Quien gane la reciente elección presidencial de Estados Unidos deberá enfocarse, entre numerosos retos, en las mujeres quienes han perdido su fuente de trabajo, a causa de la pandemia mundial del nuevo coronavirus, crisis sanitaria que golpea principalmente al país norteamericano.
Al formular la recomendación, la empresaria estadounidense Heather Hay Murren advirtió que omitir atención a la desigualdad de género, agudizada por la emergencia global, implicaría que la población femenina pierda décadas de logros en el campo de derechos.
“El próximo presidente debe ayudar a las mujeres a volver al trabajo”, planteó Hay, en el título del artículo de opinión difundido el 3 de noviembre -la jornada de votación en Estados Unidos- por la cadena de televisión informativa estadounidense Cable News Network (CNN).
“Quien gane las elecciones presidenciales de Estados Unidos se enfrentará a graves desafíos durante los próximos cuatro años a medida que nos recuperamos del impacto económico de esta pandemia”, planteó la articulista.
“Pero debemos pensar más allá de la crisis inmediata para resolver estos desafíos a largo plazo”, precisó Hay, una inversionista quien también es ex una analista financiera.
“El progreso económico de las mujeres hacia una mayor igualdad en la fuerza laboral antes de la pandemia, aunque positivo en términos de dirección, aún dejó una brecha de riqueza significativa entre hombres y mujeres”, aclaró.
A manera de ejemplo, indicó que, en promedio, “los ahorros para la jubilación de los hombres es de 76,000 dólares, en comparación con solo 23,00 para las mujeres”, lo que significa que “una de cada tres mujeres dice que ha ahorrado menos de 10.000 dólares”.
Asimismo, a causa de la emergencia sanitaria -encabezada, a nivel mundial, por estados Unidos, con alrededor de 9.5 millones de casos, al 4 de noviembre-, la población femenina están ante el riesgo de retroceder décadas en materia de participación en la fuerza laboral, vaticinó.
“Esta crisis tendrá un impacto mucho más devastador en la seguridad financiera de las mujeres que la Gran Recesión, no solo por la pérdida de ingresos, sino también por la destrucción de la riqueza”, pronosticó, además.
Hay hizo, así, alusión a la contracción económica estadounidense de 2007 a 2009, la más severa recesión que el país sufrió desde la Gran Depresión registrada en la década de 1930.
La Gran Recesión tuvo, además del devastador impacto en la economía de Estados Unidos, fuerte incidencia a nivel internacional.
En ese sentido, explicó que, “durante la crisis financiera de 2008, más hombres que mujeres perdieron sus trabajos”, contexto en el cual “muchas pérdidas estuvieron centradas en la construcción y la manufactura”.
“Y la recesión histórica que resultó de esa crisis no tuvo los efectos amplificadores de un cierre general y el cierre de escuelas”, agregó, en referencia con algunas medidas adoptadas por el gobierno estadounidense, al igual que otros gobiernos a nivel internacional, en procura de frenar la masiva propagación del virus.
“Sin embargo, durante la recesión actual, las mujeres, que suman el 49% de la fuerza laboral total, representaron el 55% de los empleos iniciales perdidos la primavera (estadounidense) pasada”, puntualizo.
También respecto al golpe socioeconómico de la actual pandemia, Hay señaló que, “solo en septiembre, el 80% de los 1,1 millones de trabajadores que abandonaron la fuerza laboral eran mujeres, es decir, cuatro veces más mujeres que hombres”.
En cuanto a la atención que el próximo gobierno estadounidense debe centrar en la situación de las desempleadas por el impacto de la emergencia sanitaria, la articulista explicó que “tomar medidas ahora para promover la igualdad de género podría agregar 2,7 billones de dólares al PIB /producto interno bruto) de Estados Unidos para 2025”.
“Si tomamos medidas fuertes e inmediatas –desde legislación hasta políticas de los empleadores y préstamos financieros– para garantizar que las mujeres estén empleadas al mismo ritmo y en los mismos niveles que los hombres, no solo cerraremos la brecha de riqueza, sino que crearemos una economía más fuerte y estable que ofrezca a las mujeres la posibilidad de volver al trabajo”, reflexionó.
“Sin estos pasos, las pérdidas actuales en la participación de la fuerza laboral podrían drenar años de capital acumulado”, advirtió, a continuación.
“También podrían obligar a las mujeres a renunciar a futuras oportunidades laborales, ya que las pérdidas de vivienda y transporte, combinadas con el aumento de las responsabilidades de cuidados, hacen que no puedan aceptar nuevos trabajos incluso cuando estos vuelven”, siguió planteando.
Hay mencionó, así, el hecho de que, según los papeles de género asignados por las sociedades patriarcales, y en el marco de medidas gubernamentales sanitarias tales como aislamiento social (cuarentena), las mujeres y las niñas han visto acrecentada su labor doméstica no remunerada.
En ese cuadro de situación, es necesario generar más oportunidades para las mujeres, recomendó.
“A medida que continuamos tratando de mitigar los impactos económicos negativos de esta pandemia, es fundamental que los responsables de la formulación de políticas actúen no solo sobre medidas para mejorar la seguridad económica inmediata, sino también en vías para que las mujeres aprovechen plenamente las oportunidades laborales”, indicó.
“Esto implica, por ejemplo, cuidado de niños asequible, acceso a la atención médica y protección contra la violencia doméstica, que se ha intensificado durante los cierres (cuarentenas)”, explicó.
“También necesitamos promover una cultura en todos los sectores que cree más oportunidades laborales para las mujeres”, señaló.
En ese sentido, recomendó, “por ejemplo, promover la diversidad y la igualdad en la fuerza laboral (…) aumentar la representación femenina en las juntas (administradoras) y aumentar el acceso al capital para mujeres emprendedoras”, lo que implica “cumplir la igualdad de remuneración”.
Según la visión de Hay, “si no abordamos la desigualdad de género en nuestra crisis actual, eso hará que las mujeres retrocedan décadas”.