La solución a la pandemia mundial de la Enfermedad Coronavirus 2019 (Coronavirus Disease 2019, Covid-19), está estrechamente vinculada a la transformación de los sistemas alimentarios, la que, a su vez, pasa por la igualdad de género, planteó la directora regional adjunta de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres) para América Latina y el Caribe, la uruguaya Cecilia Alemany.

La experta indicó, en diálogo con la agencia informativa rusa Sputnik, que lo expuesto constituye el enfoque de Naciones Unidas, en general, así como, específicamente, de agencias especializadas tales como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y ONU Mujeres.

Al respecto, precisó que es necesario poner particular cuidado en no incurrir en el habitual comportamiento de las sociedades nacionales en la región, de ignorar a las mujeres del estrato rural.

Igualmente, expresó preocupación por la falta de acceso, de los hogares de ese sector poblacional, a Internet, ya que la transformación de los sistemas alimentarios está estrechamente ligado a corregir esa situación.

“La respuesta a la crisis económica y social del covid-19 debe incluir la perspectiva de género, y vinculada a esta, la transformación de los sistemas alimentarios”, señaló, en las declaraciones difundidas el 1 de abril, por Sputnik.

En el Sistema de las Naciones Unidas, “entendemos que no podemos hablar de transformación de los sistemas alimentarios, sin igualdad de género”, explicó.

“Debemos asegurar que, en la respuesta a la crisis, no se deje de lado, no se deje atrás a las mujeres rurales, a las mujeres indígenas -como siempre lo han hecho nuestras sociedades-, y que se aproveche para corregir estas desigualdades estructurales”, subrayó.

Alemany expresó, asimismo, preocupación, en el campo tecnológico, por el cuadro de situación en materia de conectividad, al informar que un 70 por ciento de los hogares rurales, en la región, carece de acceso a Internet.

“La transformación de los sistemas alimentarios también pasa por el acceso a la tecnología, y a la digitalización”, lo que facilita “no solo capacitación sino acceder a nuevos mercados y financiación”, expresó.

La experta indicó, igualmente, que los efectos socioeconómicos de la pandemia están golpeando más severamente al sector femenino de la población mundial.

Al respecto, citando cifras de la FAO, advirtió que, “20 millones más de mujeres que hombres padecen inseguridad alimentaria en América Latina y el Caribe”.

También advirtió que “el 79 por ciento de las mujeres rurales están en empleos informales”, y agregó “podríamos decirlo al revés: solo 21 por ciento de las mujeres rurales tienen trabajo formales, y, por lo tanto, sólo el 21 por ciento de ellas tiene acceso a cualquier tipo de protección social, llámese licencia por maternidad, jubilación, seguro por desempleo”, puntualizó.

“La situación es todavía más grave, si se tiene en cuenta el dato de que, en el último año, se habla de un aumento de 42 por ciento de la pobreza, extrema en la región”, agregó.

“Otro tema muy preocupante del impacto de la crisis es que las mujeres han salido en gran medida del mercado de trabajo, lo que supuso un retroceso de diez años”, expresó, al mencionar números de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Por encima de realidades nacionales diversas, “en América Latina y el Caribe, tenemos que volver a hablar de la inseguridad alimentaria como una preocupación central”, además de “reconocer que este es un problema que, en muchos países, había desaparecido -o disminuido-, y hoy tiene que ser prioritario”, planteó, amanera de exhortación.

En ese contexto, “entre las propuestas para alcanzar una transformación de los sistemas alimentarios que tenga en cuenta la perspectiva de género, se debe garantizar la voz y participación de las mujeres, en igualdad de condiciones, en las instancias de decisión”, indicó.

“También, el acceso a la tierra y a los servicios públicos básicos en el sistema alimentario, ya sea los tradicionales -como financiamiento y asistencia técnica-, del cual están excluidas las mujeres rurales, como los más nuevos -como la conectividad a Internet-“, agregó.

“El mundo y la economía se digitalizan -de forma más acelerada por el covid-19- (…) y lograr iniciativas que aseguren el acceso a la conectividad es fundamental”, expresó.

Alemany informó que, en ese sentido, ONU Mujeres y la Cepal trabajan conjuntamente, para evaluar cuál sería la inversión necesaria para eliminar esa brecha digital, además de avanzar hacia una canasta básica digital de acceso para las mujeres rurales”.

Al respecto, entrevistada el 2 de marzo por France 24, la funcionaria internacional dijo que, ante la amplia proporción de mujeres quienes perdieron sus respectivos empleos, a causa de la pandemia, pero que no están buscando nueva ocupación, la agencia especializada de Naciones Unidas está involucrada en proponer lo que describió como una alianza regional para la digitalización de las mujeres.

Ello, para proporcionar, a ese sector laboral, herramientas tecnológicas y acceso a Internet para que puedan acceder al teletrabajo, en lo que describió como la “canasta básica digital”.

Esta iniciativa surgió durante la 60 Reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, llevada a cabo del 23 al 25 de febrero organizada por el gobierno de Chile -en el ejercicio de la presidencia de la Mesa Directiva-, con el apoyo de ONU Mujeres y la Cepal.

La crisis generada, en América Latina y el Caribe, por la pandemia mundial del nuevo coronavirus, debe construirse en instrumento para que las mujeres tengan participación estratégica en la reconstrucción para mejor, plantearon las ministras participantes en la reunión virtual.

En tal coyuntura, es necesario planificar el fortalecimiento del cuidado doméstico, como componente que dinamice la economía de los países, indicaron en uno de los puntos en los que convinieron al cierre del encuentro.

En el último de los 22 acuerdos aprobados por la Mesa Directiva, señalaron que es necesario “destacar que la coyuntura actual debe ser una oportunidad para asegurar, mediante acciones afirmativas, la plena participación de las mujeres en sectores estratégicos de la economía”.

Ello, “para una recuperación transformadora con igualdad de género orientada a la sostenibilidad de la vida y, en particular, para impulsar planes de recuperación que fortalezcan la economía del cuidado como un sector dinamizador de la economía en su conjunto”, luego de la presente emergencia sanitaria global, que está teniendo impacto considerable en esta región, agregaron.

Es en ese marco que fue planteada la propuesta de la canasta.

Se trata de una “iniciativa que, básicamente, busca corregir estas desigualdades, y contribuir, con muy pocos recursos -que tendrán que estar destinando nuestros países-, a que todas las mujeres que, hoy, están fuera de la economía digital, que no pueden volver a un trabajo de tipo virtual, puedan recibir esta canasta básica digital”, explicó.

El paquete incluye una computadora portátil, un teléfono inteligente, una tablet, “y se tiene que complementar con facilidades de acceso barato”, precisó.

La canasta constituye un respaldo, también, en el cuadro de situación en que se ubica un creciente número de mujeres y niñas, quienes, a causa de los nocivos efectos socioeconómicos de la pandemia, se ven aún más cargadas con las actividades de trabajo doméstico no remunerado que, históricamente, les asigna el patriarcado.

En este sentido, Alemany expresó la necesidad de que sea posible “conciliar, mejor, la corresponsabilidad de los cuidados -de los hijos, de las hijas, de la familia-, que, todavía, no se distribuye muy equitativamente en América Latina y el Caribe”.