El ausentismo educativo afecta a un sector considerable de la población femenina de El Salvador, problema que es agravado por la deserción de las estudiantes, principalmente al finalizar el nivel medio de enseñanza.

Entre las iniciativas implementadas en el país centroamericano, con mirar a corregir esa tendencia, figura una de cobertura en 70 países a nivel mundial, y que, en Centroamérica, también es implementada en otras tres de la siete naciones del istmo, agregó, en un artículo de opinión, la comunicadora social Karla Chicas.

“Se ha demostrado que las niñas tienen el poder de cambiar el mundo, sobre todo, cuando se apuesta por su educación para que sigan aprendiendo, liderando y puedan salir adelante”, planteó, en el texto que, con el título “La educación, un pilar fundamental para empoderar a la mujer desde su niñez”, fue publicado, el 22 de enero, por el diario local La Prensa Gráfica.

“Sin embargo, en El Salvador, más de 430 mil niñas y adolescentes no fueron matriculadas en la escuela en el 2018, según estadísticas e indicadores del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de El Salvador (MINED)”, denunció.

“Es decir, el 39.18% de este grupo poblacional no tuvo acceso a la educación durante ese año”, precisó, a continuación.

“A esto hay que agregarle que la tasa de deserción de la mujer, en noveno grado, es mayor que la de los hombres, sobre todo en el área rural”, continuó planteando.

“Solo en el 2017, el 13.2% de la población estudiantil femenina abandonó sus estudios en ese grado”, indicó.

El sistema de enseñanza salvadoreño consiste en el nivel inicial -los grados 1 a 6-, el medio -7 a 9-, y el secundario -10 a 12-.

Chicas se refirió, también, a algunos esfuerzos que están en marcha para lograr mayor incorporación de niñas, al sistema, y para evitar que lo abandonen.

“Ante esta problemática en el país, existen iniciativas que buscan mejorar la paridad de género actual”, señaló, para agregar que “una de ellas es la de Plan Internacional”.

En el sitio de esta acción en Internet, se explica que, como aspecto central de su Estrategia Global 2017-2022, “queremos cumplir la estrategia de los Objetivos Globales 2030 y esforzarnos por un mundo justo que promueva los derechos de la infancia y la igualdad para las niñas”.

“Nuestra estrategia es trabajar con menores vulnerables, y especialmente niñas de modo que puedan aprender, liderar, decidir y prosperar”, y, “dentro de la estrategia tenemos la ambición de transformar las vidas de 100 millones de niñas”, de acuerdo con la misma fuente.

La mención de los Objetivos Globales 2030, es una referencia a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible que, aprobada en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, contiene los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los que, a su vez, consisten en 17 metas establecidas haberse cumplido, a más tardar, dentro de nueve años.

El quinto de los ODS aborda, específicamente, el tema de “Igualdad de Género”, y apunta a poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y las niñas, señalando, entre otros planteamientos, que ello no solamente constituye un derecho humano básico sino que es crucial para el desarrollo sostenible.

“Se ha demostrado una y otra vez que empoderar a las mujeres y niñas tiene un efecto multiplicador y ayuda a promover el crecimiento económico y el desarrollo a nivel mundial”, según lo indicado en ese punto.

La agenda y los ODS complementan la Declaración y la Plataforma de Beijing, documento de seis capítulos, contenidos en 138 páginas, aprobado junto con la Declaración de Beijing, durante la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, reunión llevada a cabo del 4 al 15 de setiembre de 1995, en Beijing, la capital china.

En el primero de sus 361 artículos, la plataforma se define como “un programa encaminado a crear condiciones necesarias para la potenciación del papel de la mujer en la sociedad”.

También señala que su propósito central radica en “acelerar la aplicación” de estrategias “orientadas hacia el futuro para el adelanto de la mujer1y eliminar todos los obstáculos que dificultan la participación activa de la mujer en todas las esferas de la vida pública y privada”.

Ello, “mediante una participación plena y en pie de igualdad en el proceso de adopción de decisiones en las esferas económica, social, cultural y política”, lo que “también supone el establecimiento del principio de que mujeres y hombres deben compartir el poder y las responsabilidades en el hogar, en el lugar de trabajo y, a nivel más amplio, en la comunidad nacional e internacional”, agrega.

En su artículo, Chicas señaló que Plan Internacional, “en el 2012 lanzó una campaña para que gran parte de este grupo (niñas y adolescentes) tuviera la oportunidad de continuar sus estudios”.

“La iniciativa nació en el 2008, cuando una directora de Plan Alemania visitó una comunidad en África y la encontró desolada de niños, debido a que se encontraban en la escuela. Sin embargo, al descubrir que una niña seguía en casa, le preguntó por qué no estaba en clases como todos los demás. Ella contestó: ‘Por ser niña’”, relató la comunicadora.

Citada en el artículo, la directora de Plan Internacional El Salvador, Carmen Elena Alemán, explicó que, “desde ese momento, surge la idea de crear un programa para hacer valer el derecho a la educación de las niñas”.

Alemán dijo, asimismo, que, particularmente en este país, se procura mantener, a las alumnas, dentro del sistema de enseñanza.

Además, informó que los objetivos locales de Plan Internacional fueron, este año, rápidamente actualizados para enfrentar los desafíos adicionales planteados por la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la Enfermedad Coronavirus 2019 (Coronavirus Disease 2019, Covid-19).

“Buscamos propiciar los recursos, a la comunidad objetiva de niñas, en el tramo específicamente de bachillerato, para que culminen sus estudios, pero ahora le agregamos el enfoque de posicionar temas de liderazgo, empoderamiento y, ahora, por covid-19, con herramientas tecnológicas, propiciando un entorno seguro”, explicó.

Al citar datos de diversas fuentes oficiales salvadoreñas, lo mismo que de Plan Internacional, Chicas presentó una radiografía de la situación de las niñas, en el contexto de la pandemia.

En lo que tiene que ver con “Dificultad para la continuidad educativa”, informó, entre otros datos, que “98 % de las familias tienen acceso a un dispositivo” electrónico, pero solamente
“39 % cuenta con internet inestable”, y “8 % debe desplazarse para lograr conexión”.

En tal contexto, “19 % de las familias informaron que no todas las niñas continuarán su educación en línea”, agregó.

En materia de “Violencia basada en género”, denunció “712 casos de Violencia Sexual enero-agosto 2020”, y que “8 de cada 10 fueron niñas adolescentes menores de 18 años”.

También citó cifras de un “Sondeo de Riesgos de Violencia de Género de Plan”, según las cuales “23.67 % Mujeres sufrieron VBG (violencia basada en género). De estos 15 % afectó a niñas y adolescentes”.

En lo que tiene que ver con “Embarazo adolescente”, indicó que “aumentó las inscripciones maternas mayo a junio de 35 a 52 casos en niñas de 10 a 14 años”, y “de 892 a 1,009 casos de niñas de 15 a 19 años”.

Chicas también enumeró cinco “Soluciones de Plan Internacional a la problemática”, consistentes en “Fortalecer la agencia y liderazgo de las niñas y la mujer joven”, “Propiciar un entorno favorable para la igualdad de derechos de las niñas”, “Mejorar el bienestar y necesidad diarias de las niñas y sus condiciones”, “Inclusiva realización de los derechos de las niñas y la promoción de una sociedad inclusiva”, y “Trabajar con los niños, adolescentes y jóvenes. Adoptar conductas positivas en relación a las niñas”.

En opinión de Alemán, “si una niña no está empoderada y no se siente capaz de llegar a exponer sus ideas, entonces no cambia ni su realidad ni su contexto”.