La falta de acceso a créditos para las mujeres se debe a las barreras que existen en el sector formal, debido a los requisitos que piden muchas instituciones bancarias
Las salvadoreñas son un sector marcadamente minoritario del universo que, en su país de origen, tiene acceso a préstamos, pero, cuando los obtienen, les dan responsable uso -más que los hombres-, de acuerdo con los hallazgos contenidos en un informe dado a conocer recientemente.
Las prioridades hacia las cuales esos fondos son canalizados, tienen que ver, mayoritariamente, con el hogar, de acuerdo con el estudio llevado a cabo por dos oenegés salvadoreñas -Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (Fudecen), Instituto de Investigación, Capacitación y Desarrollo de la Mujer (Imu)-, y una británica de cobertura internacional -Oxford Committee for Famine Relief (Comité Oxford para el Alivio del Hambre, Oxfam)-.
Ello, debido a que su conexión con el ámbito de la familia presenta mayor profundidad que en el caso de los hombres, indicaron las organizaciones, en el Informe sobre las Desigualdades de Género en la Inclusión Financiera de El Salvador.
Al dar a conocer, el 22 de mayo, algunos aspectos del documento, el diario salvadoreño El Mundo, señaló que “un estudio destacó que las mujeres destinan más dinero a las actividades de cuidado porque están más ligadas al hogar”.
En ese sentido, precisó que, en términos generales, “un 57 % de las mujeres que poseen un préstamo lo invirtieron en salud, comida o emergencias”.
Al desglosar esa proporción, El Mundo informó que las beneficiarias destinan los créditos a rubros tales como “compra de alimentos o pago de servicios básicos, como los recibos de agua y energía eléctrica”.
“Si se agrupan las respuestas, se conoce que un 57 % de las mujeres utilizan sus créditos para salud, emergencias o comida, mientras que un 51 % de los hombres dedican su capital para los mismos propósitos”, de acuerdo con la misma fuente.
“Lo mismo sucede con el dinero que las mujeres poseen en sus cuentas de ahorro, en donde este se utiliza para subsistir”, agregó el medio de comunicación.
Por otra parte, “un 19 % de las salvadoreñas que reciben un crédito utilizan el dinero para remodelar la casa o comprar terrenos o vehículos, 18 % para atender imprevistos, mientras un 16 % lo invierten en sus negocios”, indicó.
Citado en la nota informativa de El Mundo, el presidente de Fudecen, Óscar Cabrera, precisó la escasa proporción de préstamos con mujeres como beneficiarias.
“Sólo un 11 por ciento tiene acceso al crédito, y, cuando vemos el destino del crédito, vemos que son actividades dedicadas a la economía del cuidado”, señaló.
Cabrera precisó que “el destino del crédito está ligado a la cantidad de horas que las mujeres dedican al hogar”, para explicar que, “en tal caso, puede destinar hasta 38 horas a la semana a labores de cuidado, mientras que los hombres apenas invierten 13 horas”.
Por su parte, Nathalie Chacón, investigadora de Fudecen, puntualizó que “es más del 50 por ciento o 60 por ciento, que destina su ahorro a pago de imprevistos, gastos de alimentación”.
Chacón también reveló aspectos de la evidente desigualdad de género en lo que tiene que ver con la exitosa gestión de préstamos.
“La falta de acceso a créditos para las mujeres se debe a las barreras que existen en el sector formal, debido a los requisitos que piden muchas instituciones bancarias”, comenzó a plantear.
Tal cuadro de situación, “obliga, a muchas, a solicitar préstamos en el sector informal”, dijo, a continuación.
La experta denunció que “el trasfondo de la falta de acceso a los créditos va más allá, pues en el país un 30 por ciento de los hogares están liderados por mujeres, y el resto está a cargo de los hombres, los cuales tienen a su nombre las propiedades y eso facilita el trámite en la gestión de los créditos”.
Por su parte, Jessica Veloz, también investigadora de Fudecen, hizo referencia a una complejidad clave: la precariedad laboral en la que se encuentra una alta proporción de salvadoreñas, lo que se traduce en estrechos márgenes de ingresos.
“El problema con los préstamos no se basa sólo en poder acceder a estos, pues muchas mujeres dependen de los ingresos diarios que reciben para cancelarlos”, señaló puntualmente.
Ello suele potenciar lo que esta experta describió como sobreendeudamiento.
“Empiezan a manejar un esquema donde piden préstamo para pagar deuda”, algo que puede convertirse en un patrón de conducta que, por lo general, se agudiza.
También necesitadas de préstamos son las propietarias de micro, pequeñas, y medianas empresas (Mipyme).
De acuerdo con un informe de la Corporación Financiera Internacional (International Finance Corporation, Ifc), del Banco Mundial (BM), más de la mitad de las aproximadamente trescientas mil mipymes pertenece a mujeres.
Al respecto, en la nota informativa que publicó el 13 de marzo, el diario salvadoreño La Prensa Gráfica reveló que esas emprendedoras requieren financiamiento general equivalente a algo más de ochocientos millones de dólares.
“En El Salvador están registradas 317,795 microempresas y pymes (…) de las cuales un 62 % son propiedad de mujeres”, indicó el medio de comunicación, para, a continuación, agregar que “estas últimas necesitan $829 millones en créditos, según el estudio de mercado elaborado por la IFC”.
Citado por el periódico, José Etchegoyen, especialista en Finanzas de Género de la Ifc, dijo que, “en 2019, identificamos una brecha de acceso a financiamiento muy importante en toda la región latinoamericana y, en particular, nos interesó entender más la situación en Centroamérica y República Dominicana”.
Respecto al caso de El Salvador, informó que, “durante los últimos años, la Ifc ha desembolsado varios créditos, a instituciones financieras, para que éstos sean dirigidos a programas con enfoque de género”.
De acuerdo con los números mencionados por el funcionario, las inversiones se ubicaron en el rango de 50 millones a algo más de 300 millones de dólares.
En algunos casos, “los fondos se destinaron a créditos hipotecarios en hogares liderados por mujeres”, precisó.
“Este es un foco que estamos explorando cada vez más, porque ese hogar se puede transformar, después, en la garantía que la empresaria necesita para sacar un crédito de emprendedor”, agregó.
“O sea que, dándole acceso a una propiedad, también estoy potenciando la posibilidad de que esa mujer se pueda convertir en una emprendedora”, reflexionó el experto del BM, quien, además, señaló que “la mujer integra todas las necesidades de la familia, y del negocio”.
A ello, se suma el hecho de que “la mujer es mejor pagadora que el hombre, y eso hay que reconocerlo con mejores términos, y eso lo vemos en todos los mercados en donde actuamos y en todos los segmentos”, planteó Etchegoyen.
El funcionario reveló que, en tal sentido, “nuestros servicios están alineados a eso: a que la mujer es un cliente al que hay que entender y ofrecerle productos que se adapten a esas necesidades especiales que tiene”.
Foto: Los Muertos Crew