tripulación exclusivamente femenina que piloteó un avión de la compañía Air India que sobrevoló el Polo Norte, a dirigir un equipo que, en el marco de la pandemia mundial del nuevo coronavirus, transportó a ciudadanos de India, desde el exterior, de regreso a su país de origen.
Vencedora de estereotipos de género, en una sociedad con fuerte dominación patriarcal, Sapra Aggarwal, considera que el exitoso desempeño en su profesión -históricamente, un área de predominio masculino- depende de la capacidad de quienes -hombres o mujeres- la ejerzan.
Esta realidad es la que debe ser parte de la enseñanza temprana, de modo que las niñas aprendan a vencer barreras machistas, lo que incluye acceso a la educación en ciencia, tecnología, ingeniería, y matemáticas (Ctim), de acuerdo con lo que aseguró la aviadora, en declaraciones difundidas por la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres).
“El acto de volar se reduce a tus capacidades, no a tu género”, expresó Sapra, quien es una activa defensora y promotora de los derechos femeninos en el país del sur asiático.
“En definitiva, el avión no entiende de cuestiones de género ni la física tiene género, el avión no sabe si lo pilota una mujer o un hombre”, planteó.
En la visión de Sapra, “la oportunidad de alcanzar la igualdad comienza en el momento de nuestro nacimiento”, ya que “todos los seres humanos nacemos iguales, merecemos recibir el mismo amor y, por ende, tener igualdad de derechos y oportunidades”.
“La lucha, sin embargo, sigue siendo la eliminación de las nociones arcaicas de lo que las mujeres y niñas pueden y no pueden hacer”, reflexionó.
En ese sentido, planteó la importancia de la herramienta que es la educación, en cuanto a construir, desde la infancia, autoestima femenina fuerte, y formar, así, futuras defensoras y promotoras de la igualdad de género.
“Debemos preparar a nuestras niñas, y debemos empezar a hacerlo ya mismo”, expresó la aviadora, para, de inmediato, recomendar que “debemos visitar las escuelas, y alentar a las niñas a ser capitanas, líderes, y promotoras del cambio”.
Además, “debemos promover la educación Ctim, de un modo que sea interesante, atractivo, y (que) no dé la impresión de que es sólo para los hombres y niños”, sugirió.
Es necesario que las jóvenes cuenten con modelos femeninos “de lo que pueden llegar a ser”, además de que se debe “enfatizar el mensaje de que son capaces de hacer realidad cualquier sueño”, dijo.
Hay que “darles alas, y verlas volar”, planteó.
En cuanto a su opción por la aviación, dijo que se manifestó en su infancia, y que marcó una marcada diferencia respecto a los planes -tradicionalistas- de sus padres.
“Creo que la oportunidad de alcanzar la igualdad comienza en el momento de nuestro nacimiento”, comenzó a narrar, y agregó, a continuación, que “todos los seres humanos nacemos iguales, merecemos recibir el mismo amor, y, por ende, tener igualdad de derechos y oportunidades”.
“Desde muy temprana edad, estaba previsto que mi padre y mi madre me buscaran un ‘buen’ muchacho con quien casarme y tener hijas e hijos”, siguió relatando.
“Sin embargo, yo soñaba algo diferente para mi futuro”, porque, “desde que tenía ocho años, quería pilotar aviones”, agregó, mencionando el factor humano que alteró la aspiración de sus padres, apegada a la histórica y patriarcal costumbre.
También precisó que, cuando materializó el osado sueño, hace aproximadamente tres décadas, la presencia femenina en esa especialidad laboral no era bien vista.
“A principios de la década de los noventa, convertirse en pilota no se consideraba una salida profesional tradicional para una mujer”, expresó.
“Uno de los motivos por los cuales mi madre y mi padre se mostraban reticentes a mi decisión, era que, nunca antes, habían oído hablar de una mujer que se dedicara a esta profesión”, planteó.
“Cuando me uní a Air India [en 2004], era apenas la quinta pilota que la aerolínea había contratado en toda su historia”, puntualizó.
Air India es una empresa gubernamental que, fundada en 1932, opera con flota de aviones Airbus y Boeing, con la cual cubre más de un centenar de destinos nacionales e internacionales.
“Al principio de mi carrera, las mujeres afrontaban muchas presiones sociales, en esta industria”, agregó, en su relato a ONU Mujeres, reproducido el 9 de agosto.
“Muchas aerolíneas no querían ampliar la licencia por maternidad a sus empleadas, y temían que abandonaran su empleo después de dar a luz”, explicó.
“En la actualidad, las pilotas constituyen el 12.4 por ciento del sector aéreo de India, un porcentaje mucho más alto que el promedio mundial de apenas el 5.4 por ciento”, informó, para asegurar que, “si bien seguimos luchando por conseguir la igualdad de género, esta es una gran victoria”.
En opinión de la aviadora activista, “las niñas de todo el mundo necesitan personas aliadas que las ayuden a soñar, a ver el mundo no solo como lo que realmente es, sino como lo que puede llegar a ser”.
Una de las aviadoras indias más jóvenes, Sapra encabezó, en enero de este año, la tripulación de cuatro mujeres encargada del vuelo inaugural de la aerolínea nacional, desde la occidental ciudad estadounidense de San Francisco hasta la ciudad de Bengaluru, la capital del estado de Karnataka, en el sector occidental de India.
Se trata de una ruta de aproximadamente 16 mil kilómetros, con sobrevuelo polar, que las cuatro capitanas cubrieron en alrededor de 17 horas, sin escalas, de acuerdo con lo informado entonces, por medios de comunicación nacionales.
Tras el aterrizaje en el Aeropuerto Internacional Kempegowda, la pilota declaró, a periodistas, en un mensaje de reivindicación de la igualdad de género, que “las mujeres deben creer en sí mismas”, y agregó, a manera de exhortación, que, “aunque enfrenten presión social, no deben considerar que ninguna tarea es imposible”.
“Soy la comandante más joven, en el mundo, de Boeing 777”, dijo, como ejemplo, además de precisar que, “hoy, hemos creado historia, no solamente volando por encima del Polo Norte sino porque exitosamente lo hizo una tripulación de sólo mujeres”.