Las energías contaminantes del aire, la biomasa quemada de forma ineficiente, la exposición a óxidos de nitrógeno y la exposición a mercurio, entre muchos otros, pueden ser perjudícales para la salud
En tiempos de esta avanzada industrialización nos encontramos con las energías tóxicas para el ser humano que son aquellas que, durante su producción, uso o desecho, liberan sustancias o generan impactos que resultan perjudiciales para la salud de las personas. Estas pueden clasificarse en:
1. Energías contaminantes del aire:
• Combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural): la quema de estos combustibles libera contaminantes como partículas finas (PM2.5), óxidos de nitrógeno (NOx), dióxido de azufre (SO2) y compuestos orgánicos volátiles (COV), que causan enfermedades respiratorias (asma, bronquitis), cardiovasculares, cáncer de pulmón y muerte prematura.
• Biomasa quemada de forma ineficiente: la quema de leña, residuos agrícolas o estiércol en estufas o fogones mal ventilados produce altas concentraciones de contaminantes en el aire interior, causando infecciones respiratorias agudas, especialmente en niños y adultos mayores.
2. Energías que generan residuos peligrosos:
• Energía nuclear: si bien no emite contaminantes a la atmósfera durante su funcionamiento normal, genera residuos radiactivos de alta actividad que requieren un almacenamiento seguro durante miles de años. Un accidente nuclear, como el de Chernóbil o Fukushima, puede tener consecuencias devastadoras para la salud humana, causando cáncer, malformaciones congénitas y enfermedades por radiación.
3. Energías con impactos indirectos en la salud:
• Grandes represas hidroeléctricas: la construcción de estas infraestructuras puede desplazar a comunidades, alterar ecosistemas y afectar la calidad del agua, lo que puede tener efectos negativos en la salud y el bienestar de las personas.
Ejemplos de efectos específicos en la salud:
• Exposición a partículas finas (PM2.5): aumento del riesgo de enfermedades respiratorias, cardiovasculares, cáncer de pulmón, accidentes cerebrovasculares y muerte prematura.
• Exposición a óxidos de nitrógeno (NOx): irritación de las vías respiratorias, aumento de la susceptibilidad a infecciones respiratorias y exacerbación del asma.
• Exposición a dióxido de azufre (SO2): problemas respiratorios, especialmente en personas con asma o enfermedades pulmonares crónicas.
• Exposición a mercurio (liberado por la quema de carbón): daño al sistema nervioso, especialmente en fetos y niños pequeños.
• Exposición a radiación ionizante: aumento del riesgo de cáncer, mutaciones genéticas y otros problemas de salud.
Es importante destacar que la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles, como la solar, la eólica y la geotérmica, es fundamental para proteger la salud humana y el medio ambiente.
Además de los efectos directos en la salud física, las energías tóxicas también pueden tener impactos negativos en la salud mental, al generar estrés, ansiedad e incertidumbre en las comunidades afectadas por la contaminación o los riesgos asociados a ciertas tecnologías.
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Contacto: Dr. Torres Batista (506) 8404-6772
Foto: Arián Fernández
