Desde la segunda semana de noviembre de este año las mujeres en Afganistán no pueden ir a parques de diversiones y gimnasios y serán vigiladas para que cumplan con la medida que fortalece la misoginia 

La dictadura teocrática musulmana de Afganistán sigue violando los derechos de la población femenina, más recientemente, mediante la prohibición de que mujeres tengan acceso a los parques de diversiones del país asiático.

Al anunciar la medida, vigente desde la segunda semana de noviembre, el portavoz del Ministerio de Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio, Mohammad Sadeq Akif Muhajir, dijo que, en esos sitios de esparcimiento, se ha dado la presencia simultánea de mujeres y hombres, así como el inadecuado uso del hijab -velo religioso femenino que cubre el cabello-, todo lo cual contraviene las normas vigentes.

La disposición se aplica, además, a los gimnasios, de acuerdo con la información oficial.

Por su parte, afganas citadas por medios de comunicación internacionales, reaccionaron en oposición a la nueva reglamentación, lo mismo que a la misógina política que, en general, aplica el régimen del movimiento fundamentalista islámico Talibán -establecido hace algo más de un año en la nación ubicada en el sector occidental de Asia-.

Muhajir aseguró, en las declaraciones que formuló el 10 de noviembre, en Kabul -la capital nacional-, que “el gobierno hizo todo lo posible” para no tener que imponer la nueva medida.

Para ello, determinó que esos espacios fuesen usados mediante separación por género, o mediante el uso, respectivamente, por parte de mujeres y hombres, en días alternos, planteó el vocero de la dependencia gubernamental creada en setiembre de 2021 -en inmediato reemplazo del entonces disuelto Ministerio de Asuntos de la Mujer-.

“Lamentablemente, las órdenes no fueron acatadas (…) se violó las normas”, dijo el funcionario, según versiones periodísticas.

“En la mayoría de los casos, hemos visto a hombres y mujeres juntos en los parques”, comenzó a justificar. Sumado a ello, “no se respetaba el hijab”, dijo.

De modo que “tuvimos que tomar otra decisión”, agregó, en alusión a la más reciente medida discriminatoria.

El portavoz también advirtió que el régimen vigilará parques de diversiones y gimnasios, “para determinar si las mujeres siguen usándolos”.

Surgido en 1994, en el marco de la guerra civil afgana (1992-1996), el grupo fundamentalista islámico Talibán estuvo, desde 1996 hasta 2001, en control de aproximadamente tres cuartas partes de los algo más de 652 mil kilómetros cuadrados que constituyen el territorio del país asiático.

La violenta administración talibana -caracterizada por despiadadas violaciones a los derechos humanos, en particular de las mujeres y las niñas- fue derrocada en diciembre de 2001, cuando Afganistán fue escenario de una invasión militar internacional, encabezada por Estados Unidos.

No obstante a esa derrota, el movimiento se mantuvo, desde entonces, en resistencia armada.

Tras el retiro, a mediados de 2021, de las tropas estadounidenses -las fuerzas extranjeras que mantenían la intervención-, la ofensiva talibana logró el objetivo de derrocar al gobierno del presidente (2014-2021) Mohammad Ashraf Ghani, cuando tomó, el 15 de agosto del año pasado, el control de Kabul -por lo tanto, del país-.

Citadas por agencias informativas internacionales -incluidas The Associated Press (AP), Deutsche Presse-Agentur (DPA), Infobae-, algunas afganas fueron críticas de la más reciente prohibición de género -respecto a acceso a parques de diversiones y gimnasios-, y cuestionaron la base religiosa esgrimida por la dictadura talibana.

En opinión de una mujer identificada solamente como Wahida, “no hay escuelas, no hay trabajo”, contexto en el cual “estamos aburridas y agotadas de estar en nuestras casas, todo el día”.

“Nuestras cabezas están cansadas”, a causa de la política misógina talibana, aseguró. Por todo ello, “tendríamos que poder tener un lugar donde divertirnos”.

Al analizar la conducta misógina del régimen, la dirigente feminista Munesa Mubarez, denunció que la población femenina afgana es rehén de la fundamentalista dictadura teocrática.

También aclaró que la política machista del grupo talibán, carece del misticismo que el gobierno pretende infundirle. “Estas restricciones son como secuestrar a alguien…y no cabe un enfoque religioso ni humanitario”, subrayó, a continuación.

En términos conceptualmente coincidentes, una afgana identificada como Raihana, dijo que las mujeres disfrutaban el acceso a los parques diversiones.

Aseguró que, ella y sus hermanas, “estábamos muy contentas, cansadas de estar todo el día en nuestras casas”.

En cuanto al manipulado componente religioso de la política talibana antimujer, Raihana subrayó que, “obviamente, en el Islam, está permitido salir y estar en parques de diversiones, y plazas”.

Respecto a la arbitraria argumentación del régimen, en declaraciones que la agencia informativa española Efe reprodujo el 16 de agosto de 2021 -un día después de la instalación de la dictadura-, una estudiante universitaria afgana aseguró que los talibanes carecen de sensibilidad humana.

Sumado a eso, en su brutal y equivocada interpretación y aplicación de la Sharia -ley del Islam-, demuestran que no comprenden el contenido del Corán -el libro sagrado de esa religión-, agregó la afgana de 23 años, cuya identidad no fue revelada.

“Los talibanes son como animales, no entienden el Corán”, expresó la mujer identificada solamente como Khadija, en las declaraciones que Efe reprodujo el 16 de agosto.

Los gobernantes de facto, “no entienden qué es Afganistán”, a causa de que, “muchos, ni siquiera son de aquí…además, suelen padecer “delirios y problemas mentales”, precisó.

Obra: Shamsia Hassani