Boxeadora brinda herramientas de autodefensa a personas de escasos recursos.

Muchos la conocen por ser la boxeadora más fuerte del país, pero pocos conocen todo el camino que ha recorrido para llegar a alzar un campeonato, no solo a nivel deportivo, sino que también en el ámbito personal.

Estamos hablando de Hanna Gabriels, deportista costarricense      que con tan solo seis años de edad incursionó en el deporte debido a una de las peores experiencias que puede vivir un ser humano, estamos hablando de un abuso sexual, lo que la hizo refugiarse en distintas disciplinas como el atletismo, la cual tuvo que abandonar por falta de apoyo económico, hasta que encontró su verdadera pasión, el boxeo.

“Cuando era una adulta joven, muchas de mis descepciones y tristezas tenían que ver con el hecho de que no lo había logrado, por   que para ser desportista en Costa Rica es muy difícil, ya que este es un país que no cree en continuar los procesos y todo lo que tiene que ver con deporte es si entras a juegos nacionales, pero antes de eso, toda la responsabilidad es de los padres”, expresó la boxeadora.

Si bien Gabriels conoce el sabor de la victoria, su mayor logro es todo lo que Dios le ha permitido hacer gracias al boxeo como los es realizar labor social con mujeres que sufren violencia intrafamiliar, abuso sexual o en condición de refugio.  Además de entrenar a niños y jóvenes de todas las edades en su propio gimnasio.

Esto lo demuestra con acciones al ser embajadora de alto perfil de ACNUR y certificarse como instructora de empoderamiento y autodefensa para prevención de la violencia y abuso sexual en niños y mujeres de entre 5 a 10 años, con el fin de que sin importar las condición en la que se encuentren, aprendan cómo defenderse.

Pese a ser la boxeadora más galardonada en Costa Rica, las vivencias que le tocó experimentar cuando era joven, generaron que Gabriels desde los 5 a los 24 años al no perdonarse ni perdonar lo que le sucedió,  lo que hacía era autodestruirse, por lo que, ella ahora se enfoca en enseñarle a niños, jóvenes y adultos sobre herramientas que les ayude a ser más respetuosos, empáticos, solidarios y respetuosos, de manera que les permita vivir de una mejor manera y en paz consigo mismos.

Para Gabriels, uno de sus mayores legados es hacerle saber a los niños y jóvenes que ellos no solo tienen derechos, sino que también deberes como lo es comprender que si los padres la están pasando mal, ellos también deben ser parte del problema y juntos tienen que decidir cómo salir adelante, en lugar de ver cómo cada uno de manera independiente, trata de resolver el problema de manera aislada.

Defensora de mujeres

En lo que llevamos del año se reportaron cuatro muertes de mujeres más por causas violentas con relación a lo registrado de todo el año anterior y las llamadas a la línea 9-1-1 por violencia intrafamiliar y delitos sexuales subieron casi un 15%, comparando los ocho primeros meses de cada año.

En lo que va del 2020, han fallecido 53 mujeres de forma violenta, mientras que en todo 2019 la cifra cerró en 49. Esta situación alerta a Gabriels, ya que opina que en ocasiones hay prácticas que las personas creen que son comunes, sin darse cuenta que están bajo algún tipo de violencia. Por esto, es que da herramientas a mujeres para que aprendan a defenderse en caso de que sufran algún tipo de violencia.

Para la boxeadora el poder brindarle a las mujeres o personas de grupos vulnerables la confianza de poder defenderse cuando lo necesiten es importante, porque hay una narrativa en que el más débil es quien va a salir perdiendo, pero el más “débil” también puede contar con ese factor sorpresa que es necesario para defenderse de los agresores y salvar su propia vida.

El deporte le ha dado mucha confianza no solo a ella misma, sino que también para empoderar a todas las personas que necesiten salir adelante y dejar atrás lo que no les permite avanzar.