Practicante de la ablación femenina con su nieta de diez años en Somalilandia. Fuente: Noticias ONU

Existen unos 19 ritos, que van desde el planchado de los senos hasta la prueba de virginidad, que se consideran violaciones de los derechos humanos de las mujeres.

Un  estudio del Fondo de Población de las Naciones Unidas destaca que cada año millones de niñas son sometidas de forma rutinaria a prácticas que les perjudican tanto física como emocionalmente con el pleno conocimiento y consentimiento de sus familias, amigos y comunidades.

«Las prácticas nocivas contra las niñas les causan traumas profundos y duraderos, privándolas de su derecho a alcanzar su pleno potencial», dijo la directora ejecutiva del Fondo, la doctora  Natalia Kanem, en un comunicado de prensa.

El informe enumera al menos 19 ritos, que van desde el planchado de los senos hasta la prueba de virginidad, que se consideran violaciones de los derechos humanos.

El informe se centra en las tres prácticas más frecuentes: la mutilación genital femenina, que se estima afectará a 4,1 millones de niñas este año; el matrimonio infantil, con 33.000 niñas menores de 18 años obligadas a casarse; y el sesgo extremo contra las hijas, a favor de los hijos varones.

Esta preferencia extrema y continua por los hijos varones en detrimento de las hijas en algunos países ha alimentado la selección del sexo con sesgo de género, o la negligencia extrema, que conduce a la muerte de las niñas cuando son niñas, lo que da lugar a unos 140 millones de «mujeres desaparecidas», continúa el informe.

Durante una entrevista, la directora del Fondo en Ginebra, Mónica Ferro, alertó de que todas estas prácticas nocivas se basan en la «suposición de que los derechos y el bienestar de las mujeres y las niñas son menores que los de los hombres y los niños», lo que da lugar a que «tengan menos opciones y a que se las ponga bajo el control sexual, económico y jurídico de los hombres, lo que también constituye una violación de sus derechos humanos».

Según el organismo, es posible acabar con algunas prácticas violatorias de derechos humanos, como el matrimonio infantil y a la mutilación genital femenina en todo el mundo en un plazo de 10 años, aumentando los programas para mantener a las niñas en la escuela durante más tiempo y enseñarles aptitudes para la vida cotidiana, así como lograr que los hombres y los niños participen en el cambio social.