Fuente: ISHARA S. KODIKARA/AFP via Getty Images

Sumada a las históricas manifestaciones de racismo principalmente en los estados del “Sur Profundo” de Estados Unidos, la pandemia del nuevo coronavirus está agudizando, entre las afroestadounidenses embarazadas en sectores rurales de esa zona, el temor y la resistencia habituales a dar a luz en hospitales.

La opción por tener la ayuda de parteras está simultáneamente creciendo en ese sector de la población, y, ante la escasez de estas expertas, algunas mujeres hasta piensan en enfrentar el parto, en casa, sin asistencia.

Esta alternativa obedece a que, además de que no son muchas, las parteras locales están en alta demanda, de acuerdo con la nota informativa titulada “Por temor al Coronavirus, muchas mujeres negras rurales evitan los hospitales para dar a luz en casa” (“Fearing Coronavirus, Many Rural Black Women Avoid Hospitals to Give Birth at Home”) y publicada por Stateline.

La nota, resultado de una exhaustiva investigación llevada a cabo por la periodista afroestadounidense April Simpson, de medio informativo, citó a varias parteras y otras profesionales en salud del área.

“Mujeres embarazadas en (los estados de) Tennessee, Arkansas y Mississippi han estado llamando sin pausa a CHOICES Midwifery Practice (Práctica de Partería OPCIONES) en Memphis (ciudad del primero), pero el centro está completamente reservado”, escribió Simpson.

La razón radica en que, quienes se comunican con el lugar, “están aterrorizadas de que ellas o sus bebés contraigan el nuevo coronavirus si paren en hospitales”, explicó, para agregar que “algunas mujeres viven en áreas lejos de hospitales y unidades de obstetricia”, y precisar que “las clientas del centro son principalmente negras y otras mujeres de color”.

Numerosas embarazadas procuran parteras, con la intención de parir en sus casas o en otros centros especializados en nacimientos, en lugar de hospitales, donde temen que estarán expuestas al virus causante de la Enfermedad Coronavirus 2019 (Coronavirus Disease 2019, COVID-19), indicó.

Según parteras y otras expertas en salud materna, “mujeres desesperadas también están pariendo sin ninguna asistencia médica”, precisó.

“Nos han dicho que van a arriesgarlo todo y van a tener un parto casero no asistido”, indicó Nikia Grayson, una de las expertas citadas en la nota, quien agregó que “eso asusta bastante”.

Parteras en esa zona “están viajando a zonas rurales alrededor de Memphis, para ayudar, pero es peligroso cruzar las fronteras entre los estadios sin saber adónde ir en una emergencia”, agregó la enfermera partera certificada.

De acuerdo con lo indicado por la investigadora, las afroestadounidenses radicadas en los estados del Sur Profundo del país están en situación de alta vulnerabilidad sanitaria.

“Los riesgos son especialmente altos para las mujeres negras rurales quienes están próximas a dar a luz en estados sureños”, dado que “tienen escaso acceso a proveedores de atención sanitaria y recorren distancias más largas para recibir asistencia, mientras el racismo sistémico y las desigualdades en materia de asistencia para la salud ponen sus vidas en riesgo”, denunció la redactora de Stateline.

En ese sentido, la médica Joia Crear-Perry, quien preside Colaboración Nacional de Equidad en el Parto (National Birth Equity Collaborative), advirtió que, en el caso de Estados Unidos, la COVID-19 expone lo que describió como un frágil sistema de atención en salud que ya marginalizaba y traumatizaba a las afroestadounidenses embarazadas.

“La intersección de ser una mujer negra y que el sur rural (estadounidense) optó por no proporcionar cobertura de seguro es una mortal combinación para muchas”, reflexionó.

Por su parte, Wengora Thompson, administradora de un proyecto de parto seguro financiado por la firma farmacéutica Merck y la Fundación Kellogg –que trabaja con poblaciones en riesgo social-, planteó la necesidad de que el Departamento de Salud de Mississippi atienda las preocupaciones de las embarazadas y sus familias, y desaliente los partos en casa.

Al respecto, citó el caso de una médica quien le relató que, recientemente, intentó asistir un parto en casa, para evitar la red hospitalaria local, pero, debido a una complicación, el bebé requirió reanimación, por lo que fue conducido a una unidad de terapia intensiva, en un hospital.

“Es importante que (las mujeres) sepan, por algún organismo oficial o alguna fuente en la que confíen, que esta no es la mejor opción”, recomendó.

Sin embargo, Grayson relató que la reticencia existente en la población femenina negra en esta región, a dar a luz en hospitales, es previa a la irrupción de la COVID-19 en Estados Unidos.

En ese sentido, “expertos señalan sistémicas desigualdades en la atención en salud, y racismo institucional”, escribió Simpson, quien citó estudios reproducidos por el centro mundial de investigación médica Institutos Nacionales de Salud (National Institute of Health, NIH).

De acuerdo con esos documentos, “las mujeres negras frecuentemente postergan el cuidado prenatal para evitar experiencias racistas con el sistema de atención en salud, y tienen más posibilidad de experimentar discriminación racial”, precisó.