Joe Biden y Hilary Clinton. Getty Images

Hillary Clinton intentó, en 2016, convertirse en la primera presidenta de Estados Unidos.

Estuvo próxima a hacerlo, ya que ganó, por amplio margen, los votos directos, pero perdió los votos en el Colegio Electoral, lo que, en el peculiar sistema estadounidense, permitió, a Donald Trump –el perdedor de la votación directa-, llegar a la Casa Blanca.

Tras ese revés electoral de género –agravado por el hecho de que Trump es conocido por su conducta machista-, Estados Unidos estaría ante la perspectiva de tener su primera vicepresidenta.

Esto, debido a que, durante el último debate entre precandidatos presidenciales del Partido Demócrata con miras las elecciones de noviembre en Estados Unidos, Joe Biden, el único sobreviviente de la intensa pugna –que inicialmente involucró a 27 aspirantes a la nominación-, se comprometió a incorporar a una mujer a la fórmula del partido, si obtenía la candidatura.

Tras la baja más reciente –el progresista senador Bernie Sanders, el 8 de abril-, Biden, un ex senador (1973-2009) y ex vicepresidente (2009-2013, 2013-2017) Biden se perfila como el virtual candidato a enfrentar, en la votación del 3 de noviembre, a Trump, seguro ganador de la nominación republicana para la reelección.

De acuerdo con análisis de diversos medios estadounidenses, Biden estaría manejando una decena de nombres, entre los cuales elegir, nómina que incluiría a tres de sus ex adverarías.

Se trataría de las senadoras Kamala Harris, Elizabeth Warren, y Amy Klobuchar.

Tras su participación en la mayoría de los largamente numerosos debates entre precandidatos, Harris anunció, el 3 de diciembre, su salida de la contienda, e, inmediatamente, dio su apoyo a Biden, en cuya campaña proselitista ahora participa.

Hija de inmigrantes -madre india y padre jamaiquino-, la legisladora afroestadounidense de 55 años ha desempeñado, entre otros cargos, los de fiscal general del occidental estado de California (2011-2017), del que es oriunda, y, previamente, fiscal de distrito de la californiana ciudad de Los Ángeles (2004-2011).

Promotora de lo que, en un libro que publicó un año antes, describió como “un enfoque más inteligente cuando se trata de combatir el delito no violento”, y contraria a la pena capital, el récord de Harris en materia de delitos varios elevó, el promedio de condenas, del 52 por ciento registrado en 2003 al 67 por ciento, en 2006.

Además, también en 2006, las condenas por homicidios subieron a 85 por ciento, y por tráfico local de drogas, ascendieron a 74 por ciento.

Durante su desempeño en California, el diario estadounidense The New York Times la incluyó, en 2008, en una lista de mujeres con potencial para llegar a la presidencia del país, y la describió como una “fuerte luchadora”.

Por su parte, Elizabeth Warren, de 70 años, senadora por el nororiental estado de Massachusetts, es mencionada, también insistentemente, como posible compañera de fórmula de Biden, aunque su posición política es más progresista que la ubicación del ex vicepresidente.

Warren figuró, durante la mayor parte de los debates demócratas, lo mismo que en varias elecciones internas del partido, entre los tres primeros lugares de popularidad –junto con Biden y Sanders, con quienes alternó en esas posiciones-.

Uno de los puntos fuertes de su propuesta electoral fue la de una política de salud pública de mayor accesibilidad para todos los sectores de la población.

Warren anunció, el 5 de marzo, que se retiraba de la pugna por la candidatura demócrata, pero, a diferencia de Harris y de su también rival y colega Amy Kobluchar, no adhirió a la campaña de Biden.

Al igual que sus dos ex rivales, la senadora se caracterizó, durante los debates, por la firmeza de sus planteamientos.

Entretanto, Klobuchar, de 59 años, senadora por Minnesota, es la primera mujer que representa a ese norteño estado en la cámara alta legislativa estadounidense.

También más liberal que Biden, esta parlamentaria apoya la opción libre en materia de aborto, así como los derechos de la comunidad sexualmente diversa, además de promover legislación, en materia de salud, que favorezca a los sectores de menos recursos.

La opción de Biden por quien lo acompañe en la fórmula presidencial demócrata puede ser decisiva para su declarado compromiso de vencer a Trump, frustrando el plan del mandatario de hacerse reelegir.

De logarlo, Biden, de 77 años, se convertiría en el presidente de mayor edad en la historia de Estados Unidos.

El dirigente asegura que la reelección de Trump, por un nuevo cuatrienio presidencial, constituiría un acontecimiento nefasto para el país.

Recientemente, declaró que “si le damos, a Trump, ocho años más en la Casa Blanca, por siempre, y fundamentalmente, habrá alterado el carácter de esta nación, quiénes somos, y no puedo quedarme mirando que eso ocurra”.