Los contenidos mediáticos y publicitarios son discriminatorios y sexistas, en cuanto a dar presencia a las mujeres, de acuerdo con lo planteado por la experta española María José de la Torre.
Un estudio dado a conocer este año, por el gobierno autónomo de Andalucía, en el sur de España, revela, asimismo, que el tratamiento dado a la inclusión femenina en esos contenidos es, además, estereotipada, señaló De la Torre, asesora del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) de la Junta de Andalucía.
En tal contexto, esa inclusión estereotipada y sexista se evidencia en el hecho de que las mujeres son parte de algo más de cincuenta por ciento de temas referidos a sociedad, en un extremo, pero de solamente alrededor de tres por ciento en los referidos a economía, planteó la experta, en declaraciones reproducidas por la Cadena de Ondas Populares Españolas (Cope), una red de emisoras católicas comunitarias.
“Los medios tienen la posibilidad y la responsabilidad de contribuir a generar valores y referentes igualitarios e inclusivos”, aseguró.
“Su labor puede y debe contribuir a generar un marco justo de representaciones, en las que no exista una única forma de ser mujer, donde todas las mujeres -en su amplia diversidad- sean visibles, en las que no se cosifique a mujeres y niñas, ni sus identidades sean sexualizadas, donde se representen igualmente diferentes formas de masculinidad, donde no se excluya el reconocimiento de los cuidados”, agregó.
“Históricamente, la producción de discursos periodísticos o publicitarios, como otros espacios de poder, se ha caracterizado por la exclusión de las mujeres -no participaban profesionalmente en los medios- y por su infra y defectuosa representación
-invisibilización, cosificación, infantilización-“, explicó.
“Estas dos vertientes de la situación de la mujer en los medios han sido tradicionalmente estudiadas de forma diferenciada”, continuó precisando.
“Por un lado, desde los contenidos y las representaciones -la presencia de las mujeres como fuentes de información, la utilización de estereotipos en su tratamiento, la cosificación y la sexualización de sus identidades, etc-, y, por otro, desde la producción -es decir, quiénes son y cómo trabajan las profesionales del sector-“, subrayó.
En alusión al estudio titulado “Una mirada desde Andalucía. Informe Anual 2019”, que el IAM dio a conocer en marzo de este año, indicó que, en materia informativa, el muestreo de 305 notas informativas publicadas, el año pasado, en los principales medios andaluces, reveló que la presencia de mujeres resulta desventajosa respecto a la de hombres.
“El protagonismo masculino en las noticias de la muestra es de 7,2 puntos porcentuales mayor que el del protagonismo femenino”, puntualizó, para agregar que “dicha invisibilización niega socialmente las realidades que no nombra restándole entidad, legitimidad y relevancia”.
“Asimismo, cuando las mujeres son protagonistas de las informaciones, la mayor parte de este protagonismo se concentra en los ámbitos informativos estereotípicamente femeninos, especialmente en las secciones de Sociedad y Cultura”, indicó.
De la Torre planteó, a manera de ejemplo, que el informe deja en evidencia que la discriminatoria feminización de los espacios mediáticos mantienen la presencia femenina principalmente en esas dos áreas informativas, en proporciones de, respectivamente, 52.3 y 14 por ciento, mientras que las apariciones en la sección Economía baja, radicalmente, a tres por ciento.
En materia de publicidad, la experta destacó que, entre otras conclusiones, el informe revela la masculinización de esa actividad, en la cual, si bien las mujeres son mayoría entre los egresados de la carrera de mercadeo y publicidad, apenas 20 por ciento forma parte de los departamentos creativos de las agencias publicitarias, además de que solamente uno por ciento forma parte de las estructuras de dirección general creativa.
“La interrelación entre publicidad, medios de comunicación, y sociedad es un hecho”, expresó.
“Por ello, vamos a realizar acciones (…) con el objetivo de transformar el imaginario colectivo de toda la sociedad, para que comencemos a pensar e introducir a mujeres en nuestro pensamiento, para que cuando hablemos de éxito, también pensemos en femenino”, planteó.
“Y lo más importante: que pensar en femenino no esté asociado a una imagen sexista o negativa”, precisó.
“Tenemos mucho que transformar, tenemos mucho sobre lo que sensibilizar, y el IAM tiene claro que, en el camino hacia la igualdad real y efectiva, es necesario trabajar la imagen de las mujeres en el imaginario colectivo”, porque “sólo así podremos seguir dando pasos hasta alcanzar una sociedad más justa e igualitaria”, reflexionó.
En la página de presentación del informe, la consejera Consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación del IAM, Rocío Ruiz Domínguez, planteó que la igualdad de género, real y efectiva, sigue siendo un reto.
“En ello juegan un rol fundamental los medios de comunicación quienes, con su labor diaria, no sólo informan a la ciudadanía de los asuntos de relevancia sino que también generan y canalizan opiniones a la vez que transmiten valores de suma importancia en el desarrollo de una democracia igualitaria”, agregó.
“Como bien es sabido, no se puede ser aquello que no se puede ver, y en la representación de los modelos y referentes sociales de mujeres y hombres los medios de comunicación tienen un alto potencial”, ya que, “con sus mensajes contribuyen a generar imaginarios colectivos donde la ciudadanía aprende qué es bueno, bello, exitoso”, indicó.
“Por ello, los medios tienen la posibilidad y la responsabilidad de contribuir a generar valores y referentes igualitarios e inclusivos”, por lo que “su labor puede y debe contribuir a generar un marco justo de representaciones en las que no exista una única forma de ser mujer, donde todas las mujeres en su amplia diversidad sean visibles, en las que no se cosifique a mujeres y niñas, ni sus identidades sean sexualizadas, donde se representen igualmente diferentes formas de masculinidad, donde no se excluya el reconocimiento de los cuidados”, aseguró.
“En suma, donde los mensajes a los que todos y todas estamos sometidas sean una herramienta generadora de igualdad”, señaló, a continuación.
En tal contexto, “las políticas públicas son claves para garantizar el óptimo funcionamiento de elementos socializadores como los medios de comunicación y la publicidad que tan directamente influyen y determinan los valores sociales”, precisó.
Entre las conclusiones, contenidas en el quinto de los seis capítulos del documento de 92 páginas, se plantea que los medios de comunicación pueden integrar y profundizar la perspectiva de género, además de combatir las desigualdades en sus producciones informativas.
Ello es posible, en la medida en que se cumpla una serie de tres principios, según el texto.
“En primer lugar, asumiendo como un hecho incuestionable la realidad de discriminación que sufren las mujeres y sus consecuencias en multitud de dimensiones vitales y profesionales, también en el seno de la labor periodística”, indicó.
“En segundo lugar, comprendiendo cómo opera profesionalmente la discriminación negativa contra las mujeres y la tradicional discriminación positiva que beneficia a los hombres, e implicándose activamente así en la erradicación de la desigualdad de género en el ámbito periodístico profesional”, agregó.
Además, “cuestionando y combatiendo la desigualdad de género a través de sus contenidos informativos”, señaló en el tercer principio, informando que “solo una de cada cuatro personas sobre las que se lee o escucha en las noticias son mujeres, como también son escasísimas las mujeres reconocidas como comentaristas, especialistas o expertas por los medios, apenas un 9%”.