5,500 mujeres embarazadas que darán a luz el próximo mes, en 15 de los 36 hospitales en la zona de Gaza que funcionan parcialmente, atraviesan por condiciones impensables  

Las embarazadas en el escenario de guerra de la Franja de Gaza, enfrentan riesgos que van desde bombardeos hasta complicaciones durante el parto, pasando por la hambruna que afecta a la población civil local.

En el dramático cuadro de situación que presenta la red de hospitales de Gaza -por la destrucción total o parcial de centros asistenciales, a causa de los constantes bombardeos de las Fuerzas de Defensa de Israel (Israel Defense Forces, IDF), y la escasez de alimentos e insumos, generada por el bloqueo israelí-, para febrero, se estima un promedio de 180 partos diarios.

Al presentar, en conferencia de prensa realizada el 12 de enero, la crisis humanitaria que presenta ese territorio palestino, el representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (United Nations Population Fund, Unfpa), el británico-irlandés Dominic Allen, expresó fuerte preocupación por este sector de la población femenina local.

La situación se enmarca en la confrontación bélica que las IDF y la organización políticomilitar palestina Harakat al-Muqawama al-Islamiya -transliteración del árabe, que significa Movimiento de Resistencia Islámica- (Hamas) protagonizan desde la mañana del 7 de octubre.

Las respectivas dimensiones territoriales presentan diametralmente inversas realidades poblacionales, ya que la Margen Occidental es habitada por algo menos de 3.2 millones de personas, mientras la población de Gaza llega a casi 2.1 millones -desplazada, en un noventa por ciento, por la guerra-.

Ambas extensiones territoriales están bajo ocupación militar israelí -Gaza, en el contexto de la presente guerra, y Cisjordania, hace décadas, en más de 90 por ciento-.

“Estoy aterrorizado por el millón de mujeres y niñas que viven en Gaza, y por las 5,500 mujeres embarazadas que darán a luz el próximo mes”, planteó Allen, durante el diálogo con periodistas llevado a cabo en la sede de Naciones Unidas, en la nororiental ciudad estadounidense de Nueva York, luego de una visita que llevó a cabo a Gaza.

“Esta cifra indica que habrá (en promedio) 180 partos al día, en febrero, en un momento en que alrededor de 15 de los 36 hospitales en la zona son sólo parcialmente funcionales”, informó.

Los centros médicos “están tan al límite, que no pueden atender, de manera adecuada, a las madres que acaban de parir, o (a las) que están a punto de hacerlo”, agregó.

Al denunciar el grado de vulnerabilidad en que están las embarazadas locales, Allen advirtió que, “si no las matan las bombas, el hambre, y la deshidratación, morirán en el parto”.

El funcionario aseguró que “la situación en Gaza, supera cualquier pesadilla”.

También informó que, durante la visita a Gaza, recorrió un hospital, cuyos médicos “atienden 70 u 80 partos (diarios), y donde, después de parir, las mujeres pueden quedarse apenas unas cuantas horas, debido al alto número de embarazadas que esperan dar a luz”.

“Después del parto, a la mujer le dan unas horas para ser dada de alta”, reafirmó, para precisar que, sumado a ello, durante la extremada breve hospitalización, “hay muy poca atención postparto, para la madre y para el bebé”.

En ese contexto, es elevada la incidencia de “desnutrición en bebés”, quienes presentan “peso inferior al promedio”, relató, además.

Al respecto, Allen subrayó que “esto indica que hay desafíos en el último trimestre del embarazo y en los primeros momentos de vida”.

Se trata de los tiempos “más decisivos, si se quiere salvar vidas”, aclaró, de inmediato.

En declaraciones que el medio de comunicación France 24 reprodujo, el 9 de noviembre -un mes y dos días después de estallada la guerra en Gaza-, Allen denunció que, a la crítica situación generada por el boqueo israelí, de casi dos décadas, la población palestina local es, ahora, cruelmente golpeada por el conflicto armado.

Como resultado del aislamiento y de la guerra, “ahora, el sistema sanitario está al borde del colapso”, advirtió, para, de inmediato, aclarar que “algunos centros de salud, ya están colapsando”.

“Las mujeres embarazadas no pueden acceder a servicios básicos de salud materna, se enfrentan a desafíos impensables”, agregó entonces.

Más recientemente, citada en una nota informativa que difundió el 25 de diciembre de 2023, la médica Sara al-Saqqa -quien se convirtió, en agosto de ese año, en la primera cirujana graduada en Gaza-, relató cómo un bombardeo israelí- marcó su primera asistencia a un parto.

Al-Saqqa narró que, tras varias horas de intentar, infructuosamente, que algún ginecólogo-obstetra se hiciera cargo de la emergencia, decidió llevar a cabo la intervención.

La cirujana dijo que, de inicio, “oré, a Nuestro Señor, para que me ayudara, y salvara tanto a la madre como a la niña”, lo que, efectivamente ocurrió, y también precisó que, a raíz de ello, en agradecimiento, la mujer nombró, a su hija, Sara.

En cuanto a la brutal situación humanitaria que la guerra está imponiendo a la población, Al-Saqqa indicó que los médicos locales, “todos los días, salimos, y ayudamos en todo lo que podemos, porque los refugios y las escuelas (donde miles de palestinos también buscan protección), nos necesitan”.

Foto: Ahmed akacha