Sin duda alguna, el sector agrícola es clave para la economía nacional, por tal motivo resaltamos su valioso aporte habiéndose transformado en un motor de crecimiento sostenido para Costa Rica. A pesar de la grandeza que, por su esfuerzo y entrega representan nuestros agricultores, aún hay situaciones que debemos atender y solucionar prioritariamente en orden de mantenerlo a flote, máxime en esta época de tanta incertidumbre.

Nuestro país ha ido diversificando la agroexportación de productos frescos desarrollando toda una gama de variedades y países de destino, por lo que hoy exportamos 486 productos agrícolas a 67 países, donde el 90% de nuestros productos frescos están protegidos bajo 15 tratados de libre comercio.

Mientras que, los pujantes agricultores continuamos dando la lucha para enfrentarnos a los mercados nacionales e internacionales, vemos que aún nuestros principales retos se encuentran dentro de nuestro propio país.

Reinserción en mercados internacionales

Hoy más que nunca, requerimos el apoyo del Gobierno después de un duro año 2019 en el que se dieron varios factores adversos, entre estos, el fenómeno de El Niño. Seguidamente, pensábamos que el 2020 iba a ser un año de recuperación que, si bien encerraba muchas dificultades para salir del deterioro del año anterior, llegó el COVID-19 y nos ha dejado grandes pérdidas, por lo que se ocupa definir una estrategia para el impulso agroexportador al ser un dinamizador que se constituye en el elemento central de la generación de empleos en zonas rurales; es decir, el gran aporte que se distribuye, no solo en emplear a muchas personas del quintil más bajo de la población, sino también por su amplia cobertura a lo largo y ancho de Costa Rica.

Nos es apremiante que el Gobierno finalmente dé la aprobación del registro de nuevos agroquímicos, palabra que, por temas ideológicos la han satanizado cuando en realidad los agroquímicos son la medicina de nuestros cultivos que nos permite tratar sus enfermedades, incrementar la productividad de nuestras tierras, y combatir las plagas que han aumentado como consecuencia del cambio climático. Es urgente reinsertarnos en los mercados internacionales, por lo que es requerido agilizar el proceso de reglamentación de este instrumento de manera que, nos permita la inscripción de nuevas moléculas de última generación más acordes a la actualidad y las buenas prácticas agrícolas a nivel mundial, para así optimizar el rendimiento de las cosechas al dar nutrientes a la tierra, favorecer un crecimiento más rápido de las plantas y reducir la pérdida de las cosechas, la cual, en algunos cultivos es hasta del 20% actualmente.

Apoyo para afrontar grandes pérdidas

En este momento en que nos enfrentamos a una crisis sanitaria, económica y social sin precedentes debido a la pandemia, necesitamos un tipo de cambio que nos dé competitividad, que nos permita recibir más colones por cada dólar que captamos en el exterior con tanto esfuerzo ante costos internos sumamente crecientes en energía, salarios, cargas sociales y otros que definitivamente nos ponen en clara desventaja ante nuestra competencia mundial.

Es tiempo de valorar la base mínima contributiva de la C.C.S.S., de tal manera que nos incentive en la contratación de trabajadores en jornadas reducidas sin que esto amerite una carga desmedida y desproporcionada ante esa institución. Actualmente las cuotas de Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) y Seguro de Enfermedad y Maternidad (SEM) deben calcularse sobre la base mínima y no sobre las horas reales laboradas en jornadas reducidas, esto es un incentivo a la informalidad.

Desde el MAG se debe promover en conjunto con la capacidad instalada de otras instituciones costarricenses, por ejemplo, estaciones experimentales, laboratorios del ITCR, EARTH, UCR y colegios vocacionales, para desarrollar mejoras en la productividad del sector agrícola con acciones y capacitación, por ejemplo, en técnicas de mejoramiento de semillas e implementación de nuevas tecnologías, así como reproducción y liberación de semillas con mayor potencial productivo. Es necesario realizar un nuevo censo agropecuario para identificar la cobertura, los avances y los desafíos que enfrenta el sector agrícola. A su vez, implementar un programa de certificación voluntaria en el cual los agricultores y el MAG trabajen bajo una confianza en el tratamiento de plagas para que así las exportaciones sean más ágiles.

Construcción de confianza

A nivel internacional, se debe seguir construyendo la confianza comercial entre nuestro país y el mundo bajo la negociación de nuevos tratados pensando en alternativas como Japón, Emiratos Árabes, Alianza del Pacífico, entre otros; siempre bajo la búsqueda de promover un espacio de mayor integración, crecimiento, desarrollo y competitividad.

Desde el punto de vista agrícola y sus cadenas de valor, somos una actividad esencial y especialmente se ha resaltado en esta crisis la importancia de la producción de alimentos y esperamos que las autoridades nos apoyen para poder resucitar la economía lo más pronto posible.

No podemos dejar caer a nuestros agricultores, debemos crear más medidas de compensación ante la crisis actual y a la que ya traíamos desde el año anterior, para así recuperar este sector en las situaciones tan adversas que nos rodean, donde muchos pierden sus fincas y otros activos que pusieron de garantía ante alguna entidad financiera y así tener dinero para cultivar la tierra y producir los alimentos de nuestra mesa y de muchas más personas en el mundo. La agricultura es y seguirá siendo un sector clave de nuestro desarrollo social y económico, aún en los tiempos de crisis.

*Presidenta Cámara de Exportadores, CADEXCO