Paula Narváez, quien fue secretaria general de Gobierno y jefa de Gabinete en la segunda presidencia de la socialista Michelle Bachelet (2006-2010, 2014-2018), aceptó el llamado, que le formuló, un movimiento de mujeres, a que se postule a la presidencia de Chile.
El apoyo que el planteamiento -lanzado en diciembre, y respaldado por Bachelet- ha tenido, fueron determinantes en la decisión, aseguró Narváez, en un breve mensaje que emitió el 13 de este mes.
Se trata de romper el actual esquema patriarcal en cuyo marco el Partido Socialista (PS) contaba, hasta ahora, con solamente cinco hombres como precandidatos presidenciales, con miras a los comicios generales programados para el 21 de noviembre de este año en el andino país sudamericano, expresaron las proponentes, en una petición puesta a firma popular en la red social Change.org -identificada con la palabra inglesa que significa “cambio”-.
“Quiero agradecer, en particular, a las mujeres y compañeras, socialistas e independientes, que hicieron nacer esta iniciativa, con su energía, activa organización, y coraje”, expresó Narváez, en el video, de poco más de dos minutos, que grabó en la sureña ciudad costera chilena de Puerto Montt -donde pasó parte de su infancia y su adolescencia-.
“Valoro los mensajes que he recibido, cargados de esperanza de un país mejor”, y, “por eso, he decidido ponerme al servicio de ustedes, y de mi país, con toda mi fuerza, en la tarea de trabajar, todas juntas y juntos, para enfrentar los desafíos que tenemos, y, así, materializar el anhelo, que me han expresado, en la búsqueda de la dignidad e igualdad para nuestro pueblo”, expresó.
Narváez hizo, así, referencia al cuestionado gobierno del derechista Sebastián Piñera, que enfrentó masivas protestas populares extendidas, ininterrumpidamente, durante meses, desde octubre de 2019.
Piñera está en ejercicio de su segundo mandato cuatrienal, que finaliza el 11 de marzo del año próximo.
En ambos casos, reemplazó a Bachelet.
En el mensaje, Narváez dijo que, “desde Puerto Montt, quiero agradecer a todas y todos aquellos que, con su fuerte convicción, y de manera transversal, se fueron sumando a esta iniciativa, al llamado de que asuma un deber, con Chile, y postule a una candidatura presidencial, en primarias abiertas y ciudadanas”.
“Para mí, en el camino que me ha tocado recorrer, siempre ha sido motivo de inspiración, y trabajo, la lucha por los derechos de todas las personas”, señaló, a continuación, además de expresar que, “con humildad, quiero decirles que me siento muy honrada del llamado que me han hecho”.
Narváze, una psicóloga y especialista en participación política de las mujeres, formuló una exhortación a que “trabajemos, unidas y unidos, en el nacimiento de esta nueva etapa (…) para cuidar nuestra democracia”.
También aseguró que, “con fuerza y convicción, reafirmaremos nuestros valores, para construir un país más justo, desde la solidaridad, la igualdad y la dignidad”, además de llamar a establecer “un gobierno que conduzca, a nuestro país, a un futuro digno”, y a “construir un Chile, verdaderamente, de todas y todos”.
En el texto de ocho páginas que tituló “Nunca más sin nosotras”, el movimiento Mujeres por Paula Narváez, indicó que, como parte del PS, “tenemos algo que decir a su estructura y al resto de la militancia”.
En ese contexto, planteó que “es inaceptable que las candidaturas presidenciales de nuestro partido sean sólo masculinas”.
El grupo aludió así al hecho de que -hasta ese momento- solamente cinco hombres eran aspirantes a la postulación presidencial por el PS, entre ellos el senador José Miguel Insulza -ex canciller (1994-1999) y ex secretario general (2005-2010, 2010-2015) de la Organización de los Estados americanos (OEA)- .
Las firmantes iniciales del documento, plantearon, asimismo, que “necesitamos que nuestras autoridades (…) abran los espacios para que mujeres con claros liderazgos puedan desenvolverse y posicionarse” en la estructura de liderazgo del partido.
“Nunca más sin nosotras será nuestra consigna, siempre”, anunciaron.
Ello, “porque ya tuvimos una presidenta mujer, exitosa, creíble y de izquierda”, y “creemos es posible hacerlo nuevamente”.
“La exclusión de las mujeres de un proceso de definiciones tan relevante como esta, no es hoy admisible”, advirtieron, para agregar que “el contexto político y social exige que nos hagamos cargo de sentar las bases para una efectiva paridad de género en democracia”.
Respecto a Narváez, expresaron que es “una sólida candidatura que proponer”, ya que “vemos en ella el legado transformador de Michelle Bachelet con una fuerte perspectiva de futuro”.
Se trata de “un liderazgo claro, marcadamente transversal, preparado, con perspectiva internacional, raigambre regional y firmes convicciones que pondrá foco en la dignidad de nuestra gente”, agregaron.
“Paula Narváez es la continuadora natural de la presidenta Bachelet, por eso le hacemos un llamado a asumir su deber militante y ser precandidata presidencial del partido socialista de Chile”, reafirmaron, llamado al cual, en su mensaje, la dirigente respondió con precisión.
“Creemos que la compañera Narváez, ex ministra, representante de ONU Mujeres (…) es quién puede consolidar la unidad de propósito en el socialismo y las fuerzas progresistas en el centro y la izquierda”, señalaron.
La precandidata se desempeñó, desde el 17 de setiembre de 2018 como asesora en participación política de las mujeres, para América Latina y el Caribe, de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), cargo al que renunció, el 11 de enero, para competir por la candidatura presidencial.
Al invitar a firmar la petición, el movimiento aseguró que “tenemos una alternativa seria, responsable y transformadora”.
Durante sus dos mandatos presidenciales, Bachelet coincidió, en diferentes momentos, con otras dos latinoamericanas quienes han sido, igualmente, primeras presidentas: la costarricense Laura Chinchilla (2010-2014), y la brasileña Dilma Rousseff (2011-2015, 2015-2016).
Rousseff vio interrumpido su segundo período, en el marco de una crisis política que conmovió al país sudamericano.
Bachelet y Rousseff comparten, además, el hecho de haber sido presas políticas de dictadiuras militares en sus respectivos países.
En el caso de Chile, la tiranía cubrió el período de 1973 a 1990, mientras en Brasil, el tiempo de regímenes de facto se extendió desde 1964 hasta 1985.