Algunos mitos que refuerzan informaciones falseadas, aluden a que la leche materna no se adapta a las necesidades nutricionales del neonato
El informe “Cómo influye la comercialización de la leche de fórmula en nuestras decisiones sobre la alimentación infantil”, elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), afirma que, aunque las mujeres en todos los países encuestados, expresaron la preferencia por amamantar como forma exclusiva para alimentar a sus hijos —con un 49% en Marruecos y el 98% en Bangladesh—, un flujo de mensajes comerciales están reforzando ciertos mitos sobre la lactancia y la leche materna, y socavando la confianza de las mujeres en su capacidad para amamantar con éxito.
Algunos de los mitos que se refuerzan a través de estas informaciones falseadas son que la leche materna no se adapta a las necesidades nutricionales del neonato, que se ha demostrado que los sucedáneos de la leche materna contienen sustancias que mejoran el desarrollo y la inmunidad del niño, que estas leches artificiales sacian a los bebés durante más tiempo y que la calidad de la leche materna disminuye con el tiempo.
Otro mito es que la mujer no produce leche, por lo tanto, no puede lactar al bebé, cuando todas las mujeres tienen la capacidad de producir leche y la cantidad aumentará conforme más veces el bebé succione.
Algunas piensan que cuando el bebé llora mucho, es porque su leche no es suficiente, y completa la alimentación con el chupón. Es importante aclarar que no siempre el llanto es vinculante al hambre, por lo tanto, hay que evitar darle el chupón, debido a que una vez se acostumbra al artefacto, ya no querrá succionar el pecho.
Según la OMS, la lactancia materna en la primera hora de vida, seguida de la lactancia exclusiva durante seis meses y la lactancia continuada hasta los dos años o más, ofrece una poderosa línea de defensa contra todas las formas de desnutrición infantil.
Asimismo, la lactancia materna también actúa como la primera vacuna de los bebés, protegiéndolos contra muchas enfermedades comunes de la infancia y reduciendo también los riesgos futuros de diabetes, obesidad y algunas formas de cáncer en las madres lactantes.
La OMS concluye que la lactancia materna es la mejor manera de proporcionar a los bebés los nutrientes que necesitan para un crecimiento y desarrollo saludables, y puede evitar el 13% de las muertes infantiles.